Las monjas excomulgadas de Belorado declaran por la demanda de desahucio: «Vivimos del juicio de Dios»
Las monjas clarisas de Belorado también han cargado contra el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, por el deshaucio


Las 8 monjas clarisas excomulgadas de Belorado han acudido a declarar este martes ante la jueza por la demanda de desahucio en su contra para que abandonen el Monasterio de Santa Clara de Belorado (Burgos). Sin embargo, las clarisas han dejado claro, justo antes de acceder a las instalaciones judiciales, que como religiosas no es la magistrada quien puede sentenciarlas: «Nos sometemos a este juicio, pero vivimos del juicio de Dios». El Juzgado de Instancia de Briviesca ha escuchado a las partes y decidirá ahora si sigue adelante el lanzamiento, previsto para el próximo 12 de septiembre. Por tanto, el juicio queda visto para sentencia.
La comparecencia judicial de las monjas ha empezado cerca de las 10:30 horas, después de explicar que han llegado a la cita «tranquilas», a pesar de ser conscientes de que «el desalojo es posible». Es más, han querido marcar la diferencia entre su postura y la del arzobispo de Burgos, Mario Iceta, al que han tachado de «cobarde» por mantenerse «escondido» a lo largo del enfrentamiento entre las clarisas y la Iglesia.
Han señalado al demandante por no haber acudido a la vista oral, a la que se han presentado en su representación sus abogados. Los pasos del también comisario pontificio de los monasterios de Orduña y Derio, aseguran, responden a «su propia ambición para quedarse con el monasterio». El portavoz de las clarisas ha añadido que es «la justicia divina» la que actuará.
La comparecencia de este martes se ha celebrado después de dos señalamientos que fueron suspendidos. Además, la Justicia no le ha sido favorable, dado que la recusación que presentaron las monjas en el procedimiento de desahucio fue rechazada por la Audiencia Provincial de Burgos, el pasado mes de julio.
También el Tribunal Superior de Justicia de Madrid inadmitió un recurso con el que pretendían hacer de las entidades monásticas de la Católica de Derio y Belorado «asociaciones civiles culturales». Éste lo presentó la ex abadesa Laura García de Viedma. Sí que se les reconoció el derecho a separarse de la Iglesia Católica.
Por otro lado, solicitaron la impugnación del nombramiento de Mario Iceta como comisario pontificio y administrador y representante legal de los Monasterios de Belorado, Orduña y Derio. Los tribunales han rechazado en todo momento que se haya vulnerado el principio de igualdad o de asociación.
Hace ya más de un año el arzobispo decidió echar a las monjas de la Iglesia por su negativa a comparecer ante el Tribunal Eclesiástico del Arzobispado de Burgos, al que no reconocían su autoridad, con el fin de ratificar su deseo de abandonar la institución católica. Fue entonces cuando también confirmó que iniciaría un proceso judicial para ejecutar el desalojo de las hermanas, y así sacarlas del convento que se resisten a abandonar.
El arzobispado creó una comisión gestora para asumir el pago urgente de las deudas de las monjas, que ascendía a 20.000 euros, y desembolsó 11.000 euros para cubrir facturas de la luz, ingredientes que las religiosas usaron para sus recetas de repostería y gastos en cartonería; con los 9.800 euros restantes se pagaron los once salarios y cuotas de la Seguridad Social pendientes.
Las ya ex clarisas estaban bajo la tutoría del falso obispo Rojas y su portavoz Ceacero, a los que expulsaron del convento cuando conocieron que el Arzobispado asumiría la deuda. Se les consideraba, desde el momento en el que las monjas se amotinaron, como los cerebros del conflicto y como los líderes de una secta, por incitar a las religiosas a romper con la Iglesia católica por intereses inmobiliarios.
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