Por qué eliges fechas señaladas para comprar números de Lotería de Navidad, según la psicología
La elección no responde a cálculos matemáticos ni a probabilidades reales de éxito
El componente afectivo actúa como un refuerzo emocional
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La celebración de la Navidad genera un ambiente festivo, en donde las familias se reúnen a compartir para disfrutar sus comidas y regalos. En este sentido, cada vez que llega diciembre, millones de personas en España eligen repetir un gesto cargado de significado: comprar números de Lotería de Navidad vinculado a una fecha señalada o especial. Por lo tanto, los días nacimientos de hijos, aniversarios o recuerdos familiares se transforman en combinaciones numéricas que se juegan año tras año. A su vez, la elección no responde a cálculos matemáticos ni a probabilidades reales de éxito, sino que se basa en una profunda lógica emocional arraigada en las creencias.
De esta manera, comprar números de Lotería de Navidad se convierte en un símbolo personal y una forma de conectar el azar con la propia biografía, otorgándole un sentido íntimo a un juego que, en esencia, es completamente aleatorio. Desde la psicología, esta conducta se explica como una manera de gestionar la incertidumbre. Según la información difundida por la Sexta, personalizar el número de lotería genera la ilusión de que el resultado es, en parte, controlable. «Elegir una fecha significativa produce una sensación de cercanía con la suerte, como si los recuerdos felices pudieran influir en el desenlace», mencionan los especialistas en esta información. Si bien racionalmente se sabe que todos los números tienen las mismas probabilidades, el componente afectivo actúa como un refuerzo emocional en donde la experiencia del juego se vuelve más reconfortante y coherente con la propia historia personal.
Por qué comprar números de Lotería de Navidad de fechas señaladas
Uno de los factores clave para entender este fenómeno es la carga emocional asociada a las fechas señaladas. Según explica la psicóloga Laura Palomares, citada por la Sexta, las personas atribuimos connotaciones emocionales a los juegos de azar con la creencia distorsionada de que así tendremos más control o más suerte.
«Esta personalización del número funciona como un anclaje psicológico: el recuerdo positivo actúa como una especie de amuleto simbólico que reduce la ansiedad frente al azar y refuerza la decisión tomada», menciona Palomares.
Desde este punto de vista, la elección no busca aumentar la probabilidad objetiva de ganar, sino la sensación subjetiva de coherencia y tranquilidad. Para la especialista, apostar por una fecha importante hace que el juego resulte más significativo, incluso aunque el resultado sea negativo.
«El número no es solo un medio para ganar dinero, sino una extensión de la identidad y de la memoria emocional de quien lo compra», comenta la psicóloga.
Una necesidad de control
La preferencia por comprar números de Lotería de Navidad de fechas especiales está estrechamente relacionada con el llamado sesgo de control. Este sesgo lleva a las personas a creer que pueden influir en acontecimientos aleatorios mediante rituales, elecciones personales o símbolos cargados de significado.
El psicólogo Eduardo Torres, psicólogo del Instituto Centta, compara este mecanismo con antiguos mitos en los que se recurría a dioses o rituales para controlar fenómenos impredecibles como la lluvia, explican desde la Sexta.
«Cuando el azar entra en juego, la mente humana tiende a construir relatos que aporten sentido y estructura. Elegir un número vinculado a una fecha relevante es una estrategia de afrontamiento: no cambia el resultado, pero sí la forma en que se vive la incertidumbre», asegura Torres.
Una tradición social profundamente compartida
Más allá de lo individual, la Lotería de Navidad tiene una dimensión colectiva muy marcada. Según Science Direct, esta lotería se caracteriza por su alto nivel de participación y por la costumbre de compartir décimos entre personas de una misma zona o grupo social.
«Esta práctica refuerza el componente emocional, ya que el número elegido suele representar una historia común: la fecha de creación de una empresa, una celebración local o un acontecimiento compartido», sostienen.
Además, destacan que el hecho de que los premios se distribuyan entre muchas personas refuerza la idea de comunidad y esperanza colectiva. «Incluso quienes no ganan directamente pueden experimentar un aumento del optimismo si su provincia resulta agraciada, lo que demuestra el fuerte impacto psicológico y social del sorteo», mencionan los expertos.
Historia, Navidad y memoria colectiva
La larga historia del Sorteo de Navidad, documentada por Rincón de Fortuna, contribuye a consolidar estas conductas. Desde su origen en 1812 hasta su celebración actual cada 22 de diciembre, la lotería se ha integrado en el calendario emocional de las fiestas.
La cercanía con la Navidad, una época asociada a la familia y los recuerdos, potencia la tendencia a elegir números de Lotería de Navidad de fechas señaladas cargados de significado personal. Por lo tanto, comprar un décimo con una fecha señalada no es un acto irracional aislado, sino una expresión cultural y psicológica.
«Es una forma de unir pasado, presente y futuro en un mismo gesto, donde la esperanza de ganar se mezcla con la necesidad humana de dar sentido al azar y mantener vivos los recuerdos que nos definen», concluyen desde Rincón de Fortuna.
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