Almeida, en el filo de la navaja
Hay escasas dudas acerca de la valía personal, intelectual y política del alcalde titular de Madrid, José Luis Martínez Almeida. Dudas, sin embargo, que se alargan sobre la posibilidad de que pueda alcanzar la ansiada mayoría absoluta en la capital, como ocurrió en las épocas de Alvarez de Manzano y Ruiz-Gallardón.
¿Qué ha ocurrido con el pequeño gran alcalde? Meses antes del estallido del “globo Casado”, Martínez Almeida –tras la pandemia y Filomena- arrasaba en las encuestas y, sobre todo, se podía describir con justeza su liderazgo en la calle, ya fuera en el barrio de Salamanca o en Vallecas. Incluso, los memes injuriosos o las descalificaciones obscenas “ad hominem” sumaban a su favor.
Yo creo, que salvo en los burgos podridos de la política capitalina de los que escribía don Manuel Azaña, la solvencia del joven alcalde sigue intacta entre los sectores más populares y en las clases medias no talibanizadas por la izquierda. Cosa distinta es la percepción en cenáculos y conspiraciones varias que lejos de disminuir, aumentan por estos lares.
Las encuestas –las mejores y realizadas por criterios objetivos-, sin embargo, se empeñan en afirmar que Almeida está lejos de la mayoría absoluta, entre otras cosas, porque los restos de “Ciudadanos” que dirige la buena y stajanovista Begoña Villacís están muy vivos. Tengo para mí que cualquier intento por sumar a la abogada a la lista del Partido Popular se estrellará. Y, si como dicen los supervivientes naranjas, pueden sentarse con cuatro concejales, la repetición del gobierno de coalición en Cibeles será un hecho. Es muy posible que Vox no revalide su actual fuerza en el concejo, pero aún así, el candidato popular quedaría lejos de poder gobernar en solitario.
Tiene, pese a todo, algo que no tuvo en la anterior elección. La posibilidad de ir acompañado de una lista potente, a ser posible con gentes que antes hayan pagado la Seguridad Social en la empresa privada y con un cierto rictus de modernidad acorde con una derecha, no cobarde ni acomplejada, pero moderna.
Me atrevería a recordar al señor alcalde que en ese viaje no olvide a los que antaño y en el presente le han ayudado en su longa caminata madrileña en pos de una carrera política de éxito. De lo contrario, se puede quedar sin santo y sin peana.
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