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Hallazgo decepcionante: el fósil de 20.000 años encontrado en Japón no es lo que se pensaba

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Fósil de oso. Foto: Fabio Di Natale.
  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Durante décadas, los llamados fósiles de «Ushikawa Man» se consideraron entre los restos humanos más antiguos de Japón, con una antigüedad estimada de 20.000 años. Este descubrimiento, realizado en la década de 1950 en Toyohashi, fue un pilar en la historia arqueológica japonesa.

Sin embargo, nuevas investigaciones han revelado que estos restos no pertenecen a un humano antiguo. Este giro inesperado pone en perspectiva la importancia del análisis continuo en la ciencia.

¿Qué reveló el análisis sobre los fósiles en Japón?

El estudio más reciente, liderado por el antropólogo Gen Suwa de la Universidad de Tokio y publicado en la revista Anthropological Science, utilizó tecnología avanzada como tomografías computarizadas (CT) y análisis visuales detallados.

Los resultados confirmaron que el supuesto húmero humano era, en realidad, un radio de oso pardo (Ursus arctos), y que el fémur también correspondía a esta especie.

El interés inicial por los fósiles surgió en un contexto de reconstrucción arqueológica tras la Segunda Guerra Mundial. En ese entonces, la identificación de restos humanos prehistóricos era crucial para comprender los orígenes y la migración de los primeros pobladores de Japón.

En este contexto, los paleontólogos de mediados del siglo XX identificaron erróneamente los huesos como partes de un húmero y un fémur humano, un error comprensible dada la limitada comprensión de los restos óseos de osos en esa época.

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Un hueso largo de brazo y la cabeza de un hueso de pierna. Foto: Museo Universitario de Tokio.

El descubrimiento que cambia la cronología humana

Con esta revelación, la narrativa sobre los primeros humanos en Japón también cambia. Los fósiles de Ushikawa ya no se consideran parte de la cronología humana, lo que deja como los restos humanos más antiguos de la isla principal de Japón los hallados en una cantera de piedra caliza cerca de Hamakita.

Estos fragmentos de huesos, que incluyen partes de la pierna, el brazo, la clavícula y el cráneo, se atribuyen a dos individuos que vivieron hace aproximadamente 14.000 y 17.000 años.

El caso de los fósiles de Ushikawa también trae a la memoria el controvertido hallazgo de «Akashi Man», otro supuesto fósil humano descubierto antes de la guerra y destruido durante los bombardeos en Tokio. En la década de 1980, un análisis de moldes de yeso del Akashi Man sugirió que el hueso no era tan antiguo como se pensaba, sino que probablemente pertenecía a un humano moderno.

¿Cómo se ve el futuro de la arqueología tras este hallazgo?

Este descubrimiento no es un fracaso; es un aprendizaje valioso. La ciencia progresa constantemente, y con cada avance surgen herramientas y conocimientos que nos llevan a replantear lo que dábamos por cierto. Revisar el pasado no significa retroceder, sino reafirmar nuestro compromiso con la verdad.

Las tecnologías modernas nos permiten explorar con mayor precisión hallazgos que antes parecían definitivos. Este caso demuestra que cuestionar nuestras conclusiones es esencial para refinar los métodos de investigación y ampliar nuestra comprensión del mundo antiguo.

Cada fósil, ya sea humano o animal, es una pieza esencial para reconstruir el pasado. Este hallazgo reafirma que la verdadera misión de la ciencia no es mantener una narrativa preconcebida, sino desentrañar la realidad tal y como ocurrió.

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