España empieza a ir muy bien

España empieza a ir muy bien

Tras una década de dura crisis, nuestro país podría acogerse a aquella sentencia que hiciera célebre el expresidente José María Aznar desde de 1997 a 2004: España empieza a ir muy bien. La reforma laboral del Partido Popular y el buen hacer de Fátima Báñez al frente de la cartera de Empleo han dado sus frutos. La Seguridad Social ha recuperado 1,7 millones de empleos desde febrero de 2013, cuando tocamos fondo en el número de afiliados. Esto supone que, tras perder 3,3 millones de puestos de trabajo, hemos recorrido la mitad del camino. Comenzamos, por tanto, a estar de pie y sin perder el equilibrio tras sobreponernos a una de las épocas más complicadas de nuestra historia.

No obstante, España necesita consolidar esta situación como un contexto permanente y abandonar cualquier tipo de eventualidad. La única manera para lograrlo pasa por constituir un Gobierno estable cuanto antes. En él, Mariano Rajoy ha de llevar el timón. El Partido Popular ha ganado las últimas elecciones con 52 escaños de diferencia sobre el PSOE, ha sido el único de los grandes partidos que ha mejorado sus resultados con respecto al 20D y, sobre todo, es el gran artífice de que nuestros datos económicos y de empleo vuelvan a ser un referente en Europa. Por lo tanto, sería conveniente para nuestro futuro inmediato que todas las fuerzas constitucionalistas actuaran con sentido de Estado y alcanzaran un gran acuerdo para ahondar en las reformas y completar de un modo óptimo la segunda parte del trabajo.

Es justo y necesario valorar el trabajo bien hecho y, sin duda, Báñez ha conseguido culminar una de las tareas más complicadas de la Administración Rajoy. La ministra asocia su nombre a las buenas noticias de este Gobierno en funciones. Sólo en los últimos 12 meses, el mercado laboral español ha creado 529.804 puestos de trabajo con un incremento interanual del 3%. Algo que ha vuelto a refrendar este pasado mes de julio con la mayor caída del paro desde 1997. Unas cifras que no sólo redundan en la cantidad. Desde el punto de vista cualitativo, los contratos indefinidos han crecido un 11% en estos últimos 31 días hasta situarse en los 137.390.

Ahora que sectores clave como el de servicios, construcción, industria o agricultura y pesca vuelven a funcionar a buen ritmo, cabe esperar que la irresponsabilidad política no malogre un contexto que hace sólo cuatro años era poco menos que una entelequia. Necesitamos políticos valientes y dispuestos a pactar pero, sobre todo, necesitamos estadistas que antepongan los intereses de España y los españoles a cualquier ambición partidista o individual. Está en sus manos.

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