Ayuso oculta un informe que descarta la manipulación del móvil de Martín Blas

Javier ayuso caso villarejo
El periodista y ex director de comunicación de la Casa del Rey Javier Ayuso.
Manuel Cerdán

El director adjunto de El País, Javier Ayuso ocultó en una de sus informaciones la existencia de un informe policial que contradice la versión del ex comisario de Asuntos Internos, Marcelino Martín Blas, de que su móvil fue programado para grabar su encuentro secreto con dos agentes del CNI en el que hablaban del caso del Pequeño Nicolás.

Según la información de El País, publicada el viernes pasado, citando el informe policial de Rubén López que fue rechazado por la juez del caso, las ansias del comisario José Villarejo por defender a su amigo De la Joya lo llevó a “grabar y difundir la conversación entre dos policías y dos agentes del CNI”.

El periodista, sin embargo, silenciaba otra pieza policial que echaba por tierra la acusación del policía Rubén López. La sección de Ingeniería e Informática Forense de la Unidad Central de Criminalística de la Policía, ya había concluido en noviembre de 2016, que la denuncia de Martín Blas era técnicamente inviable.

El ex comisario de Asuntos Internos había señalado a Villarejo como el responsable de introducirle en su móvil un programa espía para controlarlo remotamente y grabar su encuentro con dos agentes del CNI, cuya cinta fue reproducida después en un medio de comunicación.

El documento, al que ha tenido acceso OKDIARIO, señala que “no sería posible administrar ni gestionar los periféricos de forma remota sin autorización del usuario de la terminal, siendo en todo caso éste el que debe permitir y activar dichos servicios”. Es decir, la única persona que podía ejecutar la función de grabación en su móvil era Martín Blas, el mismo que había denunciado el espionaje.

Malestar en el juzgado por la filtración

En el Juzgado de Instrucción número 2 de Madrid existe cierto malestar por la filtración a El País del informe policial redactado por Rubén López, ya que en esa fecha sólo era conocido por la juez, la Fiscalía y la Policía. “Y lo publicado sólo beneficia a la versión de los policías”, declaró una fuente judicial.

Dos días después, el lunes 17 de julio, Carlos Enrique Bayo reproducía en Público la información de del diario de Prisa, citando incluso a El País, algo realmente inusual desde que Roures y Cebrián iniciaron un enconado enfrentamiento por la guerra del fútbol.

La maquinaria de propaganda del CNI había funcionado en dos de los medios que viene utilizando desde hace meses para hacer valer su versión en lo que ha logrado acuñar como “guerra entre comisarios”.

No era la primera vez que el equipo de Martín Blas redactaba ese tipo de informes, calificado por fuentes policiales como “prefabricados”, con fines periodísticos y con la única finalidad de perjudicar a compañeros del Cuerpo Superior de Policía, según destaca un representante sindical.

“Antes ya lo hicieron para desprestigiar al comisario Carlos Salamanca y removerlo de la Comisaría del aeropuerto de Barajas de Madrid, relacionándolo con lo que calificaron como ‘la mafia policial de Gao Ping’ en la operación Emperador y al comisario Villarejo inventándose su presencia en una cita con el Pequeño Nicolás en la que nunca estuvo”.

Según la Policía, ese tipo de informes con fines mediáticos no tiene, finalmente, ninguna repercusión penal pero sí graves consecuencias profesionales. Carlos Salamanca fue destituido de su cargo en Barajas, algo a lo que aspiraba el CNI desde hacía tiempo, y Enrique García Castaño fue destituido de la Unidad de Apoyo Operativo (UCO), tras unas grabaciones reproducidas por Público.

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