Lagarde quita hierro a la falta de acuerdo sobre los coronabonos y defiende que el BCE «está preparado»
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha quitado hierro a la falta de acuerdo entre los miembros de la eurozona sobre los «coronabonos» e insistió en que por su parte dispone de los instrumentos para garantizar que ningún Estado quebrará.
«Si algunos puntos son laboriosos» en la negociación para mutualizar la deuda «no es sorprendente», señaló en una entrevista este jueves en la emisora «France Inter» en la que subrayó los «progresos» que se han conseguido en esa negociación del Eurogrupo, que tuvo que ser aplazada el miércoles por la mañana después de una sesión maratoniana por falta de acuerdo.
«La idea de un fondo de reconstrucción financiado colectivamente sería formidable. Pero no creo que estemos ahí todavía», constató. En cualquier caso, en otra entrevista en «Le Parisien» se esforzó en dar tranquilidad porque «el BCE está listo, dispone de todas las herramientas y aportará el escudo necesario para preservar la zona euro».
Y sobre la posibilidad de utilizar otras soluciones adicionales a las que se han presentado en caso de que la situación empeorara, respondió que sí, pero sin precisar cuáles para mantener el efecto sorpresa.
La exministra francesa y exdirectora del Fondo Monetario Internacional dijo que le parece «totalmente impensable» la anulación de las deudas de los países del euro, aunque se esforzó en evacuar la cuestión con el argumento de que no es el momento de plantearla.
«La amortización se hará en un periodo largo», superior a los diez años, indicó tras reconocer que la deuda pública va a aumentar de forma significativa, teniendo en cuenta que, sumadas las medidas presupuestarias y las líneas de crédito ya anunciadas, representan el 19 % del producto interior bruto (PIB) de la eurozona.
«No hay límite a nuestro compromiso»
«Lo que puedo garantizar es que no hay ningún límite a nuestro compromiso al servicio de la zona euro», repitió.
La presidenta del BCE insistió en dar garantías sobre la viabilidad de los bancos europeos que «son más sólidos de lo que eran en 2008», en el momento en que estalló la crisis financiera.
Recordó que el ratio de capitales propios prácticamente se ha duplicado, el marco de regulación se ha reforzado y los supervisores «son mucho más vigilantes y escrupulosos que entonces».