Los viajes del presidente

Moncloa oculta la agenda de Begoña Gómez en los viajes oficiales

Begoña Gómez ha acompañado a Pedro Sánchez en numerosos desplazamientos, como EEUU o Cuba, a cargo de dinero público y con un papel relevante para La Moncloa.

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez, Begoña Gómez y el Falcon
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Gobierno rechaza desvelar la agenda de Begoña Gómez en sus viajes internacionales como acompañante del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Gómez ha acompañado a Sánchez en numerosos desplazamientos y ha participado en distintos encuentros con mandatarios extranjeros, en calidad de ‘primera dama’, aunque en España no exista esa atribución como tal. Algunos de esos viajes fueron, por ejemplo, a EEUU, Canadá,Guatemala Cuba o Francia. Viajes que, como es obvio, corren a cargo de las arcas públicas.

Sin embargo, el Ejecutivo socialista descarta informar sobre la agenda que, en esos días, desplegó la esposa del presidente. Un asunto totalmente opaco  y blindado desde La Moncloa.

Pregunta a Transparencia

La Secretaría General de la Presidencia del Gobierno ha rechazado ofrecer esos datos, a una pregunta de OKDIARIO en el Portal de Transparencia dirigida, específicamente, a conocer «la agenda, en solitario, de la esposa del presidente del Gobierno en los viajes internacionales realizados hasta la fecha», así como el «personal asignado a la esposa del presidente del Gobierno en La Moncloa».

La solicitud, en fase de tramitación, se entiende desestimada en tanto se ha agotado el plazo máximo contemplado por la Ley de Transparencia, un mes y otro más en casos excepcionales, sin que se haya emitido respuesta. La petición se cursó el pasado 11 de enero y, tres días después, se notificó el inicio de la tramitación del procedimiento de acceso a la información pública, a través de la mencionada secretaría, el centro directivo encargado de resolver la solicitud.

A partir de esa fecha, y de acuerdo al artículo 20.1 de la Ley de Transparencia, el organismo disponía de un mes para contestar a la solicitud. En el documento se avisa, sin embargo, de que «transcurrido el plazo máximo para resolver sin que se haya dictado y notificado resolución expresa se entenderá que su solicitud ha sido desestimada».

La Ley de Transparencia obliga, en su artículo 20, a resolver sobre la cuestión en el plazo de un mes, ampliable a otro «en el caso de que el volumen o la complejidad de la información que se solicita así lo hagan necesario y previa notificación al solicitante». Algo que tampoco se produjo en este caso. La misma Ley advierte también al Ejecutivo de que «el incumplimiento reiterado de la obligación de resolver en plazo tendrá la consideración de infracción grave», a fin de imponer las correspondientes sanciones disciplinarias.

Papel  institucional

En este caso, la Administración agotó todos los plazos previstos sin notificar al interesado respuesta alguna, con lo que, de acuerdo a la literalidad de la Ley, la petición se entiende desestimada.

Begoña Gómez ocupó un lugar destacado en varios de esos desplazamientos, desempeñando, de facto, un papel de ‘primera dama’ que, al contrario que en España, sí existe en otros países.

De hecho, en estos viajes, Gómez ha participado, con Sánchez, en los distintos actos ofrecidos por los anfitriones del país en cuestión (recepciones, cenas con autoridades y distintos encuentros institucionales). La Moncloa suele reservar además un peso específico a la presencia de la mujer del presidente, incluyéndola en las imágenes oficiales que difunde en las redes sociales y otras vías de comunicación.

Cabe esperar que, en su caso, el Ejecutivo ampare ese secretismo con la misma excusa que hasta ahora ha esgrimido para hacer lo propio con los viajes de Sánchez: que se trata de ‘materia clasificada’ regulada por la Ley de Secretos Oficiales. 

Dinero público

Sin embargo, cabe recordar también que, tras las sucesivas polémicas por los desplazamientos del presidente, el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno advirtió a Sánchez sobre el uso excesivo del secreto oficial. El organismo decretó que los viajes eran de interés público, además de estar pagados por dinero público y, por tanto, debían publicarse los datos relativos a su coste, así como sus acompañantes.

«No podemos entender que partimos de una clasificación previa de la información relativa al viaje desarrollado y que, por lo tanto, no pudiera proporcionarse los datos de los participantes en el mismo», resolvió el Consejo, que avisó de que «los gastos de viajes de los miembros del Gobierno constituyen información de carácter económico y se nutren de partidas presupuestarias establecidas en los presupuestos generales del Estado; es pues dinero público y su manejo y destino debe ser conocido por la ciudadanía». 

Por otro lado, cabe destacar también que, de acuerdo a la ley, el uso de los aviones oficiales del presidente -Falcon y Airbus- son ‘autoridades’. Es decir: «El gabinete técnico o equipo de apoyo en la toma de decisiones, periodistas en el ejercicio de sus funciones, representando a un determinado medio de comunicación, o personal diplomático nacional o extranjero en el ejercicio de sus funciones públicas». Begoña Gómez no encaja en ninguna de esas consideraciones.

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