Iniesta, el hombre que unió a España con un gol mundial

La estrella que permitió que la selección española luciera una en su pecho se apaga, aunque sólo en términos futbolísticos. Andrés Iniesta, el autor del gol que dio a España el Mundial de Sudáfrica, el hombre que unió a un país con una volea, anunció el 8 de octubre de 2024 su retirada del fútbol profesional después de dos décadas de demostraciones de una calidad histórica con el balón en los pies. El grueso del talento del mágico centrocampista de Albacete se quedó en el Barcelona y sus últimos retales, en el Vissel Kobe japonés y en el Emirates Club, pero el gran recuerdo de Iniesta permanecerá para siempre con aquel disparo en el minuto 116 ante el que nada pudo hacer Holanda para evitar que España conquistara el Mundial.

España era un país, por lo general, perdedor en términos futbolísticos. No pasar de cuartos fue una maldición que mermó el poderío de una nación acostumbrada a sacar jugadores particulares por su calidad y trato de balón. Aquellos españoles tocados por una varita marcaban la diferencia por el talento, la magia o el regate. Iniesta, además de todo ello, tenía la puntualidad para hacer florecer una capacidad goleadora que si bien no era innata, salía a relucir en los momentos marcados.

Lo disfrutó el Barcelona con aquel golazo en Stanford Bridge que puso los cimientos de la Champions League de 2009 e hizo lo propio España un año después con el golazo del manchego en el Soccer City, cuando un país volcado animaba a su selección ante las constantes encerronas de Holanda. Los tulipanes consiguieron forzar la prórroga y a punto estuvieron de conseguir el objetivo de los penaltis, una vez quemada la bala con el fallo de Robben ante un inmenso Casillas, pero entonces, aparecieron Iniesta, su flor, su magia, y el grito de todo un país.

Del gol más importante de la historia de la Selección se pueden sacar muchas conclusiones y partes. La conducción infravalorada de Navas, el taconazo del propio Iniesta, el fallido cambio de juego de Torres o la asistencia final de Cesc. Todo ello contribuyó como preludio al golpeo majestuoso, estelar, de Andrés en el momento que todos deseamos vivir como primera persona y celebramos como parte de un título incomparable. Iniesta enganchó esa volea por España, y España se convirtió en campeona del mundo por primera vez en su historia gracias, en gran medida, a un Iniesta que ahora cuelga las botas sabedor de que el recuerdo de su gol perdurará para siempre en el recuerdo de los amantes del fútbol español.

¡Iniesta de mi vida!

En un día que será recordado durante muchos, muchos años, los detalles, particulares y colectivos, también perduran en el tiempo alrededor del triunfo de España y del gol de Andrés Iniesta. Corría el minuto 116 en el Soccer City de Sudáfrica, con los penaltis casi asomando en la final del Mundial, cuando la secuencia previamente mencionada acabó con el balón en los pies del crack español, un Iniesta que chutó sin pensarlo y marcó el gol que todos gritamos y otra leyenda como José Antonio Camacho escenificó con un grito que se mantiene como gratísimo recuerdo de lo ocurrido. ¡Iniesta de mi vida!