Todo a cambio de todo

Todo a cambio de todo

Titulares y cronistas políticos coinciden. Es el fin de la escapada del prófugo y su primera victoria humillando a Sánchez a placer. Todo a cambio de todo. El muerto viviente se enroca en Moncloa, se baja los calzones y encima aporta la vaselina. Alejandro Vara: «Será la legislatura de Satanás, el de la republiqueta, que ha empezado a mover el rabo». Pero durará menos que un pícnic. Pedro J.: «Lo que está sucediendo hoy indica que habrá elecciones en 2025». Al Perro Sanxe le faltan 56 escaños para tener mayoría, lo cual permitirá a Feijóo presidir la Nación y olvidar a ese déspota hipócrita por los siglos de los siglos. ¡Aleluya!

Jordi Turull: «Íbamos a votar no pero el PSOE fue cediendo y cediendo hasta el último minuto». Tragando y tragando para no salir de la Moncloa. Los separatistas a cambio de todo, le sacaron la intimerata. Eduardo Inda se chotea de la cínica izquierda: «Puigdemont era buenísimo cuando invistió a Sánchez y ahora es un chantajista». F. Jiménez Losantos fulmina al felón: «le falta la pulsera en el tobillo». Y Raúl del Pozo demuestra que Frankenstein 2 «es el Gobierno del prófugo».

El Ejecutivo del caos, es decir, el sanchismo, no gobierna, sólo mercadea. Sigue las consignas de los piratas de Junts y ERC, abordaje y extorsión. Para operaciones más arriesgadas se guía por los consejos diabólicos de sus socios bilduetarras y compinches comunistas de ultramar. Sánchez, al carecer de principios, nunca tuvo una política definida que no sea el autobombo, que siempre acaba en autodecepción. La propaganda personal conduce al precipicio donde ahora se halla. Es un político quemado en el que ni sus esbirros creen, a pesar de que los pague con oro extraído de los impuestos que nos aplica.

Es una muy mala persona que ha destrozado la imagen exterior de España en beneficio propio y que ha reventado el bienestar del pueblo. Hace lo que se le antoja con las leyes, igual que la Yoli, vicepresidenta segunda del Gobierno, que cumple su amenaza y sube el salario mínimo el 5% sin contar con los empresarios. Hacen lo que quieren cuando les viene en gana porque son un Gobierno progresista y eso, si no me equivoco, es fascismo duro y puro. Van de delito en delito y se la suda. Así nos tratan estos miserables.

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