El hijo de Negreira reunía a los árbitros con su evaluador antes de pitar en el Camp Nou
Javier Enríquez se reunía con los árbitros y los encargados de evaluarles antes de llevarles al Camp Nou
A partir de las notas que estos ponían, se hacía una clasificación que establecía ascensos y descensos, firmadas por Negreira
El hijo de José María Enríquez Negreira se reunía con los encargados de calificar a los árbitros en los partidos del Barcelona antes de llevarles al Camp Nou. Entre las labores que hacía Javier Enríquez Romero mientras estaba a sueldo del Barça, más allá de ofrecer cursos de coaching a árbitros y jugadores, estaba la de trasladar al equipo arbitral al estadio. Aunque, según se desprende de las declaraciones de los árbitros ante la Guardia Civil a las que ha tenido acceso OKDIARIO, entre ellos se encontraba también el delegado-informador del Comité Técnico de Árbitros, designado para evaluar la actuación del colegiado.
El CTA, del que Negreira era vicepresidente, ponía a dedo cada jornada a una persona, normalmente ex árbitro, que se encargaba de calificar al colegiado. Algo que hoy por hoy se sigue haciendo. En función de esas evaluaciones, los árbitros eran calificados y se elaboraban unas clasificaciones a las que se les aplicaba también el famoso «índice corrector» o «índice corruptor», como se le conocía entre el mundo del arbitraje, puesto que no dejaba de ser un criterio subjetivo.
La Guardia Civil, como ha revelado OKDIARIO, encontró parte de esas calificaciones firmadas por Enríquez Negreira en los registros que se llevaron a cabo en las oficinas del CTA. En ellas, se establecen los ascensos, descensos y designación de árbitros para pitar partidos internacionales. Ahora, sale a luz que su hijo, Javier Enríquez, tenía contacto directo con los encargados de evaluar a los árbitros en los partidos del Barcelona.
Uno de los colegiados que testificaron ante la Guardia Civil como parte de la instrucción del caso Negreira señala que Javier Enríquez «coincidía en el hotel» con el encargado de puntuar a los árbitros antes del «desplazamiento al estadio». José Luis González González, al que se vio en ocasiones llegar al Camp Nou junto con el hijo del ex vicepresidente arbitral, desvela en su declaración estos hechos.
Además, señala que, más allá de coincidir antes del traslado, Javier Enríquez se reunía con el equipo arbitral y con la persona designada para evaluar su trabajo para tomar un café. «Lo habitual era que acudiera al hotel de concentración y allí estando presente también el delegado informador con el equipo arbitral, tomaba un café», recoge la declaración de González González.
El hijo de Negreira acompañaba a los árbitros al Camp Nou
La figura de Javier Enríquez es una de las piezas sobre las que gira el caso Negreira. El hijo del ex número dos de los árbitros cobró, junto a su padre, 7,6 millones de euros durante los años 2001 y 2018 por parte del Barcelona y fue al que se vio rodeado de colegiados en activo durante esa época. De hecho, impartía clases de coaching a varios de ellos, entre los que destacan algunos aún en activo hoy como Santiago Jaime Latre, Javier Alberola Rojas, Alejandro Hernández Hernández o Juan Martínez Munuera, entre otros.
Durante ese tiempo, ejercía como acompañante de los árbitros a los estadios de Barcelona, Espanyol o Girona, sin tener a priori ningún cargo en el CTA. A uno de los que acompañó en numerosas ocasiones fue a José Luis González González. Ese mismo árbitro ha sido el encargado de revelar que, más allá de tener contacto con el equipo arbitral designado para el partido, Javier Enríquez también trataba con el delegado-informador, el encargado de evaluar la actuación del colegiado en los partidos.
Esa relación que tenía el hijo de Negreira con los árbitros y con los delegados-informadores, que eran designados por su padre, pueden ser una de las claves del caso, puesto que el juez Joaquín Aguirre pone en el punto de mira el sistema de ascensos y descensos de los colegiados y «la posible influencia directa o indirecta» que Enríquez Negreira pudiera «ejercer sobre los árbitros de fútbol en respuesta a los pagos efectuados», por las funciones del cargo que ostentaba.
Negreira firmaba las clasificaciones
El magistrado Aguirre hablaba en sus autos de una serie de «inferencias lógicas» que se extraían de la instrucción que está llevando a cabo sobre el caso Negreira. Una de ellas era que «los pagos produjeron los efectos arbitrales deseados» por el Barça, debido a que esa facturación no sólo se mantuvo, sino que se elevó durante 17 años. Señala una «desigualdad en el trato con otros equipos» y apunta a la «corrupción sistémica en el conjunto del arbitraje español».
También incidió en que, debido a su posición, Negreira podría haber incurrido en «una forma novedosa» de amaño de partidos, que nada tendría que ver con el «tradicional método de pago para un partido concreto». Ese método consistiría en designar árbitros «afines» para diversos partidos, puesto que Negreira era uno de los encargados de «clasificar técnicamente a los árbitros a tenor de las correspondientes evaluaciones», como ha quedado demostrado con las actas que se encontraron en la sede del CTA y que ha desvelado este periódico.
Los Negreira nunca han escondido su pasión por el Barça. Antes de que explotara el escándalo y se descubriesen los pagos que recibían del club, Javier Enríquez no ocultaba sus colores en las redes sociales, poniendo comentarios en los que dejaba claro su antimadridismo. Sin ir más lejos, en uno de sus mensajes se quejaba de que «el 80% del tiempo los comentaristas se refieren al Real Madrid» en las retransmisiones. También deliraba al hablar de unos «ninjas asistentes adicionales que ayudan a arbitrar el partido del Real Madrid».
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