Las aerolíneas que pujaban por Air Europa presionan para frenar el acuerdo con Turkish Airlines


El acuerdo alcanzado entre Air Europa y Turkish Airlines para la entrada de la compañía turca en el capital de la aerolínea española, por un importe de 300 millones de euros, ha provocado un fuerte malestar en el sector. Los grandes grupos europeos que habían mostrado interés en Air Europa, como Lufthansa o Air France-KLM, entre otros, entienden que puede ser una operación perjudicial para el sector. Operación que tiene el visto bueno del Gobierno de España, como adelantó OKDIARIO, pero que desde el sector creen que puede chocar en Europa.
El Ejecutivo ha dado su visto bueno a la transacción al entender que permitirá a Air Europa devolver los 475 millones de euros del préstamo que recibió en 2020 con cargo al Fondo de Apoyo a Empresas Estratégicas gestionado por la SEPI. El rescate, concedido en plena pandemia, suponía un escollo financiero que la aerolínea de la familia Hidalgo quería quitarse cuanto antes, al acumular intereses de cerca del 9% anual.
La operación se articulará mediante una ampliación de capital y un préstamo convertible, lo que dará a Turkish una participación superior al 25% en Air Europa. La valoración implícita de la aerolínea española ronda los 1.000 millones de euros. Con esta entrada, Turkish se convierte en segundo accionista, por detrás de Globalia y por delante de IAG, que posee un 20% desde enero de 2023.
Competencia en Europa
Las compañías que compitieron por Air Europa se preguntan, de momento, de forma interna, por qué el Gobierno ha favorecido la entrada de Turkish, una aerolínea respaldada por el Estado turco y beneficiada por subvenciones millonarias al aeropuerto de Estambul. Fuentes de peso en el sector consideran que esto constituye una competencia desleal frente a los grandes grupos europeos, sometidos a estrictas limitaciones en materia de ayudas públicas y exigencias medioambientales.
Desde Alemania consideran incomprensible que España, uno de los países más proeuropeos, acepte la entrada de una aerolínea no comunitaria en una compañía estratégica como Air Europa, en detrimento de las ofertas de los principales grupos europeos. El temor los operadores europeos es que Turkish utilice el hub de Barajas para canalizar parte de su enorme capacidad de crecimiento, en detrimento del desarrollo de la aerolínea española en rutas hacia Latinoamérica y Norteamérica.
Turkish Airlines cuenta con más de 400 aviones en servicio y pedidos por centenares de aeronaves adicionales, respaldados por lo que consideran recursos financieros casi ilimitados gracias al apoyo estatal. Este músculo financiero le permite una expansión que para Iberia o Air France-KLM se antoja más complicada de realizar tan deprisa. La pregunta es si Europa debe intervenir en una operación de este tipo, o si incluso el Gobierno, que valida la operación, no debería activar el escudo anti-opas y estudiar la operación.
El argumento de quienes se oponen al acuerdo es que Turkish no necesita Madrid como hub, puesto que Estambul ya opera como gran centro de conexión hacia América y Asia, con una fuerte capacidad de crecimiento. Su entrada en Air Europa, podría servir más para debilitar a los rivales europeos que para reforzar al aeropuerto madrileño.
El Gobierno defiende la operación
A pesar de las críticas, el Gobierno mantiene que la operación es una buena operación que además garantiza el plan estratégico de Air Europa, y además permite que se recupere el dinero del rescate.
Air Europa, por su parte, defiende que la alianza con Turkish es clave para reforzar su estructura financiera y asegurar el desarrollo y crecimiento dentro de su plan estratégico. La compañía de Globalia considera que el acuerdo abre la puerta a sinergias comerciales y a una mayor red de conexiones internacionales.
Sin embargo, el debate llegará a Bruselas, donde varios grupos europeos estudian la posibilidad de elevar quejas formales por lo que consideran un riesgo para el mercado único. Para Lufthansa y Air France-KLM, que abandonaron las negociaciones por el precio exigido por los Hidalgo, la entrada de Turkish no es solo un movimiento empresarial, sino un problema que cuestiona la política de competencia de la Unión Europea.
El acuerdo, que aún debe superar autorizaciones regulatorias y de competencia, se perfila como una de las operaciones más controvertidas de los últimos años en el sector aéreo. Turkish Airlines avanza para consolidar su presencia en Europa, mientras sus competidores denuncian un golpe a la soberanía del transporte aéreo comunitario.