Luka Modric: el cerebro de la bestia

Luka Modric ha vuelto a cuajar una temporada sobresaliente. En su cuarto año vistiendo la camiseta del Real Madrid el croata ha demostrado que no deja de crecer. El faro del Madrid ha conducido a los blancos a su segunda Champions League en tres temporadas. Luka sigue demostrando que es único y, como el buen vino, se hace mejor con el paso de los años.

La temporada no empezó bien para el centrocampista. La marcha de Carlo Ancelotti y la llegada de Rafa Benítez no le ayudaba, como a otros compañeros suyos. El de Zadar era un fijo para el entrenador madrileño, pero Benítez no terminaba de sacar su máximo potencial. El míster español quería obtener lo mejor de Modric e incluso le enseñó a golpear el balón, ya que consideraba que la forma que tiene Luka de utilizar el exterior de su pie podría causarle lesiones. Esto nunca terminó de ser comprendido por el madridista.

«Lo siento por Rafa y me gustaría darle las gracias por su trabajo, pero siendo honestos y viendo el partido de hoy, creo que el cambio viene bien», aseguró Modric en la primera oportunidad que tuvo para hablar ante los medios después de que Zidane relevara a Rafa. Esto sería un antes y un después para Luka.

Con la llegada de Zidane, Modric volvió a ser Modric. Y el Madrid comenzó a jugar al fútbol. Se rompió las ataduras para desplegar todo su potencial y hasta tocar el cielo.

Medias bajadas en Milán

Modric empezó a dirigir al Madrid hacia la gloria. Su fútbol casi le lleva a ganar una Liga que estaba perdida y en Europa no tenía rival. Así el balcánico y el Real Madrid llegaron a la final de Milán.

Frente al Atlético de Madrid en San Siro dio una exhibición de fútbol y, cuando las piernas le pedían una tregua, Modric se bajó las medias para seguir dirigiendo al Madrid hacia el éxito recordando un fútbol de otro tiempo. Al final Luka terminó alzando La Undécima.

Ahora Modric está inmerso en la Eurocopa. Su principal objetivo es recuperarse de la lesión que sufrió frente a la República Checa y no le permitió jugar frente a España, para poder enfrentarse a Portugal en octavos. Luka se medirá a un Cristiano Ronaldo desatado.