Prisión de Botafuegos

La cárcel de Algeciras, un polvorín para los funcionarios: «He ordenado un bizum para que te maten»

Acaip denuncia nuevas amenazas en la prisión de Botafuegos: "Os voy a meter en el maletero del coche y os voy a quemar"

La cárcel de Algeciras, un polvorín para los funcionarios: «He ordenado un bizum para que te maten»
Cárcel de Botafuegos, en Algeciras (ACAIP).
David García de Lomana

Amenazas, agresiones, suicidios, sobredosis, motines, coches de funcionarios incendiados… La prisión de Botafuegos, en Algeciras (Cádiz), con un gran número de internos vinculados al narcotráfico, es la cárcel más peligrosa de España. Semana tras semana, los funcionarios hacen frente a un ambiente hostil y una población reclusa acostumbrada a infringir la normativa penitenciaria.

El sindicato Acaip ha denunciado un nuevo incidente en la cárcel. Principios de la pasada semana. Se activa el código 1 en prisión. Sobre las 10:30 horas, dos presos comienzan a intercambiarse golpes en la sala de televisión. Un interno golpea repetidamente en la cabeza con una pesa a otro reo. Ambos son separados por los funcionarios y uno de ellos es trasladado a la enfermería. El otro es aislado en el módulo 15. Una vez allí, el preso amenaza gravemente a los funcionarios: «Me acabo de desempetar (acción de sacarse del ano un objeto prohibido y peligroso que puede atentar contra la vida de una persona, véase un pincho carcelario de fabricación casera). Sé dónde vives y voy a ordenar un bizum para que te maten. Os voy a meter en el maletero del coche y os voy a quemar. Tengo gente en La Línea, Los Barrios y en La Bajadilla -barrio de Algeciras-».

Los trabajadores de Botafuegos acuden a la celda, que está destrozada. El preso ha roto la empuñadura de la ventana, los cristales, las luminarias, ha arrojado las bombillas por la ventana y con un cristal en la mano desafía a los presentes: «Os voy a matar a todos, pasad que os corto el cuello».

Según ha podido confirmar OKDIARIO Andalucía, el interno es R. M. L., un español de 32 años, natural de Granada, que ingresó por primera vez en prisión en el año 2012 y tras pasar por diversos penales (Murcia, Córdoba, El Puerto de Santa María, Salamanca, Sevilla) recayó en Algeciras el pasado diciembre. Fue condenado a más de siete años de cárcel por un robo con violencia en casa habitada y en su dilatada trayectoria penitenciaria suma casi medio centenar de sanciones disciplinarias: insultos, amenazas y coacciones a funcionarios, agresiones a otros internos, tenencia de material y sustancias prohibidas, intoxicación individual por consumo, incumplimiento de normas…

El reo fue trasladado este lunes a la cárcel de Archidona, en Málaga, más adecuada a su perfil delictivo, y donde se le aplicará la «modalidad de vida más estricta». Antes de subir al furgón policial volvió a amenazar a los funcionarios: «Te vas a enterar hijo de puta, esto no va a quedar así. Cuando llegue a Archidona voy a mandar un mensaje para que te maten. Mira bien el coche porque vas a acabar dentro del maletero». Los hechos descritos ya han sido puestos en conocimiento del juzgado de guardia por si fueran constitutivos de delito.

Acaip señala a Marlaska

Acaip recalca que la prisión algecireña de Botafuegos es conocida a nivel nacional por ser una «cárcel de paso» por diversos motivos, tanto por su localización geográfica, siendo puerta de entrada a Europa, como por albergar una población reclusa derivada del narcotráfico y una «alta cifra de reclusos extranjeros procedentes del Magreb».

El sindicato se ha dirigido en un comunicado al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y al secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz: «Si ni Marlaska ni el jefe de las prisiones españolas hacen de Botafuegos una cárcel atractiva para que los funcionarios de prisiones tengan arraigo en esta comarca tan especial, será imposible la estabilidad de la plantilla y muy difícil establecer protocolos de trabajo para el casi medio millar de trabajadores que velan a diario por la integridad física, la salud y la reinserción de los presos».

«Ni mucho ni poco les importa si sus funcionarios penitenciarios disponen o no de la protección jurídica necesaria, como tampoco les interesa hablar de la Zona de Especial Singularidad del Campo de Gibraltar y si sus subordinados de prisiones pertenecen a ella o no. Desconocen que somos un eslabón esencial de la cadena de seguridad, donde unos se encargan de investigar, detener y poner a disposición judicial a los arrestados, y otros los enjuician y los mandan a prisión. Pero la cadena no termina ahí: acaba con la retención y custodia de los presos en un establecimiento penitenciario, garantizando así la seguridad de todos los ciudadanos. Mientras que la cadena de seguridad no quede completada por Botafuegos, la cárcel de nuestra comarca no dejará de ser conocida como una prisión problemática y de paso, a la que casi nadie querrá venir a asentarse y desempeñar su trabajo», zanja el sindicato.

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