El menú de la gala de los Goya: jamón de Jabugo, rabo de toro y langostinos a costa del contribuyente
Los asistentes a la gala de los Goya de este sábado disfrutaron de un pantagruélico menú donde no faltaba de nada; todo a cargo del contribuyente. En un gremio donde abunda el postureo pijoprogre, ecologista y con algunas tendencias veganas (mismamente, la presentadora de la gala, Clara Lago, apuesta por esta forma de alimentación) luego no tienen reparos en degustar todo tipo de viandas más bien tradicionales, dejando de lado su tantas veces impostado compromiso sobre la defensa de los animales, la protección del medio ambiente y la ayuda a colectivos desfavorecidos.
En los aperitivos fríos, un jamoncito de Jabugo para ir abriendo boca. Hasta el momento, ignoramos si correspondía a cerdos criados en libertad, igualdad y fraternidad. Quesos andaluces, paté de perdiz de campo, hummus y salmón entraban también en esas primeras degustaciones gastronómicas. En un guiño a los productos vegetales, crepes de pimientos caramelizados. Tosta de bacalao y salmorejo, hojaldrito con foie y uvas y niguiri de atún completaron los fríos.
En el turno de los aperitivos calientes llegó un auténtico deleite cárnico. Muletillas de rabo de toro y membrillo, pastela de pollo, empanada de lomo, flauta de morcilla de caldero y crujiente de espárragos con bacon eran las opciones para forrar. Para los más livianos, champiñón gratinado, empanadilla de espinacas, calamar en su tinta o empanada de pisto andaluz.
Para el apartado de aperitivos fritos, croquetas de puchero, pescaíto de Isla Cristina en adobo y langostino con hierbabuena. Minibocaditos dulces a los postres. Y todo ello regado con cerveza, vino blanco denominación de origen Rioja y un tinto Rioja Crianza. Para las bebidas espirituosas, la oferta se ampliaba a ron, ginebra, whisky, vodka, cóctel de autor y mojito sevillano, por eso del guiño a la ciudad anfitriona.
No sabemos la opinión del ministro de Consumo, Alberto Garzón, partidario de restringir el consumo de carne. Es de suponer que, como en los demás casos, es una restricción que se debe aplicar exclusivamente a los demás, nunca a ellos, tipos de paladar fino y exóticos viajes.
Siendo un colectivo que se ha sumado entusiasta a los postulados de la Agenda 2030, es notoria la ausencia de grillos, lombrices, carne artificial y otros productos que están intentando integrar en la alimentación de la población del futuro, pero empezando desde el mismo presente. Algo que el coronel Pedro Baños destacó en sus redes sociales.
El festín gastronómico de los Goya recuerda a otras actitudes poco coherentes de algunos de los miembros más ilustres del cine español, como cuando Javier Bardem apareció en un mitin ecologista insultando al alcalde Almeida, antes de volver a coger los mandos de su Lincoln Navigator, el todoterreno de lujo más contaminante del mundo. También tienen sus más y sus menos con la Agencia Tributaria.
La mediática pareja es también muy crítica con la política del Estado de Israel contra los terroristas palestinos que atacan de forma permanente las ciudades judías con el declarado objetivo de borrarlas del mapa. Su postura no les impidió alquilar una planta entera del Mount Sinaí, un hospital judío de Nueva York, para que Penélope Cruz diera a luz. Es como el caso de la defensa de la sanidad pública, algo que acostumbran a recomendar a los otros, pero de la que apenas hacen uso, salvo como estandarte político para tratar de desgastar a las figuras que no les son afines.
Otro de los nominados, Juan Diego Botto, con su película En los márgenes, pasquín político sobre los desahucios, es también conocido por su activismo podemita y su amistad con Pablo Iglesias. De un partido que declara abiertamente su admiración (cuando no complicidad) con los regímenes dictatoriales de Venezuela y Cuba, habría que preguntarle a Botto si está al tanto de las «soluciones habitacionales» y el estado de la vivienda del que disfrutan los ciudadanos de esos dos países. El actor y ahora también director participó junto con Willy Toledo y Alicia Hermida en un spot producido por Cubainformación, canal de propaganda castrista que informa de la actualidad del régimen.
Si la doble moral, la hipocresía o el oportunismo son señas de identidad habituales de la izquierda, es en la gala de los Goya donde más se pone de manifiesto y se desarrolla en todo su esplendor.