El papel de España en la Unión Europea: retos y oportunidades

Tras solicitar la incorporación a la CEE (hoy Unión Europea) en 1977, España firmó finalmente el Tratado de adhesión a la Comunidad Económica Europea el 12 de junio de 1985 en Madrid. La integración oficial en la Comunidad Económica fue el 1 de enero de 1986. Desde entonces, España ha reforzado su intención integracionista, suscribiéndose en diversos acuerdos y tratados y ejerciendo un papel activo en la construcción del proyecto europeo.

España es uno de los países más grandes de la Unión Europea en términos de población y territorio, lo que le confiere un peso importante en la toma de decisiones a nivel comunitario. Además, el país ha experimentado un notable crecimiento económico en las últimas décadas, lo que le ha permitido posicionarse como una de las economías más fuertes de la Unión Europea. Gracias a esto, España ha podido influir en la agenda europea y defender sus intereses en ámbitos como la política agrícola común, la política de cohesión o la política energética.

Retos europeos importantes

Uno de los retos a los que se enfrenta España en la Unión Europea es la crisis económica y social que ha afectado a la economía española en los últimos años. A pesar de los avances logrados en la recuperación económica, España sigue siendo uno de los países con mayores tasas de desempleo y de pobreza en la Unión Europea. Esta situación ha generado tensiones sociales y políticas que han puesto a prueba la cohesión del proyecto europeo y han alimentado el auge de movimientos euroescépticos en el país.

Otro reto importante para España en la Unión Europea es la cuestión de la gobernanza económica y la coordinación de las políticas fiscales entre los países miembros. La crisis de la deuda soberana en la eurozona puso de manifiesto la necesidad de una mayor integración económica y fiscal en la Unión Europea para garantizar la estabilidad de la moneda única. España ha defendido la necesidad de avanzar hacia una unión fiscal más estrecha que permita una mayor convergencia entre las economías de los países miembros y una mayor solidaridad en la gestión de las crisis económicas.

Participación de España en la Unión Europea

España ha participado activamente en la UE en los acuerdos y tratados que se han producido a lo largo de los años. En junio de 1991 firmó el Acuerdo de Schengen que supuso la eliminación progresiva de los controles en las fronteras entre Estados miembros. También participó en el llamado Fondo de Cohesión para proyectos de medio ambiente, infraestructuras de transporte y energía en naciones con un nivel de renta menor al 90% de la media de la UE.

En diciembre de 1995, se acordó en Madrid la denominación de «euro» para la moneda común europea, la cual hizo a España partícipe, como miembro fundador, de la materialización de un proyecto unificador como la UEM. El propósito no es otro que la integración económica de todos los Estados miembros.

España también ejerció un papel activo en la construcción del proyecto europeo al formar parte de las negociaciones de los tratados de Ámsterdam (1997), Niza (2001), el Tratado Constitucional (2004) y Lisboa (2009). Asimismo, ha contribuido al desarrollo de políticas con aportaciones sostenidas en diferentes ámbitos como política de cohesión, diversidad cultural y lingüística, la lucha contra el terrorismo, etc.

Presidencia española semestral del Consejo de la UE

España ha desempeñado la Presidencia de turno semestral del Consejo en diversas ocasiones. La primera y la segunda fue durante los Gobiernos de Felipe González en 1989 y 1995, respectivamente; la tercera, en el 2002, con José María Aznar. La cuarta, en 2010, con José Luis Rodríguez Zapatero, y la última en fechas recientes con Pedro Sánchez.

Tras asumir la Presidencia de la UE en 2023, el Gobierno español anunció sus principales cuatro prioridades, entre ellas, la reindustrialización, la transición ecológica y la justicia social. Ante la crisis originada por la invasión rusa de Ucrania, España tenía además la gran responsabilidad de mantener la firme unidad de todos los países miembros de la Unión Europea en su apoyo a Ucrania.

Prioridades y retos del de España en la UE

En este 2024, España tiene como propósito la implantación de “El Plan de Recuperación y Resiliencia”, el cual fue adoptado en 2020 por todos los países de la Unión Europea, el Parlamento Europeo y la Comisión Europea. La finalidad es la de reparar el daño económico y social ocasionado por la pandemia de COVID-19.

Este plan abarca medidas amplias de inversión y una reforma dividida en treinta y un componentes. Estas medidas tienen un alcance amplio para abordar los desafíos específicos de España.

Medidas REPowerEU en el plan de España

La inclusión de REPowerEU en el plan nacional tiene como propósito agilizar los procedimientos de autorización para proyectos de energía renovable. Ello contempla una inversión ampliada para apoyar el autoconsumo, el almacenamiento de energía y las comunidades energéticas, además de otras siete inversiones orientadas a evitar la dependencia energética de Europa.

Transición digital

El plan modificado destina 40 400 millones de euros a medidas que apoyen los objetivos digitales y la transición digital, con inversiones en la digitalización de la administración pública, en ciberseguridad y en conectividad. Asimismo, incluye inversiones de 10.200 millones de euros para promover la digitalización de la industria y las pymes, inversiones en inteligencia artificial, entre otras estrategias digitales.

Transición verde

El plan también dedica 67.000 millones de euros a medidas que apoyen los objetivos climáticos. A través de diversas inversiones se pretende mejorar la eficiencia energética de edificios públicos y privados, incluidas nuevas viviendas sociales. Asimismo, se busca invertir en la movilidad sostenible en zonas urbanas y de larga distancia y en medidas que ayuden a mitigar los efectos adversos del cambio climático.

A pesar de estos retos, España también cuenta con importantes oportunidades en la Unión Europea. La pertenencia al mercado único europeo ha permitido a las empresas españolas expandirse a otros países de la Unión y competir en igualdad de condiciones con las empresas de otros países.

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