El juez y el fiscal condenados a instancias del fiscal que liberó al capo Cursach recurren al Supremo
Han sido condenados a nueva años de prisión tras la acusación presentada contra ellos pro el fiscal Tomás Herranz
Herranz es el fiscal que entre lágrimas exculpó a Cursach de los múltiples delitos de los que estaba acusado
El juez Manuel Penalva y el fiscal Miguel Ángel Subirán condenados a nueve años de prisión tras las acusaciones presentadas contra ellos por el fiscal Tomás Herranz ya han presentado el escrito previo al recurso contra la sentencia ante el Tribunal Supremo. Penalva y Subirán fueron los instructores que encarcelaron al capo de Mallorca Bartolomé Cursach. Tomás Herranz es el fiscal que dejó escapar a Cursach tras haberle acusado de múltiples delitos.
Herranz exoneró Cursach y a la veintena de procesados en el caso. Protagonizó la escena más surrealista vista en los juzgados al ponerse a llorar cuando pedía perdón a Cursach por haberse acusado. Penalva y Subirán ha remitido al Tribunal Supremo el escrito previo a la presentación del recurso que se formalizará en breve.
De forma inexplicable, Herranz paso de acusar a Cursach de múltiples delitos a convertirse en su máximo defensor y, al mismo tiempo, en acusador de los instructores del caso, el juez Penalva y el fiscal Subirán. Les acusó de delito de omisión de perseguir un delito de revelación de secretos, en grado de continuidad delictiva, obstrucción a la justicia y coacciones, entre otros.
La condena a Penalva y Subirán conseguida por el fiscal Herranz avala la absolución de Cursach y de la veintena de acusados en el caso. La situación sería muy distinta si el Tribunal Superior de Justicias de Baleares hubiera exculpado a Penalva y Subirán puesto que supondría dejar en entredicho las tesis utilizadas por el fiscal Herranz para la sorprendente exoneración entre lágrimas del rey de la noche mallorquina.
Las condenas a Penalva y Subirán son por la instrucción del denominado Caso ORA, el presunto amaño del concurso del servicio regulado de estacionamiento (ORA) por el Ayuntamiento de Palma. La instrucción del Caso ORA condujo a Penalva y Subirán a investigar una trama de corrupción en la Policía Local de Palma y pronto apareció en la causa el capo Bartolomé Cursach.
Acusaron al principal empresario de la noche en Mallorca de haber formado una presunta organización criminal junto a un grupo de policías locales de Palma. Era una trama para hostigar a locales de la competencia encaminada a someterlos a presión policial y coacciones. La Fiscalía le acusó de pertenencia a organización criminal, coacciones y prevaricación. Su mano derecha al frente del grupo empresarial que lleva su nombre (Cursach Ocio), Bartolomé Sbert, afrontó una petición de tres años y medio de prisión y también quedó exculpado de todos los delitos.
Antes de dejar escapar a Cursach, el fiscal Herranz omitió de forma incomprensible durante el juicio todas las pruebas que ponían en evidencia el trato de favor que recibía por parte de policías y funcionarios del Ayuntamiento de Palma a cambio de regalos como dinero en metálico, botellas de Moët & Chandon o pases VIP gratis al gimnasio Megasport de su propiedad.
OKDIARIO dispone de diversas grabaciones de conversaciones telefónicas entre directivos del Grupo Cursach y funcionarios del Ayuntamiento de Palma que presuntamente incriminan al empresario de la noche y que el fiscal anticorrupción no utilizó a pesar de que figuraban en el sumario.
Además, Herranz desestimó un centenar de pruebas y renunció a interrogar a catorce testigos clave. Al final del juicio, celebrado entre octubre y noviembre de 2022 en la Audiencia de Palma, el fiscal Herranz exculpó, entre lágrimas a Cursach y a todos los demás acusados. Cursach salió libre a pesar de estar acusado inicialmente de delitos tan graves como pertenencia a organización criminal, cohecho, extorsión, amenazas, delitos contra la Hacienda Pública, blanqueo, tráfico de influencias, homicidio, corrupción de menores o tenencia ilícita de armas.
Una de estas grabaciones sobre el mayor caso de corrupción que se ha dado en Mallorca en los últimos años se refiere a las ilegalidades urbanísticas en el gimnasio Megasport, propiedad de Cursach, y de como la dirección del Grupo Cursach negocia con la jefa de Disciplina Urbanística del Ayuntamiento de Palma, Joana Ballester, la forma más adecuada de proceder a una inspección de las instalaciones a fin de evitar que los inspectores detectaran las irregularidades cometidas.
Una de las grabaciones es una conversación telefónica entre Julià Garau, celador del Ayuntamiento ya jubilado y al mismo tiempo empleado de Cursach, y Antonio Bergas, que es el número 3 de Cursach y antiguo jefe de la Policía Local de Palma.
Julià Garau le comenta a Bergas que ya ha hablado con Joana Ballester para frenar la inspección o que, al menos, durante la misma no se hicieran fotografías aéreas con la finalidad de que no se pudieran hacer comparaciones entre el estado del gimnasio antes y después de las obras realizadas de forma ilegal.