Las cuestionadas cuentas de Grifols fueron auditadas por el máximo responsable de KPMG Auditores en España

La firma de David Hernanz aparece en los informes de auditoría de las cuentas de Grifols desde 2018

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Roberto Pérez
  • Roberto Pérez
  • Periodista y licenciado en Ciencias Políticas. Especialista en sector público, economía política y presupuestaria, e instituciones político-administrativas. Trabajó para Agencia Efe y Cope, ejerció durante más de 20 años en ABC -etapa que incluyó el ejercicio temporal de la corresponsalía de Nueva York- y actualmente es subdirector de OKDIARIO.

Las cuentas societarias de la farmacéutica catalana Grifols, puestas en cuestión por el fondo internacional Gotham City, fueron auditadas personalmente por el actual presidente de la auditora KPMG en España, David Hernanz Sayans. Forma parte de la cúpula directiva internacional de este gigante de la consultoría empresarial y de la auditoría, cuya sede central está en Holanda y que está presente en 143 países. Hernanz Sayans, presidente de KPMG Auditores S.L., es quien firma los informes de auditoría de las cuentas de Grifols de los cinco últimos ejercicios cerrados. El primero que lleva su rúbrica –en solitario– es el de las cuentas de 2018. El último, el de 2022. Las cuentas de la farmacéutica catalana correspondientes al año pasado, el 2023, están en estos momentos en proceso de cierre y de auditoría.

Antes que Hernanz Sayans fueron otros auditores de KPMG los que se encargaron de auditar a Grifols. Así, el informe de 2017 lo firmó Olga Sánchez López, que se desvinculó de esa multinacional de auditoría a finales de 2022, tras 35 años de ejercicio en KPMG.

Gotham City provocó un seísmo bursátil con Grifols hace una semana. El martes 9 hizo público un informe analítico en el que asegura que la farmacéutica catalana maquilló gruesamente sus estados contables, sus balances y sus cuentas de resultados. La conclusión de Gotham fue demoledora. Tras sostener que la compañía catalana «manipula» los datos de beneficio bruto de explotación y de deuda, afirma que la salud financiera real de Grifols esté por los suelos y que, por ello, el valor de sus acciones societarias «es cero».

El mercado bursátil reaccionó de inmediato con una avalancha de órdenes de venta de las acciones de la catalana. Grifols salió a desmentir lo dicho por Gotham City, pero los inversores demostraron que no se fían de los argumentos. Al final, entre el martes y el viernes, las acciones de la farmacéutica se devaluaron un 39%. Y con ese antecedente encara una nueva semana en el parqué.

La auditora y los accionistas

Gotham City dice que los estados contables que viene presentando Grifols desde hace años no se corresponden con la realidad, que están «manipulados». Las auditorías de KPMG no han apuntado a eso en ningún momento. La conclusión de sus informes de auditoría es recurrente año tras año, con la clásica fórmula usada cuando el diagnóstico es favorable: «En nuestra opinión, las cuentas anuales consolidadas adjuntas expresan, en todos los aspectos significativos, la imagen fiel del patrimonio y de la situación financiar del grupo, así como de sus resultados y flujos de efectivo».

Eso sí, en todos los informes se advierte que esa conclusión ofrece una «seguridad razonable», no absoluta, porque pueden existir incorrecciones en las cuentas que no hayan sido detectadas y que sean frutos de «error» o «fraude» por parte de la sociedad auditada. KPMG empezó a ser la auditora de Grifols en 1990.

Reservas protocolarias al margen, esas conclusiones favorables de KPMG han acompañado sistemáticamente a las cuentas anuales presentadas y aprobadas en las juntas de accionistas de Grifols. Hay que tener en cuenta que esos informes de auditoría van dirigidos expresamente a los accionistas. De ahí que aparezca expresado en la primera línea de cada informe: «A los accionistas de Grifols S.A.» no es un mero formalismo; la auditoría constituye una garantía en defensa de los intereses de los accionistas.

Las cuentas de 2021, corregidas

Esa conclusión favorable de los informes de KPMG aparece también junto a los estados contables de Grifols de 2021, que fueron reformulados por la compañía a petición precisamente de la auditora. Detectó una clasificación errónea de instrumentos financieros.

Este reajuste contable obligó a Grifols a reubicar en su contabilidad 829,94 millones, ya que habían sido clasificados en epígrafes distintos al correcto. Las cuentas, reformuladas, fueron avaladas de nuevo por KPMG. «Nuestra opinión de auditoría no ha sido modificada por esta cuestión», indicó en su informe.

Auditor con gran experiencia

David Hernanz Sayans ejerce como auditor jefe de KPMG en España, en su calidad de presidente de la firma en nuestro país. Fue el 27 de octubre del año pasado, hace dos meses y medio, cuando el Boletín Oficial del Registro Mercantil (GORME) publicó el nombramiento de Hernanz Sayans como nuevo presidente de KPMG Auditoría S.L., firma a la que está vinculado desde 1996.

Se incorporó como auditor de KPMG hace algo más de 27 años, poco después de licenciarse en Empresariales en CEU San Pablo. Hernanz Sayans acumula una amplísima experiencia en la primera línea de la auditoría internacional. En 2009 pasó a tener la condición de socio de KPMG en España. Cuenta con experiencia en auditoría de grandes grupos multinacionales y cotizados. En su haber consta también el haber liderado equipos internacionales de auditoría y ser especialista en gobierno corporativo y en funciones de control y supervisión.

Prevención ante «fraude o error»

Los informes de auditoría son esenciales como análisis independiente. Aunque son las propias empresas auditadas las que libremente contratan y pagan a quienes escrutan sus cuentas, quienes las analizan deben ejercer de forma independiente, nunca bajo instrucciones de la sociedad que les paga. Es una obligación legal. Lo contrario convertiría en papel mojado sus informes de auditoría.

Eso sí, esa labor de inspección independiente no es infalible, entre otras cosas porque puede encontrarse con límites. El más importante es el que puede derivarse de errores materiales o, lo que es peor, de manipulación fraudulenta de los estados contables por parte de las compañías a las que auditan. De ahí que, en todo informe de auditoría, se haga constar esa reserva. Se indica que las conclusiones responden al principio de «seguridad razonable». Es decir, no suponen una garantía absoluta.

«Seguridad razonable es un alto grado de seguridad, pero no garantiza que una auditoria realizada de conformidad con la normativa reguladora de la actividad de auditoría de cuentas vigente en España siempre detecte una incorrección material cuando existe», se indica sistemáticamente en los informes de auditoría realizados a Grifols y firmados en solitario por David Hernanz Sayans. Y se subraya: Esas «incorrecciones» que pueden incluir las cuentas y no ser detectadas por la auditoría «pueden deberse a fraude o error».

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