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Los restaurantes del barrio de las Letras de Madrid que no te puedes perder: las mejores tabernas, bares y lugares con encanto

El barrio de las Letras tiene una amplia variedad de opciones gastronómicas con precios asequibles

Secretos y 5 curiosidades del barrio de las Letras de Madrid

Barrio de las Letras en Madrid: las mejores rutas, qué ver y cómo llegar

restaurantes Barrio de las Letras
Bodega Los Secretos.
Blanca Espada

Si buscas algunos de los mejores restaurantes de Madrid, y además, poder comer en uno de los barrios con mayor encanto, entonces debes dirigirte al Barrio de las Letras. Basta con caminar un rato por sus calles empedradas, mirar los balcones antiguos y detenerse a mirar sus versos grabados en el suelo y las fachadas centenarias para darse cuenta de lo especial qué es. Pero además de ser un barrio marcado por la literatura, también encuentras grandes propuestas culinarias así que toma nota, porque vamos ahora con los mejores restaurantes del barrio de las Letras en Madrid.

Lo curioso es que este barrio no presume de tener restaurantes imprescindibles, porque en realidad, no le hace falta. La oferta gastronómica del Barrio de las Letras se ha ido construyendo sola, mezclando lo castizo con lo moderno, lo de toda la vida con lo que se reinventa. De este modo, podemos darnos cuenta que es un barrio en el caben tanto una taberna con más de un siglo como un local con estrella Michelin. Y eso es precisamente lo que lo hace tan especial y que seguro, quieras darte una vuelta para probarlos todos. Así que si te apetece comer bien, sin prisas, y dejarte sorprender por sitios con alma, este recorrido te va a gustar. Son siete paradas que resumen lo mejor de este rincón de Madrid. Sin duda, los mejores restaurantes del Barrio de las Letras.

Bodega de los Secretos

Comenzamos con esta bodega, en la esquina de la calle San Blas que seguro, te sorprenderá. La bodega de Los Secretos se esconde bajo tierra, entre bóvedas de ladrillo del siglo XVII. Un espacio que combina historia, arquitectura y gastronomía. Las antiguas galerías, iluminadas con una luz tenue, crean un ambiente íntimo y misterioso perfecto para una cena especial. La apuesta aquí es la cocina mediterránea, reinterpretada con toques actuales, y con platos como bacalao confitado con alioli de miel o el solomillo al foie.

Casa Alberto

En el número 18 de la calle Huertas se levanta una institución madrileña: Casa Alberto, abierta desde 1827 y considerada una de las tabernas más emblemáticas del centro. Su interior conserva la barra de estaño, los azulejos antiguos y el aire castizo de las tertulias literarias de antaño. La cocina mantiene esa fidelidad a lo tradicional que tanto se agradece: callos a la madrileña, rabo de toro o croquetas caseras que saben a casa. Además, han sabido adaptarse con creaciones más modernas como el pulpo con mollejas o las carrilleras al vino tinto.

Ferretería Restaurante

En plena calle Atocha, en un local que un día fue una ferretería del siglo XIX, se encuentra Ferretería Restaurante, un espacio que combina con maestría el pasado y el presente. Los detalles originales del antiguo comercio se mezclan con un interiorismo elegante, cálido y lleno de personalidad. En su cocina, reconocida por la Guía Michelin, predomina la tradición reinterpretada: las croquetas de jamón con velo de papada, el bacalao al pil pil o el cochinillo en dos cocciones son algunos de sus platos más destacados. Comer aquí es disfrutar del Madrid más auténtico, pero con una mirada moderna. Un lugar ideal para quienes valoran la historia y la buena cocina a partes iguales.

Inclán Brutal Bar

En la calle Álvarez Gato, justo donde Valle-Inclán imaginó parte de su universo literario, se levanta uno de los espacios más originales del barrio: el Inclán Brutal Bar. No es sólo un restaurante, es una experiencia. Su decoración, con toques teatrales y luces cálidas, encaja a la perfección con su cocina creativa, que fusiona lo clásico y lo contemporáneo. En la carta hay platos tan sugerentes como la tortilla trufada, los arroces ibéricos o las croquetas melosas que se deshacen al primer bocado. Además, su coctelería es una de las más reconocidas del centro, con combinaciones tan atrevidas como equilibradas. Es un lugar para disfrutar con los cinco sentidos, donde la gastronomía se mezcla con el espectáculo.

Kausa Madrid

En la calle del Amor de Dios, Kausa Madrid ofrece un viaje directo a Perú sin salir del corazón de Madrid. Su propuesta, fresca y colorida, nos presenta lo mejor de la cocina peruana tradicional con un toque contemporáneo. Ceviches, causas limeñas, tiraditos o lomo saltado son los protagonistas de una carta que derrocha autenticidad y buen gusto. Los ingredientes, siempre de primera calidad, se combinan con presentaciones cuidadas y una atención amable que hace que todo fluya con naturalidad. Su pisco sour, preparado con el punto exacto de dulzor y acidez, es el acompañamiento perfecto.

Triciclo

Situado en la calle Santa María, Triciclo de los chefs Javier Goya y Javier Mayor, nos propone una cocina de raíces españolas con influencias internacionales y un enorme respeto por el producto local. No hay carta fija: los menús y sugerencias cambian con las estaciones, lo que garantiza frescura y creatividad. Aquí se puede disfrutar desde una tapa de autor hasta un menú degustación completo, siempre con el mismo mimo por los detalles. El ambiente es relajado, moderno y acogedor.

 

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Yugo The Bunker

En la calle San Blas, casi escondido entre fachadas discretas, está Yugo The Bunker. No es un sitio cualquiera. Es uno de esos lugares de los que se habla por algo. El chef Julián Mármol ha conseguido convertir su restaurante japonés en una experiencia que va mucho más allá de la comida. Dentro, el espacio recuerda a un búnker japonés: paredes sobrias, luz tenue y un silencio que invita a concentrarse en cada bocado. Trabajan con producto salvaje, pescados elegidos al detalle y carnes como el wagyu, tratadas con un respeto casi ritual. Los menús degustación, “Clásicos del Bunker” y “Evolution”, son distintos, pero los dos dejan claro que aquí cada plato tiene intención.

Como ves, el Barrio de las Letras no solo se visita por la literatura, también puedes hacerlo por la gastronomía. Desde una bodega subterránea a una taberna de más de un siglo, o un restaurante con estrella Michelin, todo forma parte de un mismo tejido cultural que hace de este barrio algo único que no te puedes perder.

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