EL LATERAL VUELVE A RENDIR A UN GRAN NIVEL ANTE EL DEPORTIVO

Marcelo tapa la boca a los críticos con dos asistencias y un partidazo

Marcelo tapa la boca a los críticos con dos asistencias y un partidazo
Marcelo celebra un triunfo del Real Madrid (Getty).
Hugo Carrasco

Uno de los que más palos se ha llevado en los últimos días ha sido Marcelo. El rendimiento del lateral en los últimos meses ha acaparado infinidad de críticas, dado a que los resultados no se daban. Pero el brasileño volvió ante el Dépor. Ese que es capaz de desequilibrar la balanza con sus incursiones en ataque. De sus botas salieron dos asistencias, para Nacho y Bale, que sirvieron a los blancos para darle la vuelta al marcador, cuando el runrún se había instalado en la grada.

El Real Madrid necesitaba la victoria. Los blancos sólo habían ganado al Numancia y al Leganés en este 2018. Los dos en Copa. Alejados a 19 puntos del Barcelona en Liga llegaban los hombres de Zidane al choque ante los coruñeses, y la victoria se hacía necesaria. La reacción del Real Madrid era obligatoria, pero no llegaba. 

Todo se torció en el minuto 23, cuando Adrián aprovechaba una de las únicas oportunidades del conjunto blanquiazul en todo el partido, para poner el 0-1. Los pitos empezaban a escucharse. Entonces fue cuando el Madrid comenzó un despliegue ofensivo como antaño. Los blancos comenzaron a embotellar al Deportivo y las ocasiones comenzaban a llegar, sin fortuna.

Marcelo, precisamente tuvo una, pero la diosa fortuna no estuvo de su lado. El balón se coló entre las piernas de Rubén, pero se estrellaba en el palo. Minutos después, de sus botas saldría el primero. Un córner sacado en corto llegaba al brasileño, que ponía el balón al área para que Nacho cabeceara a gol. Era el tanto empate.

A partir de ahí las cosas cambiaron. Los astros se alinearon de nuevo con los locales. El conjunto madridista se volvía a reencontrar con su mejor juego y, como no, con una de sus mejores armas. Las incursiones de Marcelo y su influencia en el ataque del equipo volvían a brotar en el Bernabéu. Cerca estuvo de poner otro tanto en el luminoso, pero su disparo se marchó cerca del segundo palo y nadie metió la pierna para desviarlo a gol.

Pero no quedaba ahí. El conjunto madridista le daba la vuelta al partido antes del descanso y Marcelo volvía a ser responsable. El centro al área no logó ser cabeceado por Cristiano, pero llegó a los pies de Bale, que aguardaba solitario al otro lado del área. Su disparó terminó en la misma escuadra.

A partir de ahí, todos los males se pasaron. Los madridistas ya no tenían ningún tipo de presión, la ansiedad desapareció del cuerpo de los futbolistas y se notó. Marcelo continuó durante la segunda mitad siendo un puñal para la defensa deportivista. El brasileño completó un partido soberbio, haciendo callar, por el momento a los más críticos.

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