¡Una horchatería! El extraño lugar donde preparan el mejor bocadillo de toda España
Valencia es reconocida internacionalmente por su cultura del almuerzo. Por eso a nadie le extraña que los mejores bocadillos de España y del mundo se hagan en la capital del Turia. Lo que sí llama poderosamente la atención es que haya que ir a una horchatería para probarlo.
La horchatería Cal Carrero ha sido reconocida con el honor de servir uno de los mejores bocadillos de España. Por las tardes puedes tomar el vermú o una horchata, pero si acudes a primera hora tendrás la oportunidad de probar el mejor bocata.
El mejor bocadillo de España se sirve en una horchatería
Cal Carrero ha sido reconocido con el premio a uno de los mejores bocatas de España gracias a su elaboración El Llonganissa. Una auténtica bomba formada por longaniza de pascua fresca, queso scamorza, cebolla caramelizada, cherris confitados, pesto, mahonesa de hierbas y albahaca.
Sus creadores dicen que el bocadillo nació de su predilección por la longaniza de pascua, lo que les permitió crear una versión más gorda perfecta para este tipo de plato.
Además, han incluido un queso muy específico por su amor a la gastronomía italiana, y que es ideal para fundir. Aun así, desde Cal Carrero remarcan que lo importante es utilizar «una llonganissa de pascua de tota la vida».
Otro secreto de sus bocadillos es que el pan siempre lo elaboran en horno cercano y utilizando masa madre.
El Llonganisa cuesta sólo ocho euros. Además, tiene menú de almuerzo por 10 euros y merece la pena: incluye bocadillo, ensalada, bebida, cacau de collaret y café.
Cal Carrero esta situado en uno de los barrios más emblemáticos de Valencia, San Isidro. Concretamente en el Camino Nuevo de Picaña, 41.
La horchatería con el mejor bocadillo de España
Cal Carrero reabrió sus puertas hace unos años reconvertido en una heladería, que por las mañanas ofrece los mejores almuerzos del país.
Sin embargo, su historia se remonta a hace un siglo. Su actual propietario, Bernardino Ortí, es la cuarta generación de la casa solariega en la huerta valenciana. En un inicio se utilizó para fabricar carros, pero su uso ha cambiado con el paso de los años.
Sus actuales dueños descubrieron en 2010 que la casa estaba completamente en ruinas, y vieron la oportunidad perfecta para desarrollar su proyecto de vida.
Sin ni siquiera ser conscientes, crearon un punto de encuentro para los valencianos y que ha servido para revitalizar uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad.