Real Madrid y Barcelona se vuelven a ver las caras después de una semana en la que el caso Negreira ha vuelto a situarse en el centro de la actualidad. Después de las nuevas informaciones surgidas sobre el mayor escándalo deportivo de la historia, las miradas en Arabia Saudí se fijarán, inevitablemente, sobre el árbitro de la final de la Supercopa: Juan Martínez Munuera. El colegiado ha sido uno de los nombres nuevos que han aparecido en las investigaciones, puesto que se ha conocido que fue uno de los múltiples miembros del colectivo arbitral que contrató los servicios del hijo del ex vicepresidente.
Martínez Munuera pitará este domingo su cuarto Clásico. El colegiado alicantino será el encargado de dirigir el partido entre los dos grandes de nuestro fútbol, donde los hombres de Xavi y Ancelotti buscarán su primer título del curso. Hasta la fecha, a los blancos les ha ido mejor que a los azulgranas en los tres encuentros en los que se han visto las caras bajo el mando del árbitro, ganando dos partidos en el Camp Nou (1-3 y 0-4), por una goleada culé en el Bernabéu (0-4).
Sin embargo, Martínez Munuera tiene un historial cuanto menos negativo contra el Real Madrid en los últimos tiempos. Sin ir más lejos, de los 10 últimos partidos de los blancos con el alicantino al silbato, sólo han ganado la mitad. Dos empates y tres derrotas completan el balance de estos últimos choques, con polémicas de sobra conocidas.
Y es que Martínez Munuera fue el responsable de una de las jugadas más inverosímiles que se han visto en los últimos años. El colegiado pitó el Real Madrid-Sevilla de la temporada 2020-21, disputado en Valdebebas y en el que al conjunto blanco se le terminó de escapar una Liga que ganaría el Atlético por dos puntos.
En ese encuentro ante los hispalenses, con 1-1 en el marcador, pitó un penalti favorable a los blancos cometido por Bono sobre Benzema. Sin embargo, acudió al VAR y terminó señalando penalti a favor del Sevilla por una mano de Militao, pese a que estaba de espaldas al balón y este le pegó en el brazo después de rebotar contra su propio cuerpo. Los sevillanos se adelantaron en el marcador, consiguió empatar el conjunto blanco a dos y, en los últimos minutos de partido, no sancionó un penalti cometido sobre Casemiro.
También arbitró Martínez Munuera esa misma campaña la semifinal de la Supercopa de España, entre los madridistas y el Athletic que acabó con triunfo por 1-2 para los vascos. Se reclamaron dos penaltis de los rojiblancos que se fueron al limbo, ambos cometidos por Unai Núñez. El primero de ellos fue al impedir que Hazard se plantara solo ante Simón y disparase. Acabó derribándole, pero el colegiado entendió que no había nada. En el descuento, con el Madrid volcado, el central despejaba el balón con la parte alta del brazo. El colegiado, que estaba justo enfrente del jugador, no lo señaló. La retransmisión televisiva pasó por alto la imagen y no ofreció repetición.
El pasado curso, el colegiado arbitró la derrota del conjunto blanco previa al Mundial de Qatar, por 3-2 en Vallecas frente al Rayo. Pero fue esta temporada cuando sí que perjudicó a los de Ancelotti en el encuentro ante los franjirrojos celebrado en el Bernabéu. El partido terminó con 0-0, aunque el signo pudo ser distinto. Joselu reclamó un penalti de Mumin cuando iba a rematar un balón y fue derribado en el área por un claro empujón. Martínez Munuera decidió no señalar nada.
Martínez Munuera pagó al hijo de Negreira
El nombre de Juan Martínez Munuera ha saltado en estas últimas horas a la palestra, puesto que ha trascendido que pagó por los cursos del hijo de Negreira. El colegiado alicantino habría precisado de los servicios de coaching de Javier Enríquez, según señaló el propio hermano del árbitro, que ejerce de asistente en Primera División, en la declaración ante la Guardia Civil.
Según su hermano Miguel, el colegiado se puso en contacto con el hijo del ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, que estuvo a sueldo del Barcelona como su padre, porque «buscaba mejorar la concentración de su arbitraje» y entendía que «Javier Enríquez Romero podría ayudarle en ese sentido». Reveló también que «dichas sesiones eran vía telemática, desconociendo el importe de las mismas».
Además, Martínez Munuera, árbitro de la final de la Supercopa de España entre el Real Madrid y el Barcelona, era el colegiado favorito de Enríquez Negreira. Después de que el ex directivo de los árbitros dejara el CTA y de estar a sueldo del club azulgrana, analizó partidos para la prensa catalana, puntuando a los árbitros. De todos ellos, el que mejor nota media sacó fue el alicantino.
Martínez Munuera figuraba en la primera posición del ránking arbitral elaborado en la temporada 19-20 por el colegiado al que el Barcelona pagó 7,6 millones de euros durante casi dos décadas, por unos presuntos informes arbitrales de los que aún nada se sabe. Al árbitro del Clásico de Riad le acompañaban en el podio Alberola Rojas, otro de los colegiados que tuvo a Javier Enríquez como coach, y el murciano Sánchez Martínez.