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Los anti turistas afines al Govern de Armengol exigen a Sánchez frenar la llegada de turistas a Baleares

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Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor OKDIARIO en Baleares, información local de Palma, social y política en general. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

Los anti turistas afines al Govern de Francina Armengol exigen al Gobierno central de Pedro Sánchez que frene la llegada de turistas a Baleares, en línea, con lo afirmado hace apenas tres días por los socios independentistas (Més) de la presidenta socialista del Ejecutivo balear, que el pasado martes exhibían su turismofobia tras dos años turísticos en blanco en Baleares por el covid, calificando de «masificación» la recuperación de los índices de ocupación turística previos a la pandemia.

Ahora son entidades afines al propio Ejecutivo, las que cogen el guante, y se lanzan a una campaña contra la principal, y casi única, industria de las Islas  en el arranque del presente curso político.

Así lo anunció hoy en rueda de prensa la principal dirigente de la denominada Plataforma contra la ampliación del aeropuerto de Palma y portavoz de los ecologistas del GOB, Margalida Ramis, avanzando la convocatoria de movilizaciones para finales del próximo mes de septiembre, en concreto el día 27, para evidenciar «el colapso de las Islas y la inacción política», afirmó.

La portavoz de la plataforma, Margalida Roselló, por su parte reclamó al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, que gestiona Aena, que limite los vuelos y «no tenga en cuenta sólo el dinero».

«Estamos en una emergencia climática de primer orden y no podemos seguir mirando a otro lado, porque nos empobrece, no nos hace más ricos», precisó Roselló.

Por su parte, el representante del colectivo Friday’s for Future, Pere Joan,  criticó la «pasividad de las administraciones», y que se apueste por la «masificación» como modelo turístico.

«Se han superado tanto los límites climáticos como los sociales y se han saturado los servicios del archipiélago; este año vendrán dos millones más que los que vinieron en 2019», apostilló Joan.

Como exponían en el amplio comunicado este colectivo anti turístico, sería «urgente y necesario» poner freno a un modelo de monocultivo turístico basado en el crecimiento sin límites y la masificación, que nos lleva al desastre económico social y ambiental. Un discurso recurrente en el Parlament balear por parte de los principales dirigentes del Ejecutivo, independistas de Més, Podemos, y hasta por el propio conseller socialista de Turismo, Iago Negueruela, si bien en siete años de gobierno del actual Ejecutivo autonómico, Armengol no ha impulsado iniciativa alguna para activar alternativas al turismo.

Entre otras reivindicaciones al Gobierno central de Pedro Sánchez y al balear de Armengol, los anti turistas exigen de forma urgente a ambas administraciones «que limiten la llegada de aviones y pasajeros al aeropuerto de Son Sant Joan, siguiendo la hoja de ruta de otros países europeos» por la necesidad de limitar las emisiones.

A su vez reclaman la cogestión aeroportuaria del aeródromo palmesano entre el Gobierno central y autonómico con la misma finalidad: regular y limitar la principal puerta de entrada a Mallorca, «para evitar una isla saturada y masificada», y la redacción de un nuevo plan director sectorial del aeropuerto palmesano, adecuado a la realidad de crisis ecológica global con la vista puesta en la reducción de vuelos y pasajeros.

En este sentido reclaman el cumplimiento de las declaraciones de emergencia climática realizadas por el Govern balear y el de Sánchez, y actuaciones urgentes frente al aumento de las emisiones contaminantes provocadas por la masificación turística, y la activación exagerada del transporte más contaminante como son los aviones.

Por último piden responsabilidad política con el fin de tomar las medidas necesarias y urgentes, para reducir la intensificación turística y reducir las emisiones contaminantes del transporte aéreo.

Un discurso similar al que predica Armengol y sus socios de gobierno, que en el pasado curso político y tras dos años de pandemia que han dejado contra las cuerdas a miles de empresas en Baleares por la paralización de la actividad turística, ha aprobado iniciativas contra la única industria de las Islas, como la limitación de la llegada de cruceros al puerto de Palma, la congelación durante cuatro años de nuevas plazas turísticas, ha puesto en jaque más de 90.000 plazas de alquiler vacacional y eliminado, por ahora, más de una decena de chiringuitos playeros dejando a más de 200 trabajadores en el paro.

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