La moción de censura se vuelve contra Podemos
Un aspecto colateral de relevancia que ha tenido la moción de censura es la pinza diseñada por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz para dinamitar las aspiraciones de Podemos. A nadie se le oculta que el hecho de que Sánchez permitiera que su ministra de Trabajo dispusiera de tiempo ilimitado para replicar a Ramón Tamames responde a un plan de arrinconamiento progresivo de la formación morada, para forzarles a renunciar a su pretensión de convertirse en fuerza hegemónica dentro del proyecto Sumar liderado por Díaz. No es una cuestión menor, porque las aspiraciones electorales de Pedro Sánchez pasan por reafirmar el liderazgo de su vicepresidenta segunda al frente de la nueva marca de la izquierda, desplazando a Podemos, al obligarle por la fuerza de los hechos a admitir su evidente debilidad. O sea, que hasta para eso ha servido la moción de censura de Vox: para que Sánchez y Díaz ajustaran las piezas de un plan consistente en diluir al máximo el protagonismo podemita en vísperas de que Sumar pase de las palabras a los hechos.
Para Sánchez es clave que el proyecto de Yolanda Díaz tenga apoyos suficientes y logre desplazar a la cuarta plaza en número de votos a Vox, para así beneficiarse del reparto de escaños derivados de la ley electoral. Sumar puede ser la tabla de salvación de Pedro Sánchez si la suma de escaños de PP y Vox no alcanza la mayoría absoluta. Están por verse las consecuencias que, en términos electorales, tendrá la moción de censura. Como decíamos en un reciente editorial, la clave está en dilucidar los efectos de la moción sobre las aspiraciones de unos y de otros partidos, pero lo que parece obvio es que la moción ha permitido a Pedro Sánchez y Yolanda Díaz multiplicar los efectos de su pinza contra Podemos. Está por ver cuál es la respuesta de Pablo Iglesias, que es quien mueve los hilos de la formación morada. Porque el mensaje que ha recibido en el Congreso por parte de Sánchez y Díaz es meridiano.