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Cambio radical en la RAE: aprueba el uso de la palabra más polémica sobre los huevos fritos

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Un huevo frito.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La Real Academia Española (RAE) es una institución centenaria fundada en el año 1713 con el objetivo de velar por  el buen uso del español. Su lema, «Limpia, fija y da esplendor», refleja su compromiso con la preservación y adaptación de una lengua que se encuentra en constante evolución. Como organismo normativo, la RAE no sólo establece reglas gramaticales y ortográficas, sino que también incorpora términos y acepciones que reflejan los cambios culturales, sociales y tecnológicos de los hablantes de español en todo el mundo.

A lo largo de su historia, la RAE ha realizado cambios significativos, desde la eliminación de tildes hasta la aceptación de neologismos. Sin embargo, algunos de los términos propuestos generan una gran controversia, especialmente cuando provienen del habla coloquial o de contextos particulares. Y es que, las palabras y expresiones que se utilizan a diario enriquecen el idioma, pero también plantean desafíos para la RAE en su labor de legitimarlas o rechazarlas. Este proceso es esencial para mantener la cohesión de una lengua hablada por más de 500 millones de personas en diversos países y contextos.

La RAE se despide del huevo frito

En el español actual, algunos verbos presentan la particularidad de tener dos formas de participio: una regular y otra irregular, como por ejemplo los verbos «imprimir» (imprimido/impreso), «freír» (freído/frito) y «proveer» (proveído/provisto). La RAE ha abordado esta cuestión para aclarar cómo hay que utilizar estas formas y en qué contextos resultan adecuadas.

De acuerdo con la RAE, tanto las formas regulares como las irregulares de los participios son correctas y se pueden usar indistintamente en la formación de los tiempos compuestos y en la voz pasiva perifrástica. Por ejemplo, desde el punto de vista gramatical, es válido decir «hemos imprimido los documentos» o «han impreso las copias». Del mismo modo, es correcto utilizar frases como «nos hemos proveído de provisiones» o «se había provisto de alimentos». En el caso de «freír», ambas opciones también son válidas: «he freído un huevo» o «he frito un huevo».

No obstante, aunque ambas formas sean aceptadas, la preferencia por una u otra puede depender del contexto y de la tradición de uso en distintas regiones. En algunos casos, las formas irregulares suelen asociarse más con un uso adjetival o con registros formales. Por ejemplo, es más común decir «las copias impresas» que «las copias imprimidas». Esta variación en el uso refleja la riqueza del idioma y su capacidad de adaptarse a las necesidades de los hablantes.

Es importante no confundir los participios verbales, ya sean regulares o irregulares, con ciertos adjetivos derivados de participios latinos, como «abstracto» (del latín abstractus), «confuso» (del latín confusus) y «contracto» (del latín contractus). Aunque estas formas tienen un origen similar al de los participios verbales, en la actualidad funcionan exclusivamente como adjetivos y no como participios que participen en la formación de tiempos compuestos o estructuras pasivas. Por ejemplo, sería incorrecto decir «han contracto un acuerdo» o «es correcto por el maestro», ya que lo adecuado sería «han contraído un acuerdo» o «es corregido por el maestro».

La RAE también subraya que el término «verbos con doble participio» no es del todo preciso ni necesario desde un punto de vista gramatical. Más bien, el fenómeno se debe interpretar como una flexibilidad en el uso de las formas regulares e irregulares, ambas aceptadas dentro de las normas lingüísticas. La decisión de optar por una forma o la otra suele depender del contexto en el que se utiliza y de las preferencias de los hablantes.

Ésta es la forma correcta de reírse por escrito

Por otro lado, en respuesta a una consulta en la red social X, la RAE aclaró que la onomatopeya de la risa en español debe escribirse como «ja, ja, ja», separando los elementos con comas. Este formato evita que se considere una palabra llana que, técnicamente, requeriría tilde, como sucedería con «jajaja». Además, explicó que la forma «jajajá» sí es válida, pero como sustantivo lexicalizado, utilizado en frases como: «..dijo entre eufóricos jajajás».

La RAE también desaconseja otras variantes como «jejejeje» o «jijijiji» para evitar inconsistencias. En su lugar, propone formas específicas según el contexto: «je, je, je» para risa irónica, «ji, ji, ji» para una risa tímida, «jo, jo, jo» para una malvada y «ju, ju, ju» para una sarcástica.

Con esta explicación, la RAE busca fomentar un uso más preciso de las normas del idioma, resaltando la importancia de la claridad y la coherencia en la escritura, incluso al expresar algo tan cotidiano como la risa.

Finalmente, cabe destacar cómo la RAE ha integrado palabras modernas que reflejan la evolución del idioma. En los últimos años, términos se han añadido al diccionario términos como «selfi», «meme», «influencer» y «cringe», evidenciando cómo la tecnología y la cultura digital influyen en la evolución del idioma. Éste constante enriquecimiento del vocabulario demuestra que el idioma está vivo y en constante cambio.

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