ESCÁNDALOS EN EL GOBIERNO VALENCIANO

Puig elude a los medios en Alicante para evitar que le pregunten por su hermano y el ‘caso Azud’

XIMO PUIG
Ximo Puig, en el centro de la imagen, hoy, en Alicante.
Ignacio Martínez

El presidente de la Generalitat Valenciana el socialista, Ximo Puig, ha evitado hoy en Alicante realizar declaraciones antes y después de la presentación del proyecto de la Ciudad de la Justicia sobre el caso Azud y el de su propio hermano, Francis Puig. El presidente valenciano ha enmudecido ante la numerosa presencia de medios y ha evitado, de paso, lo que se preveía fuera un amplio aluvión de preguntas en torno al caso que afecta presuntamente a su hermano por las subvenciones concedidas a sus empresas por el Gobierno valenciano y el caso Azud, en el que se investiga el presunto pago y cobro de supuestas comisiones a cambio de supuestos también favores urbanísticos en el Ayuntamiento de Valencia.

La agenda oficial del presidente de Ximo Puig señalaba para hoy su presencia y participación en la presentación del proyecto de la Ciudad de la Justicia de Alicante. También, asistía la consejera de Justicia Gabriela Bravo y la responsable autonómica de Innovación Josefina Bueno, así como varios representantes del poder judicial, entre ellos la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) Pilar de la Oliva.

La presencia de Ximo Puig era esperada con expectación más allá de la propia presentación del proyecto de la Ciudad de la Justicia. Porque ahora mismo, hay dos casos que supuestamente afectan gravemente tanto al propio Gobierno valenciano como al Partido Socialista del País Valenciano (PSPV-PSOE) del que Ximo Puig es secretario general.

Uno, es el de las subvenciones que supuestamente ha concedido la Generalitat a empresas relacionadas con Francis Puig el hermano del presidente Ximo Puig. El otro, está presuntamente relacionado con la supuesta financiación irregular del propio PSPV-PSOE. Este último, del que también ha venido dando cuenta OKDIARIO es el denominado caso Azud.

Pero ni de uno ni de otro hubo opción a que hablara Ximo Puig. Cuando llegó, le esperaba la comitiva oficial para acceder a la sala en que se iba a hablar del proyecto de la nueva Ciudad de la Justicia. Sus asesores habían anticipado que no habría lo que los medios denominan un canutazo, o una breve comparecencia antes de entrar a los actos. De modo, que Ximo Puig llegó, saludó a las autoridades presentes y se dirigió a la sala.

Tampoco se extendió mucho en su intervención. Y, al finalizar, pasó un buen rato departiendo con esas mismas autoridades y terminó por marcharse haciendo mutis por el foro a pesar de que los medios presentes siguen esperando su comparecencia.

Algunos medios le siguieron a la salida, pero no se detuvo. Coincidió ese momento con el instante en que el alcalde de Alicante, Luis Barcala, atendía a los periodistas. Mientras el alcalde respondía, Puig aprovechó el momento y salió. Una cámara de televisión y un redactor micrófono en ristres le siguieron, pero no se detuvo.

Ambos casos, Azud y el de su propio hermano, incomodan a Puig, pero sobre todo este último. La pasada semana, el presidente no fue el jueves al Pleno de sesión de control, aunque sí estuvo el día anterior. Justificó su ausencia por un viaje institucional a Portugal. En su ausencia hubo lío en sede parlamentaria porque en relación al caso presuntamente relacionado con Francis Puig, Gabriela Bravo tuvo que responder a una pregunta de la presidenta del Grupo Parlamentario Popular, Eva Ortiz, acerca de si la Generalitat Valenciana se iba a personar en el caso y, de ser así, cuándo lo haría. Y Gabriela Bravo respondió haciendo mención a un informe de la Guardia Civil que presuntamente se encuentra bajo secreto de sumario. El PP elevó entonces una queja al Juzgado por este mismo motivo.

En cuanto al caso Azud es el que provocó hace unas semanas una profunda remodelación de la cuota socialista del Gobierno valenciano. Lo que pasó es que el síndico portavoz de los socialistas en las Cortes Valencianas Manuel Mata compatibilizaba esa tarea con la defensa del principal imputado del caso Azud desde varios meses atrás. Sin embargo, esta primavera, su situación se tornó insostenible y Mata terminó por dimitir para centrarse, dijo, en la labor jurídica de su defendido.

Esa dimisión provocó una cascada de cambios en esa cuota socialista. La consejera de Sanidad, Ana Barceló, pasó a ser síndica socialista en las Cortes. Entraron tres nuevos consejeros, otros dos cesaron y otro más cambio de cartera. Era, según Ximo Puig, el nuevo impulso para cerrar la legislatura. Pero ese impulso no ha durado ni un mes. Los supuestos casos de corrupción han terminado por frenar en seco cualquier posibilidad de que así fuera.

A todo lo expuesto hay que sumar un caso más. El más reciente, y adelantado la pasada semana por OKDIARIO. Un sindicato ha interpuesto un contencioso administrativo por la presencia de cargos eventuales de la Sanidad valenciana en tribunales de Oposición. El sindicato, supuestamente, ha detectado al menos tres con nombres, apellidos y cargos. El nuevo impulso de Puig está en entredicho.

Lo último en España

Últimas noticias