1-1. El VAR evitó la mayor de las injusticias
El árbitro anuló el 1-2 del Sevilla en el minuto 96 por mano previa de Fernando
El Mallorca tuvo que haber resuelto el partido mucho antes, pero la faltó puntería ante Bono
La clave fue un disparo de Ángel al poste en el arranque de la segunda parte que pudo ser el 2-0
Mallorca-Sevilla: difícil, sí; imposible, no
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Al Mallorca le faltó la suerte -o la puntería- necesarias para certificar una victoria que tuvo en la mano durante mucho rato. El equipo de Luis García Plaza destrozó al Sevilla en una primera parte increíble y un arranque de la segunda arrollador, pero el balón sólo quiso entrar una vez y eso es un pecado mortal ante un rival de este nivel. Al final Eric Lamela empató el partido y en el minuto 96 tuvo que intervenir el VAR para dar marcha atrás a un gol de Ocampos que había concedido el árbitro, y en el que había habido mano previa de Fernando.
Con la única excepción del accidente del Santiago Bernabéu el Mallorca le ha presentado batalla a cualquier rival con el que se ha enfrentado esta temporada, da igual su nivel o su jerarquía. El Sevilla ha sido el último en comprobarlo. Lopetegui estaba cargado de razón cuando ayer advertía en rueda de prensa sobre lo que le esperaba a su equipo, y por eso llenó de titulares la alineación. Sin embargo no le sirvió de nada.
La primera parte del Mallorca fue de aquellas que es obligado enmarcar. El equipo de Luis García Plaza no sólo desactivó al Sevilla, sino que además tuvo arriba la ambición suficiente como para ir a por la victoria sin tener en cuenta que se enfrentaba a un aspirante al título. Así, Amath ya tuvo el 1-0 en la primera jugada del partido, pero su disparo se fue algo desviado.
Al Sevilla aquella acción le sorprendió tanto que se quedó sin poder de reacción. Totalmente dominado por su rival, el equipo de Lopetegui entró en una profunda depresión que acabó de la única forma que podía acabar, con gol del Mallorca. Un gol que, además, llegó en el momento más mágico de la noche, el minuto 21, el instante elegido para que la grada se acordara de la reciente intervención quirúrgica de Raíllo. Fue entonces cuando un centro raso de Amath llegó en el segundo palo a Antonio Sánchez, que a portería vacía marcó a placer el que es además su primer gol en Primera División.
Ni siquiera con el marcador en contra hizo acto de presencia el Sevilla. Su única ocasión fue en un error de Reina en una salida precipitada ante Rafa Mir, que con toda la meta a su disposición remató fuera. El Mallorca, en cambio, tuvo un par de veces el 2-0 antes de llegarse al descanso, pero lo que ya fue un verdadero chorreo fue el arranque de la segunda parte porque en los cinco primeros minutos los mallorquines crearon hasta tres ocasiones claras de gol, incluyendo un disparo al palo de Ángel. Lopetegui, que ya había dado entrada a Ocampos tras el descanso, dio un golpe sobre la mesa e introdujo tres cambios más de golpe.
El movimiento le dio esta vez resultado al Sevilla porque por primera vez fue capaz de presentarle batalla al Mallorca. A los 58 minutos Rafa Mir remató al poste después de que Reina tocara el balón de forma providencial, y poco después Baba evitó un disparo casi a placer de Lamela que llevaba marchamo de gol. Éste era ya un partido diferente.
LGP lo detectó y no tardó en reaccionar porque se dio cuenta de que los tres de arriba estaban agotados por el enorme esfuerzo físico que habían realizado, pero cuando ya tenía listos los cambios llegó el empate del Sevilla. Eric Lamela tomó un balón que no parecía revestir demasiado peligro, pero consiguió hacerse con el espacio necesario, favorecido por un rebote en el pie de Oliván, para soltar un disparo combado que se alojó en la escuadra. Un remate imparable que dio a los de Lopetegui un punto inmerecido.
El 1-1 amansó a los dos equipos, que no quisieron arriesgarse a recibir un segundo gol. Sin embargo el descuento volvió a ser terrible para el Mallorca porque primero Jaume Costa fue expulsado en el minuto 92 por una entrada sin demasiado sentido sobre Lamela y luego, en el 96, Ocampos mandó a la red un pase de Fernando desde dentro del área, pero cuando ya todo el estadio juraba en arameo el VAR le sopló a Jaime Latre que en la acción previa el brasileño se había preparado el balón con la mano. El árbitro acudió al monitor a revisar la jugada y anuló el gol.