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Alegría a la pregunta de si Moncloa es un lugar seguro de trabajo para las mujeres: «¡Por favor!»

La portavoz del Gobierno asegura que haberse visto con Salazar tras las denuncias fue "un error"

Pilar Alegría asegura sentir "dolor, indignación y traición absoluta" con el escándalo de Salazar

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La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, ha respondido a la pregunta de si La Moncloa es un lugar seguro de trabajo para las mujeres: «¡Por favor!». Así se ha expresado la también ministra de Educación en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes, tras el estallido del escándalo por las denuncias internas de acoso sexual contra Paco Salazar, el que fuera estrecho colaborador de Pedro Sánchez y quien estuvo a punto de convertirse en secretario de Organización del PSOE.

«¡Por favor, por favor!», ha incidido la titular de Educación y Deportes tras ser interrogada si La Moncloa es un lugar seguro para trabajar después de conocerse los comportamientos de Salazar, que trabajaba en la Presidencia del Gobierno.

«Aquí han trabajado hombres y mujeres», ha continuado la portavoz del Ejecutivo, a los que ha descrito como «grandes servidores públicos». Y ha remarcado que «trasladar un mensaje de ese calado no se corresponde con la realidad».

«Creo que los entornos en los que las personas puedan estar no son los responsables de las conductas que una persona pueda tener», ha apostillado Alegría.

El encuentro con Salazar, «un error»

Alegría, a su vez, se ha excusado del encuentro con Salazar que tuvo hace unas semanas, cuando ya se conocían las denuncias de las víctimas: «Se produjo con una persona que conozco hace tiempo».

Sin embargo, ahora, por primera vez, reconoce que «ese encuentro no se tenía que haber producido y fue un error». «Se podrán imaginar que después de conocer el contenido de las denuncias, el dolor y la indignación y la traición que puedo sentir yo y todo mi partido es absoluto», ha abundado.

En todo caso, ha querido aclarar que «ese dolor no es similar ni comparable» al de las víctimas. «Son las víctimas a las que hay que ayudar y acompañar para llevar esta investigación al final de consecuencias», ha apostillado Alegría.

Sin embargo, la portavoz del Gobierno quita hierro a esta situación: «Todas las relaciones con compañeros de trabajo y familiares, están llenas muchas de ellas de profundas decepciones; muchas personas entienden lo que estamos diciendo». «Estas decepciones son absolutamente secundarias, porque lo verdaderamente importante es estar al lado de las víctimas», ha vuelto a reincidir.

El ‘casi’ sustituto de Santos Cerdán

En diciembre de 2024, Salazar fue aupado por Sánchez en el 41 Congreso Federal del PSOE, celebrado en Sevilla. Allí, el secretario general del PSOE renovó su liderazgo al frente de la formación e incluyó en la cúpula socialista a varios de sus más estrechos colaboradores, entre los que estaba Salazar.

En ese mismo Congreso, el presidente del Gobierno respaldó a quien fuera su secretario de Organización, Santos Cerdán, apenas unos meses antes de que fuera encarcelado tras ser señalado por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil como cabecilla de la trama PSOE.

Sin embargo, esa silla tuvo que renovarse el pasado mes de julio de este año, tras la entrada en prisión de Cerdán, que había ocupado ese mismo puesto en detrimento del ex ministro de Transportes José Luis Ábalos, ahora también en prisión.

Entonces, el que iba a ser nombrado sustituto del político navarro era Salazar. Sin embargo, estalló un escándalo tras la publicación en eldiario.es de los testimonios de varias mujeres que aseguraron ser víctimas de acoso sexual por parte de Salazar. Todo ello provocó su renuncia como miembro de la Comisión Ejecutiva.

La denuncia de una trabajadora de La Moncloa bajo las órdenes de Paco Salazar relataba cómo el político socialista le habría realizado comentarios obscenos sobre su vestimenta y su cuerpo, mensajes intempestivos con invitaciones para cenar a solas fuera del horario laboral o incluso ofrecimientos de quedarse a dormir en casa.

Las políticas feministas del PSOE exigieron a su propio partido a dar «explicaciones convincentes y pormenorizadas» sobre la gestión de las denuncias contra Salazar.

Sin embargo, Ferraz ha evitado, de momento, presentar las acusaciones ante la Fiscalía para que, si procediera, se juzgara penalmente a Salazar. El PSOE admitió que se había cometido un error y que se habían gestionado mal las denuncias de dos militantes socialistas contra Salazar por acoso sexual.

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