Penélope Cruz jalea el «impuesto a los ricos» pero calló cuando Almodóvar y Bardem engañaron a Hacienda
«Bueno, es lo lógico, ¿no? Quien más tenga, más pague. Creo que hay que aplicar la lógica en ese sentido». Así de tajante se ha pronunciado la actriz Penélope Cruz sobre el nuevo «impuesto para ricos» del Gobierno durante una entrevista sobre la película En los Márgenes, que se estrena este viernes 7 de octubre y que ella misma protagonista. Sin embargo la intérprete calló con la sociedad offshore de Pedro Almodóvar y los líos de Javier Bardem, su marido, con el fisco.
La actriz se pone así de lado del Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez y sus socios, que han decidido implantar un nuevo impuesto «para ricos» que se aplicará a patrimonios netos superiores a tres millones.
Pues bien, si Cruz ahora muestra su faceta más progre apoyando el nuevo sablazo del Ejecutivo, hay que recordar cómo callaba cuando salieron a la luz los líos de su director de cabecera y amigo íntimo, Pedro Almodóvar, con Hacienda. En 2016, la investigación periodística conocida como los Papeles de Panamá mostraron cómo el multimillonario Almodóvar gestionó una sociedad offshore registrada en las Islas Vírgenes Británicas, considerado un paraíso fiscal.
La empresa estuvo activa desde el 22 de marzo de 1991 hasta el 11 de noviembre de 1994, según publicó El Confidencial, y su tramitación se gestionó desde el despacho de la firma panameña Mossack Fonseca en Ginebra. El capital social inicial fue de 50.000 dólares repartidos en 50.000 acciones, que se entregaron al portador en tres partes. Esta figura societaria permite ocultar el accionista real de la sociedad.
Aquellos años coincidieron con el despegue en el cine del director. En 1988 estrenó una de sus películas más aclamadas, Mujeres al borde de un ataque de nervios, que estuvo producida por su hermano Agustín, que también aparecía en la offshore de Almodóvar. Aquella película recaudó siete millones de euros sólo en España. En 1990 le siguió ¡Átame!, que consiguió 3,1 millones. Al año siguiente dirigió Tacones lejanos que se hizo con 5,2 millones y en 1993 Kika, que llevó a un millón de espectadores al cine y dejó tres millones de euros en taquilla.
Tampoco dijo nada la fan de los impuestos de Sánchez, Penélope Cruz, cuando se supo que Almodóvar tenía su patrimonio en una Sicav, una figura sociataria por la que sólo se tributa un 1% de impuestos en relación al patrimonio que se tenga en ella. Un porcentaje muy lejos de lo que ahora aplaude Cruz.
Pero no se queda ahí la hipocresía de la actriz, galardonada con un Óscar como mejor actriz de reparto gracias a la película Vicky Cristina Barcelona. Tampoco se la escuchó decir nada cuando Javier Bardem, su marido y padre de sus hijos, tuvo problemas con Hacienda. El Tribunal Supremo impuso a Bardem dos sanciones de un valor total de 151.000 euros por infracciones tributarias cometidas a través de una empresa de su propiedad y derivadas de la liquidación del Impuesto de las Personas Físicas de los ejercicios 2006 y 2007.