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Juan Bravo: «Intervenir una empresa y cambiar al presidente es comunismo»

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Jose de la Morena
  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

El vicesecretario de Economía del Partido Popular, Juan Bravo, ha criticado duramente la intervención del Gobierno en compañías estratégicas como Telefónica y ha alertado del deterioro del clima empresarial en España. «Eso que hacen es comunismo puro: intervenir empresas y decidir desde Moncloa quién debe estar al frente», ha afirmado en una entrevista concedida a OKDIARIO.

Bravo ha calificado de «primer engaño» el argumento del Ejecutivo para justificar su entrada en Telefónica. «Dicen que quieren protegerla de los saudíes y luego pactan con los saudíes para quitar al presidente», denuncia. A su juicio, la operación vulnera principios básicos del libre mercado: «Las empresas son de sus accionistas, que se juegan su dinero. No puedes invadir una empresa con un 10% de participación y pretender controlar lo que pasa dentro».

El dirigente popular ha subrayado que las decisiones empresariales deben tomarse en los consejos de administración, «teniendo en cuenta a los accionistas», y no desde el poder político. «Es un intento claro de colonización, y eso genera desconfianza tanto dentro como fuera del país», afirma.

En este sentido, Bravo considera que la estrategia del Gobierno está dañando la imagen de España y alejando la inversión extranjera. «Estamos perdiendo una enorme oportunidad. La inversión extranjera está cayendo y la privada también. Sólo se sostiene la pública, pero eso tiene un límite», advierte. A su juicio, uno de los grandes problemas es la pérdida de credibilidad institucional: «Si la gente percibe que las reglas no son claras, que las decisiones se toman por afinidad política y no por criterios técnicos, el país deja de ser fiable».

Bravo también se ha referido a los efectos colaterales de este tipo de operaciones sobre otros sectores. «Telefónica tiene más de 140 millones de euros anuales en publicidad. Si el Gobierno mete mano en esa empresa, también condiciona a los medios», asegura.

Vincula esta intervención con un intento de control del discurso público: «Han hecho lo que tenían que hacer con un mal uso y mal concepto de la publicidad institucional, y ahora van también a por la privada».

Frente a lo que considera una estrategia de intervencionismo político, el Partido Popular propone un modelo de colaboración público-privada, donde el Estado facilite en lugar de dirigir. «No hace falta invadir empresas. Basta con sentarse con ellas, tener un plan y trabajar de la mano», apunta. «El Gobierno tiene herramientas como el BOE para marcar líneas generales, pero no debe interferir en la gestión interna».

Bravo extiende su análisis a la política industrial. Según el dirigente popular, España está dejando pasar oportunidades de reindustrialización por no crear un entorno favorable. «En este país hay empresas que están dispuestas a invertir, pero dicen que la normativa no se desarrolla, que no se les da autorización, que todo son trabas. Así es imposible», lamenta.

Apuesta por medidas concretas como un plan de infraestructuras, mejoras en conectividad y en acceso a la energía, y una fiscalidad atractiva para que las compañías puedan asentarse en el territorio. «Queremos una industria limpia, pero potente. Una industria que paga buenos salarios y que genera empleo de largo plazo», sostiene.

También plantea que los fondos europeos se canalicen mejor: «Los Next Generation no están llegando o están llegando mal. Se han devuelto muchos porque las condiciones no eran las prometidas. Y eso no puede ser». Por ello, propone simplificar procesos, establecer ventanillas únicas y reducir las trabas administrativas para facilitar la actividad empresarial.

Juan Bravo concluye con una reflexión: «La diferencia es que el PSOE quiere dirigirlo todo y lo hace mal. Nosotros queremos confiar en la libertad y en el conocimiento del que emprende. El Estado no debe ser un actor invasivo, sino un socio que acompaña».

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