Dos muertos por sobredosis en la cárcel de Algeciras en sólo 7 días: «No saben ni lo que están fumando»
El correo llega impregnado en tóxicos como abrillantadores de llantas y adormecedores de peces de acuario


Dos nuevas muertes por sobredosis en la cárcel de Botafuegos en Algeciras (Cádiz). El sindicato Acaip advierte de «un nuevo tóxico» que está haciendo un «daño devastador a la salud» de los reclusos. La plataforma antidroga del Campo de Gibraltar señala directamente al fentanilo, que llega «impregnado en la correspondencia».
Los funcionarios de prisiones llevan tiempo alertando de este método: cartas procedentes del exterior con papeles empapados en droga sintética, como espráis abrillantadores de llantas de coches o adormecedores de peces de acuario. Su uso es simple: se cortan los folios en láminas, se mezcla con tabaco y se inhala, pero «no saben ni lo que están fumando», señala a OKDIARIO Andalucía el portavoz de Acaip en Botafuegos, José Luis Alcaraz. «Tiene un alto poder adictivo y es tan nocivo que con la primera calada hay gente que pierde la consciencia», explicaba a este periódico meses atrás.
Paquetería, correspondencia, correo ordinario… La droga siempre encuentra un resquicio para colarse en prisión. Acaip denuncia que es «imposible de detectar por falta de medios de control». Además, ahora también irrumpe con fuerza el fentanilo, un opiáceo sintético que en Estados Unidos dejó 190.000 muertos entre 2023 y 2024, según datos de la agencia gubernamental CDC. Es entre 50 y 100 veces más potente que la morfina.
El primero de los fallecidos, C. S. D, tenía una «amplia trayectoria penal y penitenciaria». El pasado 8 de agosto fue trasladado a la enfermería, donde sufrió un «desfallecimiento súbito» irreversible. Ese mismo día fueron atendidos tres internos del mismo módulo y con la misma sintomatología, según Acaip.
El segundo preso, de 32 años, murió siete días después, el 15 de agosto. En el recuento de las 8:00 horas, un funcionarios vio que uno de los reos no respondía. Nada se pudo hacer por salvar su vida. También arrastraba una «dilatada trayectoria» en centros penitenciarios, aunque sólo llevaba cuatro meses en Botafuegos. Su compañero de celda reconoció que esa noche estuvieron fumando cigarrillos mezclados con tóxicos, además de fármacos no prescritos por el médico de la prisión.
«Según la sustancia que consuman, si la mezclan con el tratamiento prescrito y con fármacos que algunos consiguen por su cuenta y compran y venden en el patio, se arma un cóctel que los deja secos», afirma el portavoz de Acaip en Botafuegos en conversación con OKDIARIO. La autopsia esclarecerá cuál fue la droga que provocó estas dos muertes.
El sindicato lleva casi dos años reclamando a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, que adopte medidas e invierta en recursos materiales y tecnológicos para hacer frente a esta problemática y frenar la cifra de fallecidos: «Hasta la fecha no han hecho nada, el problema no va con ellos, y esto es un suma y sigue».