París se burla de la última cena de Cristo con un aquelarre woke de ‘drag queens’
Unos 'drag queens' representan 'La Última Cena' de Da Vinci durante la ceremonia de apertura de París 2024
La imagen no ha tardado en viralizarse en las redes sociales
La lluvia destroza la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París
La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024 dejó una imagen llamativa y más que extraña. Incluso ofensiva. En un novedoso espectáculo, en el que el desfile se aunó con diversas actuaciones, mientras los deportistas navegaban por el río Sena, apareció una imagen de lo más comentada. Francia utilizó en una de las numerosas performances de la ceremonia a varios drag queens que representaron La Última Cena de Leonardo da Vinci, esa obra que emula, precisamente, la última vez que Cristo se sentó a cenar con sus apóstoles.
Como no podía ser de otra forma, la imagen no tardó en hacerse viral. Fue algo, cuanto menos, llamativo y que atenta contra el sentimiento religioso. Tuvo lugar al final del desfile, después de que los deportistas hubieran llegado ya al final del recorrido, en la plaza del Trocadero, tras recorrer seis kilómetros en barco.
En lugar del habitual desfile en el estadio olímpico, en esta ocasión, por primera vez en la historia, se sacó la ceremonia fuera del estadio. París estuvo a la altura, dando un espectáculo que, pese a la intensa lluvia que trató de empañar todo lo que habían preparado, consiguió asombrar. Aunque en algunas ocasiones, se les fue la mano con sus ansias de impresionar al personal.
En una de las actuaciones de la inauguración de los Juegos, aparecieron varios drag queens y otros artistas que se pusieron a representar la obra del legendario artista italiano. Da Vinci estuvo presente no sólo por este motivo, sino que también tuvo su protagonismo su pintura más icónica, La Gioconda. Sin embargo, este fue el acto más comentado de todos los que tuvieron lugar en una ceremonia que, además, estuvo animada por diversos artistas, encabezados por Lady Gaga.
‘Drag queens’ y lluvia en los Juegos
La lluvia fue protagonista de la ceremonia. La organización quedó cegada por la amenaza terrorista y jamás completó el tremendo chaparrón que cayó en París desde las 19 horas. Únicamente el palco de autoridades, ni siquiera los deportistas, estuvieron a cubierto mientras caían litros y litros de agua en una ceremonia de inauguración que quedará para el recuerdo y que da una valiosa lección al Comité Olímpico Internacional: no es buena idea sacar este acto de los estadios olímpicos.
Los atletas no disfrutaron porque el público estaba lejos y porque no había un plan B para evitar el aguacero que cayó durante la tarde. París quería venderse como un destino turístico de cara al mundo y quizá la postal que todo el mundo se llevó fue que no está tan lejos de Londres como ciudad encasillada como lluviosa.
En lo que respecta a la delegación española, Marcus Cooper y Támara Echegoyen eran los encargados de portar la bandera de España. Comenzaba en el puente de Austerlitz y atravesaba los lugares más emblemáticos de la ciudad, como la Catedral de Notre Damme, hasta llegar a los pies de la Torre Eiffel, con final al otro lado del río. Entonces, era cuando emprendían rumbo a la Villa Olímpica de nuevo, huyendo de la intensa lluvia que caía sobre la capital francesa.