Arzobispado de Madrid

La Iglesia expulsa a la líder de las pseudomonjas HAM: «Si no vienes a misa tardarás más en ir al cielo»

Más de 30 familias han denunciado manipulación y aislamiento de sus hijas

monjas HAM

El Arzobispado de Madrid ha adoptado medidas drásticas contra la Asociación Pública de Fieles Hijas del Amor Misericordioso (HAM) tras una investigación que ha revelado prácticas que se asemejan a las de grupos sectarios. La decisión, comunicada el lunes, incluye la expulsión temporal de María Milagrosa Pérez Caballero, conocida como «madre Marimí» o «mami», quien ejercía como presidenta de la asociación y líder de facto del grupo.

Las medidas han sido el resultado de una investigación previa del Tribunal de la Rota, que ha emitido una recomendación tras recibir múltiples denuncias. «Hemos animado a las personas a acudir a la Justicia eclesiástica», explica a OKDIARIO un representante de una asociación que trabaja con víctimas de abuso y que ha promovido las denuncias.

El cardenal José Cobo ha impuesto además la prohibición de admitir nuevas vocaciones y continuar los procesos formativos de postulantes y novicias de primer año. También se ha limitado toda actividad pastoral pública, incluyendo los controvertidos retiros Emaús y Effetá, encuentros de fin de semana diseñados para generar un fuerte impacto emocional en los participantes.

El Arzobispado ha depuesto al gobierno de la asociación y ha nombrado una comisaria para examinar su viabilidad. Estas son «medidas bastante drásticas en procesos eclesiásticos y además pues bastante rápido respecto a otros procesos», según las fuentes consultadas por este periódico.

Control mental

La investigación ha desvelado un patrón de comportamiento que encaja con las características de deriva sectaria descritas por la Conferencia Episcopal Francesa en un documento de 2014. Este texto advierte sobre los riesgos de grupos católicos que adoptan prácticas cuestionables.

El grupo, que nació en 1983 pero fue oficialmente aprobado como asociación en noviembre de 2007, se ha convertido en menos de dos décadas en un referente controvertido de la pastoral vocacional. Su expansión ha abarcado las archidiócesis de Madrid y Sevilla, además de la diócesis de Getafe.

Las denuncias describen métodos de captación que aprovechan la vulnerabilidad de las personas en retiros espirituales. «Se van aprovechando de la vulnerabilidad de las personas. En el mundo de las sectas se llama ‘love bombing’», detalla la fuente consultada.

El proceso de captación ha demostrado ser extremadamente rápido. Según los testimonios recogidos, «en los casos más extremos en 15 días y a lo mejor en otros casos en tres meses» se produce una transformación radical en las jóvenes captadas.

Un caso paradigmático ilustra este proceso: «Una niña que con 20 años era la reina de la fiesta. Una niña que tenía estudios, que estaba opositando y de la noche a la mañana, pues tiene una herida, una vulnerabilidad, un desencanto amoroso y por ahí la captan y la separan de su familia».

Aislamiento familiar

Una de las estrategias más preocupantes documentadas es el aislamiento sistemático de las familias. «Una de las primeras estrategias que usan es aislar, entorpecer la comunicación con la familia y lanzarles mensajes negativos sobre la familia», explican las fuentes.

Las madres de las jóvenes captadas han relatado situaciones angustiosas: «Mi hija ha venido y me ha dicho que se va al convento y yo no sabía nada de esto (…) Deja los estudios, deja sus oposiciones, deja su carrera…».

Una vez integradas en el grupo de monjas, las comunicaciones quedan severamente controladas. «Sólo tienen un correo electrónico. Para que la madre llame a su hija tiene que llamar al móvil del convento, pero nunca lo coge su hija».

Un testimonio recoge cómo una joven de 20 años llegó a decir a otra que no participaba en sus actividades: «Si vienes vas a tardar más en llegar al cielo que nosotros».

Reacción defensiva

Tras el comunicado del Arzobispado, el grupo ha adoptado una postura de victimización que refuerza las sospechas sobre su naturaleza sectaria. «Tienen un vasto grupo de laicos y familias que en este momento sí están apoyando al grupo, dicen que la Iglesia les persigue», confirman las fuentes.

La investigación del Tribunal de la Rota, que se prolongó durante más de un año y medio, encontró «verosimilitud» en las «numerosas denuncias recibidas» que incluyen abusos de poder y de conciencia.

El discurso empleado en redes sociales es revelador: «La Iglesia no nos entiende. La Iglesia es el demonio. Nosotros somos la verdadera Iglesia», según recoge la investigación.

El grupo mantiene presencia en redes a través de canales de YouTube donde publican contenido que denominan «Diosidencias», una contracción de «Dios» y «coincidencias» que refleja su interpretación sobrenatural de eventos cotidianos.

La transformación del grupo desde sus orígenes resulta especialmente llamativa. En una entrevista radiofónica de 2020, la propia María Milagrosa Pérez Caballero describía su comunidad como una experiencia donde «Dios nos ama con locura». La líder presumía entonces de contar con 60 hermanas de múltiples nacionalidades y de ofrecer «maternidad espiritual» a través de ejercicios donde las personas «se ponen cara a cara a Dios sin miedo».

El grupo llegó a presentar su primer disco en la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa en 2023, siguiendo la estela de otros grupos eclesiales para evangelizar a través de la música. Las integrantes se distinguían por vestir un uniforme compuesto de falda larga y chaleco negro, camisa blanca y sin toca tradicional.

Números impactantes

La magnitud del problema se refleja en las cifras: «En cuanto a denuncias formales de familiares, habrá habido unas 16, pero sin denuncia firme hemo atendido a 25». Tras hacerse público el comunicado del Arzobispado, «ya han llamado otras cinco personas», elevando el número total a unas 30 familias afectadas.

El grupo religioso tiene presencia en Escalona (Toledo) y Sevilla, y se estima que podría contar con entre 70 y 80 miembros internos, lo que convertiría las denuncias en un porcentaje significativo del total.

La rapidez de la respuesta eclesiástica contrasta con la habitual parsimonia de estos procesos, lo que sugiere la gravedad de las evidencias encontradas. El caso de las Hijas del Amor Misericordioso se perfila como un recordatorio inquietante de que incluso en el seno de instituciones respetables pueden proliferar dinámicas sectarias que destrozan familias y manipulan conciencias bajo el velo de la espiritualidad.

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