"Ya no es como antes", dice el presidente mexicano

El izquierdista López Obrador se niega a mediar a favor de Prisa en México pese a los intentos de Slim y Botín

Sánchez, con el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, durante su visita oficial al país. Foto: Joan Guirado
Sánchez, con el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, durante su visita oficial al país. Foto: Joan Guirado
Carlos Ribagorda

El izquierdista Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, que no pierde la oportunidad de criticar a España y a las empresas españolas por su ‘colonialismo’, ha vuelto a dar muestra de esa animadversión hacia el país y se ha negado a mediar a favor de Prisa en el conflicto que tiene abierto el grupo español de medios en el país con la familia Alemán, su socio al 50% en el negocio de la radio, Radiópolis.

La familia Alemán se convirtió en socio de Prisa en 2019, cuando compró el 50% de Radiópolis a Televisa por 68 millones de euros. Ese acuerdo no cambiaba los términos de funcionamiento de la empresa: Prisa dirigía los contenidos de la radio. Sin embargo, la familia Alemán cambió el acuerdo en una Asamblea de accionistas a la que no estaba debidamente convocada Prisa, y asaltó las instalaciones de la compañía a finales de agosto tomando el poder de la empresa, movimiento que ha sido denunciado por Prisa. La decisión anunciada el 7 de octubre por la Corte Internacional de Arbitraje de dar la razón al grupo español no ha servido para cerrar el conflicto: ambas partes siguen negociando una salida a la situación, según publica la prensa local.

Esa negociación es todo lo que ha conseguido Prisa del presidente del Gobierno mexicano para cerrar este conflicto. Aunque un portavoz de la compañía ha asegurado que «no existen reuniones formales» con la familia Alemán ya que Prisa da por acabada la disputa con la resolución de la Corte Internacional de Arbitraje del 7 de octubre, lo cierto es que ambas empresas negocian una salida, que pasa porque uno de los dos compre el 50% que está en manos del otro.

De nada han servido los intentos de accionistas importantes de Prisa para que López Obrador mediara a favor de la empresa española. Carlos Slim, dueño de FCC y accionista de Prisa con un 4,3% del capital, pidió durante un encuentro con Obrador en el palacio presidencial el 18 de septiembre que escuchara a la presidenta del Santander, Ana Botín. Botín atesora el 4% de Prisa y buena parte de la deuda, por lo que su influencia en la compañía es total -el presidente, Javier Monzón, también presidente de Openbank, es un hombre de su confianza-.

Pero la gestión, según publica la prensa local, y que niegan fuentes cercanas a la presidenta de Santander, salió mal. Slim le pasó el teléfono a Obrador, que escuchó las razones de Botín. Pero el presidente de México no ha movido un dedo. Es más, hace unos días mandó públicamente un mensaje claro: «El Gobierno tampoco es para los medios de información. El Gobierno no está al servicio de información como era antes. Ya se terminó».

Vender o comprar

Lo más que ha hecho el Gobierno mexicano es empujar a las dos partes a sentarse a negociar, algo que niegan en Prisa. Sin embargo, Jesús Guerra, abogado de la compañía española en México, ha asegurado públicamente que hay conversaciones con la otra parte para resolver el conflicto, aunque no es fácil. Ninguna de las dos partes quiere vender, y Prisa «se inclina más comprar el otro 50% que por vender y salir de México», ha declarado Guerra.

Según Guerra, la inversión de Prisa en México está «en su ADN» y no se va a marchar. Prisa no puede aumentar del 50% su participación al ser una empresa extranjera, pero sí puede elegir a otro socio local para que compre el 50% de Radiópolis en manos de la familia Alemán. En la prensa local se apunta incluso al propio Carlos Slim como uno de los posibles interesados para asociarse con Prisa y adquirir el 50% de Radiópolis.

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