El drama de los andaluces encarcelados en Guinea Ecuatorial: «Ha perdido 20 kilos y el Gobierno no actúa»
El cordobés Javier Marañón y el granadino David Rodríguez llevan casi 10 meses en prisión provisional
Acudieron a una reunión entre las autoridades del país y su empresa y acabaron detenidos por corrupción


El cordobés Javier Marañón y el granadino David Rodríguez llevan casi 10 meses en una cárcel de Guinea Ecuatorial acusados de corrupción. Sus familias denuncian que se encuentran en «condiciones inhumanas»: Javi está en huelga de hambre y ha perdido 20 kilos. «Su vida corre peligro», dice su hermana. David también está «gravemente enfermo». Sus familiares han impulsado una recogida de firmas para que el Gobierno actúe y sean liberados.
Según explica la hermana de Javi, Laura Marañón, en la campaña abierta en change.org (puede firmar aquí), ambos están «encarcelados sin cargos» y «en peligro de muerte» en la prisión Playa Negra, en la isla de Bioko, en Malabo. Es conocida como una de las cárceles más brutales de África, donde los derechos humanos brillan por su ausencia. Se encuentran en «aislamiento total, sin visitas, sin atención médica y sin acceso a comida adecuada».
David y Javi asistieron en enero a una reunión convocada por las autoridades. Iban en representación de su empresa, investigada por corrupción en el proyecto de Televisión Digital Terrestre (TDT). Acabaron «detenidos injustamente» y enviados a prisión provisional. Se les considera directivos/responsables relacionados con la trama, pero sus contratos son de administrativo y técnico de vídeo, sin poder de gestión en la empresa.
«Ellos no tienen ningún cargo directivo ni relación con las decisiones empresariales. Son trabajadores inocentes que están pagando por los actos de otros», denuncia Laura. «Mi hermano ha perdido 20 kilos, está en estado crítico y su vida corre serio peligro. David también está gravemente enfermo. Las familias estamos desesperadas, sin poder comunicarnos con ellos ni enviarles ayuda. La situación es límite».
A pesar de los «esfuerzos» de ambas familias, que han pedido ayuda al Gobierno, al Ministerio de Exteriores, a la Embajada, Casa Real y otros organismos internacionales, todavía no han conseguido «ningún avance real». El Gobierno y Exteriores «siguen sin actuar» y «lo dejan todo en manos de la Embajada, que no tiene poder ninguno en Guinea», lamenta Laura.
El pasado viernes, antiguos compañeros de David se concentraron a las puertas de TG7 –la televisión municipal de Granada, donde fue jefe técnico– para leer un manifiesto y pedir «garantías».
De momento, el Parlamento Europeo ha aprobado una resolución urgente para exigir su liberación, pero no es suficiente. Las familias necesitan «presión ciudadana» para que el Gobierno de Sánchez actúe «con firmeza y urgencia» e «intervenga directamente» ante el presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, en el cargo desde 1982, tras encabezar un golpe de Estado contra su tío. Obiang fue, precisamente, alcaide de la prisión Playa Negra durante varios años.
Ante la nula colaboración institucional, Laura pone el grito en el cielo y reclama colaboración ciudadana: «No podemos esperar más. Cada día cuenta. David y Javier pueden morir si no se actúa ya». Ya han recogido casi 5.000 firmas en apenas dos días.
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