El director de la Guardia Civil purgado por Marlaska favorito para ocupar una vacante en el Supremo

El ex director de la Guardia Civil Félix Azón se sitúa como favorito para ocupar una plaza en la Sala Cuarta del Tribunal Supremo

Félix Azón
Felix Azón, ex director de la Guardia Civil.

El ex director de la Guardia Civil y ex vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Félix Azón, se sitúa como favorito para ocupar una plaza en la Sala Cuarta del Tribunal Supremo, la de lo Social. Concretamente, la que dejó vacante el magistrado José Manuel López García de la Serrana tras fallecer el año pasado. Fuentes consultadas por OKDIARIO manifiestan que en el pleno extraordinario que se celebrará el próximo jueves, 4 de marzo, en el que se realizarán ocho nombramientos de la cúpula judicial, el ex director de la Benemérita se postula como el candidato mejor valorado para aspirar al Alto Tribunal.

En la actualidad, Azón es magistrado de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, puesto que ocupa desde que fue destituido como responsable del instituto armado por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Pero su dilatada carrera la inició en su ciudad natal (Huesca) como titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Barbastro, tras licenciarse en Derecho en la Universidad de Zaragoza.

Fue magistrado de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña desde 1999 hasta 2008. Seguidamente, se incorporó como vocal del Consejo General del Poder Judicial a propuesta de la asociación Juezas y Jueces para la Democracia. En este cargo, que ocupó hasta 2013, coincidió con la actual ministra de Defensa, Margarita Robles, con la que mantiene una estrecha relación.

Félix Azón fue propuesto como director de la Guardia Civil en junio de 2018. Esta decisión contó no sólo con el beneplácito de Marlaska sino también con el visto bueno de la ministra Robles. Hay que destacar que el Instituto Armado depende del Ministerio del Interior «en cuanto a servicios, retribuciones, destinos y medios, y del Ministerio de Defensa en cuanto a ascensos y misiones de carácter militar». El 10 de julio, Azón tomó posesión de su cargo en un acto celebrado en Madrid al que acudieron representantes de las altas instituciones del Estado.

Purgado por Marlaska

Felix Azón ocupó el cargo de director general de la Guardia Civil desde junio de 2018, con la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa, hasta su destitución en enero de 2020 tras formarse el nuevo gobierno de coalición PSOE-Podemos.

La relación entre Azón y Marlaska fue deteriorándose paulatinamente hasta su relevo por «cese de confianza». En Interior se da por sentado que su marcha de la Guardia Civil comenzó a fraguarse en septiembre de 2019, cuando se produjeron las primeras detenciones de la ‘Operación Judas’. Tras más de un año de investigaciones, los agentes del Servicio de Información de la Guardia Civil entraron en los domicilios de nueve integrantes de los denominados ‘Comités de Defensa de la República’ y desarticularon una trama criminal para cometer ataques coincidiendo con la publicación de la sentencia del ‘Procès’.

Aquella operación se llevó con la total discreción que requería: el ministro Marlaska fue informado por Azón, unos días antes, de que había una operación en marcha contra un grupo independentista en Cataluña, encargada por la Audiencia Nacional, y que se esperaban detenciones próximas. Sin más detalle.

El problema surgió cuando llegaron las detenciones y el hallazgo de explosivos. Marlaska, que le había comunicado la existencia de esa operación relevante al presidente Sánchez, se enteró en ese momento de la gravedad de lo que se investigaba en esa ‘Operación Judas’. Pero los problemas se agravaron para Azón cuando a Sánchez, recién aterrizado en Nueva York para un viaje oficial, le preguntaron por esos ultras detenidos en una operación antiterrorista en posesión de explosivos. No supo responder. Por aquella discreción, Azón se ganó un buen rapapolvo del ministro, al igual que el resto de la cúpula de la Guardia Civil.

Pulso en Cataluña

La ‘Operación Judas’ también abrió una herida profunda en el independentismo catalán. El Gobierno de Quim Torra salió a respaldar públicamente a aquellos nueve detenidos, alegando que todo se trataba de un montaje policial para empañar las protestas por la condena a los presos golpistas. Y en medio de toda aquella tensión, la Guardia Civil elige Cataluña para celebrar el acto de su patrona, la Virgen del Pilar.

Ese 10 de octubre de 2019, Azón da un discurso en Barcelona en el que hace mención a la iniciativa que unos días antes se ha planteado en el Parlamento catalán para echar a la Guardia Civil de Cataluña. «Eso no ocurrirá», insistió Azón con firmeza. Y a diferencia de lo que había ocurrido con Marlaska, agradeció a sus agentes el trabajo realizado: «Os felicito públicamente. Por lo que supone en sí mismo y por lo que puede suponer, de haber evitado males mayores que ya afortunadamente nunca llegarán a producirse».

Aquellas palabras, y las pronunciadas por el general de Cataluña Pedro Garrido con su memorable «la revolución de las sonrisas se ha convertido en rictus de odio»,  soliviantó al independentismo. La cúpula de los Mossos, presente en el acto, abandonó el lugar tras el discurso visiblemente molesta. La delegada del Gobierno en Cataluña tuvo que acudir a la sede de Interior catalana esa misma tarde para templar los ánimos. Sólo unos meses más tarde, Marlaska le pasó factura a Azón y le sustituyó por la actual directora, María Gámez. Una ‘purga’ similar a la que ocurriría tiempo después con el coronel jefe de la Comandancia de Madrid, Diego Pérez de los Cobos.

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