Valle de los Caídos

Denuncian a Sortu por delitos de odio y enaltecimiento del terrorismo por su ataque al Valle de los Caídos

La asociación HazteOir acusa al partido vasco de profanar la basílica con lonas de ETA

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HazteOir ha presentado una denuncia ante el Juzgado de Instrucción de San Lorenzo de El Escorial contra «múltiples sujetos» del partido político Sortu por delitos de odio, contra los sentimientos religiosos, profanación y enaltecimiento del terrorismo. La querella se basa en un ataque realizada este jueves en el Valle de los Caídos.

Según el escrito presentado por el presidente de HazteOir, Ignacio Arsuaga, «en torno a las 10 de la mañana del 18 de septiembre de 2025, múltiples integrantes de Sortu entraron en el recinto del Valle de los Caídos, posiblemente saltando el muro, y colocaron dos grandes lonas» en la cubierta de la fachada principal de la basílica.

Las lonas incluían un homenaje a Jon Paredes Txiki y Ángel Otaegi Etxeberria, «ambos miembros de ETA político-militar y condenados a muerte en 1975 por el asesinato de un guardia civil y de dos policías». En la segunda lona apareció el mensaje: «Ni pudisteis, ni podéis, ni podréis. Gora Euskal Herria askatuta!».

Difusión en redes

La acción fue reivindicada a las 12:09 horas mediante un vídeo publicado en las redes del partido Sortu. Los participantes habían acudido con equipo de grabación «con el fin de grabar y dar publicidad a su actuación», según recoge la denuncia.

HazteOir considera que la elección del lugar no fue casual. Las lonas se colocaron «adrede justo en la cubierta de la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, a la izquierda de la escultura de La Piedad y de la puerta de acceso al recinto». La asociación destaca que la basílica celebra misa diaria a las 11:00 horas entre semana.

La denuncia argumenta que «la actuación de los denunciados pretendía impedir a los católicos que asiduamente acuden al lugar poder acceder a la Basílica y asistir a la celebración del Santo Sacrificio de la Misa, impidiendo así el ejercicio del derecho a la libertad religiosa de la Constitución Española».

Calificación jurídica

HazteOir ha fundamentado su denuncia en cuatro tipos penales del Código Penal español. El artículo 510 sobre delitos de odio, que castiga a quienes «públicamente fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo» por motivos religiosos.

También invoca otro artículo, que sanciona a quienes «por medio de violencia, intimidación, fuerza o cualquier otro apremio ilegítimo impidan a un miembro o miembros de una confesión religiosa practicar los actos propios de las creencias que profesen».

El tercer delito alegado se refiere al artículo sobre profanación, que castiga a quien «en templo, lugar destinado al culto o en ceremonias religiosas ejecutare actos de profanación en ofensa de los sentimientos religiosos». Finalmente, cita el artículo sobre enaltecimiento del terrorismo.

La asociación considera que existe «una clara voluntad de utilizar apremios ilegítimos para dificultar e impedir a los católicos la celebración de misa» y que se trata de «un acto de profanación en un lugar de culto». Argumenta que es «obvio que cabe hablar de profanación cuando, en lugar sagrado, se colocan imágenes dirigidas a enaltecer a terroristas y asesinos».

El Valle de los Caídos, construido durante la dictadura franquista, ha sido objeto de controversia política durante décadas. La basílica contiene «el enterramiento de fallecidos durante la última guerra. Fallecidos, además, en ambos bandos confrontados», lo que según HazteOir agrava «aún más la consideración penal de los hechos denunciados» al tratarse también de un camposanto.

La denuncia hace referencia al «mayor genocidio cristiano de la historia de la humanidad» ocurrido «en los años 30» y señala que la Cruz del Valle de los Caídos «quería ser símbolo de concordia» con «sus dos brazos extendidos, y edificada sobre una cripta en la que están enterrados fallecidos de ambos bandos».

Jon Paredes Txiki y Ángel Otaegi fueron dos militantes de ETA ejecutados en septiembre de 1975, en los últimos fusilamientos del régimen franquista, lo que provocó una crisis. Ahora, con la acción de Sortu quieren salvar su memoria atacando símbolos religiosos, convirtiendo un espacio como el Valle de los Caídos en epicentro donde confluyen todas las tensiones.

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