Acercamientos de ETA

El año del idilio de Sánchez con Bildu se salda con 32 etarras puestos en libertad y 130 acercados

Gobierno ETA
Algunos de los etarras con delitos de sangre acercados.
Pelayo Barro

El 2020 pasará a la historia como el año con más acercamientos concedidos a presos de ETA y en el que más beneficios penitenciarios se ha otorgado a la población reclusa de la banda terrorista. De los 195 pistoleros que hay en las cárceles españolas, 130 se han beneficiado de un traslado a una prisión más cercana al País Vasco o en la propia región. Supone dos de cada tres presos. Cifras de récord que se complementan con el número de excarcelaciones, con un total de 32 entre cumplimientos de condena y libertades condicionales. Para más inri, algunos de esos acercamientos y excarcelaciones coincidieron en fecha con los aniversarios de sus atentados. También se han disparado los homenajes y recibimientos a etarras en sus localidades de origen. Números que han indignado a los colectivos de víctimas en un año marcado por los pactos y la buena sintonía parlamentaria del Gobierno de Pedro Sánchez con su nuevo socio, EH Bildu, que fue clave para la aprobación de los Presupuestos y para la renovación del estado de alarma.

Si hay un colectivo que puede dar por bueno el 2020, ese es el de la izquierda abertzale. EH Bildu ha avanzado en los últimos doce meses en prácticamente todas sus reivindicaciones gracias a su cercanía y pactos con el PSOE. Especialmente en la que más insiste la formación de Arnaldo Otegi: los acercamientos de presos etarras al País Vasco y el fin de las políticas de dispersión.

Los números oficiales están ahí: en 2020 han sido acercados a cárceles más próximas al País Vasco un total de 130 etarras. En realidad son 144 acercamientos, ya que algunos terroristas que cumplen condena fueron trasladados dos veces en el mismo año. De todos ellos, 49 tienen delitos de sangre. El Ministerio del Interior, dirigido por Fernando Grande-Marlaska, incluía en cada información del traslado la coletilla que indigna a los colectivos de víctimas: que han rechazado la violencia, que aceptan la legalidad penitenciaria del Estado español y, sobre todo, que se muestran arrepentidos. En algunos casos incluso se advertía, en falso, que habían colaborado con la Justicia: así fue el caso del etarra acercado en verano tras negarse a señalar a su jefa en ETA durante un juicio.

Los ‘Viernes de Dolores’

El Gobierno de Pedro Sánchez convirtió los viernes de 2020 en ‘Viernes de Dolores’ para los colectivos de víctimas, que así los han bautizado: al finalizar la semana, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias emitía una nota de prensa en la que informaba del nombre de los etarras que se iban a beneficiar del acercamiento en semanas venideras. Interior dio a las prisiones órdenes directas al respecto para que no entorpecieran esta nueva política.

Este goteo constante de acercamientos exasperó a las víctimas y envalentonó al colectivo de presos. Mientras desde Interior aseguraban desconocer el impacto psicológico que causaban estos traslados entre los familiares de los asesinados. Las víctimas, como Almudena Blanco, hija de un teniente coronel asesinado por ETA, reconoce cada acercamiento «como un golpe», como admitía en una entrevista con OKDIARIO el pasado mes de agosto, el mismo día en que se trasladó al asesino de su padre.

En cambio, desde Etxerat, la plataforma que aglutina a los familiares de los etarras que cumplen condena, se aplaudían los «avances» en el fin de la dispersión y se instaba al Gobierno de Sánchez a «no escuchar» a quienes ponen «palos en las ruedas», en referencia a las asociaciones de víctimas.

Históricos asesinos de ETA

Entre los acercados este 2020 se cuentan nombres históricos de asesinos de ETA. Algunos de los más sanguinarios que aún están en la cárcel. Por ejemplo, el de ‘Kantauri’, el alias criminal del jefe de ETA José Javier Arizcuren Ruiz, responsable entre otros de los asesinatos del concejal del PSOE en San Sebastián Fernando Múgica o del popular sevillano Alberto Jiménez-Becerril y su esposa. Estrenará 2021 en la cárcel de La Rioja, mucho más próxima a su pueblo que la de Murcia donde comenzó 2020.

También se ha visto beneficiado del acercamiento este 2020 el etarra Joseba Borde Gaztelumendi, alias ‘Putxe’. Un histórico asesino de la banda que desarrolló su carrera criminal en el ‘Comando Vizcaya’ y se convirtió en uno de los pistoleros más activos durante los llamados ‘Años de Plomo’. Se le atribuyó la participación en 21 atentados entre 1978 y 1983, con un saldo de 16 víctimas mortales. Sin embargo, sólo se hallaron pruebas suficientes para condenarlo por dos de ellos.

También fue acercado este 2020 José María Arregui, alias ‘Fitipaldi’, uno de los dirigentes destacados durante los llamados ‘Años de Plomo’ e inductor de algunos de los asesinatos más crueles de la banda, como el de la casa cuartel de Zaragoza en el que murieron 5 niñas.

Javier García Gaztelu, 'Txapote'
Javier García Gaztelu, ‘Txapote’. (Foto: EFE)

Otro de los nombres más infames en la historia asesina de ETA, el de Francisco Javier García Gaztelu, ‘Txapote’, también se vio beneficiado. No fue progresado de grado ni acercado, pero Interior dio luz verde a su salida del módulo de aislamiento de la prisión de Huelva. Ahora ya convive con presos comunes. Él fue el jefe de ETA que apretó el gatillo contra la nuca del concejal del PP en Érmua Miguel Ángel Blanco. Entre otros.

Acercados en aniversarios

Desde los colectivos de víctimas se señala también una curiosa ‘coincidencia’: varios de los acercamientos se han producido coincidiendo con el aniversario del crimen que cometieron. Así ha ocurrido en la última ‘hornada’ de 11 traslados anunciada el pasado miércoles 30 de diciembre: entre los acercados se encontraba Igor Portu, uno de los etarras que puso la bomba en la T-4 de Barajas en 2006. Murieron 2 personas. El atentado fue el mismo 30 de diciembre, 14 años exactos antes de su acercamiento.

La misma situación se dio con el acercamiento de Lierni Armendariz, la etarra que ayudó a matar al ex ministro socialista y figura emblemática de la resistencia cívica contra ETA Ernest Lluch. A Armendariz se la trasladó a una prisión más próxima a su familia coincidiendo con el 20 aniversario del asesinato de su víctima.

Más sangrante si cabe es el caso de ‘Pakito’, alias tras el que se esconde el ex jefe de ETA Francisco Mújica Garmendia, responsable de la matanza de niños en la casa cuartel de Zaragoza. Fue puesto en libertad el día en que se cumplían 33 años exactos de aquella masacre.

32 etarras a la calle

Además de esos 130 acercamientos, este 2020 también han sido puestos en libertad un total de 32 etarras. Según datos del Observatorio de Política Penitenciaria de la Asociación de Víctimas del Terrorismo han sido 25 los etarras que han salido de la cárcel tras cumplir su condena, y otros 7 tras recibir la libertad condicional.

Entre ellos se encuentra  Josu Arkauz Arana, ‘Josu de Mondragón’, ideólogo de la banda terrorista ETA, o el miembro del ‘Comando Madrid’ Rufino Arriaga Arruabarrena.

En abril quedó en libertad también David Pla, el que fuese último jefe de ETA y uno de quienes condujeron aquel comunicado de 2011 en el que la banda anunciaba el cese de su actividad.

Año con menos presos

Por otra parte, según ha indicado Instituciones Penitenciarias en su balance de fin de año, el 2020 se cierra con una de las cifras más bajas de presos comunes de la historia reciente con 47.373 internos.

Hacían mención también en su comunicado a cuestiones de género, indicando que de ellos «sólo un 7,4 por ciento son mujeres: 3.514, frente a 43.859 hombres privados de libertad».

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