Juegos Olímpicos: Fútbol

Asensio vale una medalla

marco asensio
Asensio celebra su gol a Japón. (AFP)

Marco Asensio anotó un gol que puede cambiarle la vida. Los Juegos Olímpicos cuentan con ese embrujo de darle la vuelta a la carrera de los deportistas. El balear necesitaba un tanto así para reimpulsarse de nuevo al estrellato tras unas últimas temporadas marcadas por las lesiones y el bajo rendimiento en el Real Madrid.

España se aseguró jugar la final olímpica eliminando a Japón en la prórroga con un gol que tardó 115 minutos en llegar tras una gran jugada de Oyarzábal y Marco. Costó y mucho abrir el entramado defensivo japonés –muy superior físicamente y agresivo– a un equipo español que ha aprendido a sufrir hasta el límite, pero que se marchará con medalla de tierras niponas. El sábado, ante Brasil, sabremos si es de oro o plata, pero el mérito de este plantel para sobreponerse a las adversidades es indudable.

La selección española comenzó con su habitual despliegue de mucha posesión, aunque poca profundidad. La entrada de Rafa Mir en el once titular tras sus heroicidades ante Costa de Marfil no cambiaron el semblante de un equipo dominante, pero que carece de ese chispazo que se requiere para los metros finales.

España mareó el balón a su antojo, mientras Japón esperaba agazapada su oportunidad a la contra. Los nuestros tuvieron diversas aproximaciones que no hicieron intervenir al portero Kosei Tani. Si algo están aprendiendo nuestros muchachos es que en el fútbol olímpico lo vistoso brilla por su ausencia. Lo pragmático termina siempre termina por imponerse y después de la euforia desatada de la anterior eliminatoria, la selección anfitriona no se iba a complicar la vida ni lo más mínimo encerrándose atrás y buscando a Kubo para las contras.

Los pupilos de Luis de la Fuente, pese a todos los obstáculos que se fueron encontrando, crecieron conforme pasaban los minutos. El calor imperante en Saitama tampoco ayudaban a unas piernas de nuestra columna vertebral bastante menos frescas de lo deseado tras doblar la columna vertebral del equipo Eurocopa y Juegos.

A España se le presentó su primera y única gran oportunidad de los 45 minutos iniciales cuando en una triangulación eléctrica entre Pedri y Mikel Merino dejó a Rafa Mir sólo ante un Tani que se hizo gigante en el mano a mano. El delantero murciano la intentó picar, pero la reacción del portero nipón fue soberbia para impedir su disparo.

Era el minuto 38 y España parecía coger un poco de confianza antes del descanso. Kubo, sin embargo, no estaba por la labor de venir de comparsa ante los nuestros y justo antes del descanso se regateó a medio equipo nacional para sacar un córner en una jugada llena de veneno. Japón hacía poco, pero sus armas demostraban estar bien afinadas.

El VAR quitó mucho a España

El inicio de la segundo mitad vio cómo el delantero Hayashi perdonaba una tremenda ocasión desde la frontal del área que se marchó a milímetros de entrar. Japón, jugando a la contra, tenía desquiciada a una España que evidenciaba agotamiento físico frente a la exuberancia local.

La oportunidad de derribar el muro japonés llegó en el minuto 58 cuando el árbitro peruano Kevin Ortega decretó penalti sobre Mikel Merino. El trencilla lo vio muy claro y decretó la pena máxima invalidando la continuación de la jugada que era un mano a mano de Rafa Mir con el portero. El VAR le llamó a filas para que revisase la jugada y se percatara de su error quedando claro que el jugador de la Real Sociedad no había sido objeto de penalti.

España perdió una doble oportunidad sin comerlo ni beberlo. De la Fuente movió ficha metiendo a un Carlos Soler que revitalizó el juego y que a punto estuvo de desequilibrar el marcador tras una gran galopada que taponó a última hora la defensa local. Los nuestros apretaban con más corazón que juego y la lluvia de ocasiones finales llegó como si fuese una traca valenciana. Rafa Mir, Asensio y Merino rozaron la gloria olímpica en un final de partido en el que España mereció mucho más que un escueto empate a cero goles.

A España se le hizo muy cuesta arriba el tiempo extra. Las piernas pesaban a los nuestros con el calor y la humedad ayudando ni lo más mínimo a nuestros intereses. Sólo Rafa Mir, que estaba en la versión de Morata mal, tenía mínimas oportunidades que eran bien taponadas por una defensa japonesa que se agazapaba como un samurai.

Los nuestros siguieron percutiendo en las inmediaciones del área japonesa hasta que la resistencia, por fin, cayó en el minuto 115 tras una gran jugada individual de Oyarzabal por la banda derecha. La estrella de la Real Sociedad se zafó de varios rivales para ceder dentro del área a un Asensio que, pleno de confianza, sacó su rosca para cerrar el partido. España vuelve a una final olímpica de fútbol 29 años después. Ninguno de los presentes en el campo había nacido cuando la generación de Kiko, Cañizares, Alfonso y compañía se llevó el oro.

Últimas noticias Juegos Olímpicos

Lo más visto