Denuncian que Maduro arma a «pandillas de delincuentes» y provoca violencia con su contramarcha
La expansión en Venezuela de la milicia, conformada por civiles armados, busca intimidar a los opositores e impedir las protestas programadas para esta semana contra el Gobierno dictatorial de Nicolás Maduro, ha denunciado este martes la organización Human Rights Watch.
«En lugar de facilitar las expresiones ciudadanas perfectamente legítimas […] el Gobierno convoca a una manifestación paralela lo cual es extraordinariamente irresponsable, y también anuncia que armarán a pandillas de delincuentes», ha dicho el director para América de HRW, José Miguel Vivanco.
«Eso realmente es propio de un régimen dictatorial, no de un sistema democrático», ha añadido Vivanco, que también ha acusado al Gobierno de Caracas de ser una «tiranía».
El presidente Nicolás Maduro anunció la expansión de la Milicia Nacional Bolivariana, cuerpo de civiles con entrenamiento militar, durante un acto el lunes en el que recibió la promesa de «lealtad incondicional» de la Fuerza Armada, en la antesala de una gran marcha opositora el miércoles.
Creado como apoyo a la Fuerza Armada por el antecesor de Maduro, Hugo Chávez, la milicia deberá llegar a 500.000 miembros «cada uno» con su fusil «garantizado», dijo Maduro. Por su parte, la Fuerza Armada cuenta con 165.000 efectivos y 25.000 en reserva.
Para el experto, las milicias no guardan muchas diferencias con los llamados «colectivos», grupos civiles armados que apoyan al chavismo, y la decisión de expandirlas está «relacionado con las protestas pacíficas que han sido convocadas por la oposición». La semana pasada, al menos cinco manifestantes opositores venezolanos murieron asesinados durante las protestas a manos de estos colectivos motorizados.
Ambos fenómenos son un caso singular en la región, apuntó.
«No conocemos un ejemplo similar en América Latina donde el Gobierno arme a milicias urbanas, es decir a delincuentes, a pandillas que operan con total impunidad, que amedrentan a los ciudadanos, que tienen licencia para disparar y para detener», dijo Vivanco en rueda de prensa, en Washington.
La oposición venezolana ha llamado para este miércoles a la «mamá de las marchas» contra el gobierno de Maduro, en la cual exigirán elecciones generales como solución a la grave crisis política y económica que atraviesa el país.
La ola de protestas, que deja cinco muertos, decenas de heridos y más de un centenar de detenidos, estalló el 1 de abril luego de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) se adjudicara las funciones del Parlamento y levantara la inmunidad de los diputados.
El chavismo acusa a los adversarios de Maduro de propiciar violencia para precipitar un golpe de Estado.
La contramarcha de Maduro
La oposición venezolana realizará el miércoles lo que prometió será la mayor manifestación contra el gobierno de Nicolás Maduro, quien responderá con una masiva movilización de seguidores, lo que ha desatado temores de nuevos estallidos de violencia.
Apoyado por los militares, que el lunes le ratificaron «lealtad absoluta», Maduro encarará la sexta protesta que organiza este mes la oposición para exigir elecciones generales y respeto a la autonomía del Parlamento, único de los poderes públicos no controlado por el oficialismo.
El jefe del Legislativo, Julio Borges, llamó este martes a la Fuerza Armada a ser «leales» a la Constitución y a dejarlos marchar pacíficamente. En la escalinata de la sede legislativa, Borges pidió a los soldados no una «rebelión o «un golpe de Estado», sino que «cesen los abusos», «el hostigamiento» y «la represión».
Los opositores fijaron 26 puntos de salida para la manifestación que pretende llegar a la Defensoría del Pueblo, centro de Caracas, bastión chavista. Los oficialistas adelantaron que, como siempre, no los dejarán entrar a esa zona, donde será su marcha. «Toda Caracas será tomada por las fuerzas revolucionarias y no nos alboroten», advirtió Diosdado Cabello, uno de los dirigentes más poderosos del chavismo.
Crispación al tope
En esta creciente tensión, 11 países latinoamericanos pidieron a Venezuela que «garantice» el derecho a la manifestación pacífica y lamentaron las muertes ocurridas en las protestas anteriores.
«Resulta vulgar el doble estándar y selectividad política de estos gobiernos para avalar la violencia vandálica de la oposición», reaccionó la canciller Delcy Rodríguez.
Un día antes de las marchas, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, expresó «seria preocupación» por «la militarización de la sociedad» en Venezuela y llamó «a la cordura».
Al respaldar a Maduro y acusar a la oposición de seguir una «agenda criminal» con ayuda del exterior, el ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino López, aseguró en ese acto que restablecer el orden público no es «represión».