Champions League: FC Barcelona 2 - Inter de Milán 1

Luis Suárez evita la tragedia

luis suárez
Luis Suárez salvó al Barça frente a un Inter superior.
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Luis Suárez silenció sus fantasmas de la Champions y también a los pitos del Camp Nou. El uruguayo anotó dos goles balsámicos que evitan un lío para los culés en la fase de grupos de la máxima competición europea. La máxima del fútbol se cumplió contra el Inter de Milán. El equipo de Conte perdonó muchas ocasiones en la primera mitad y terminó acordándose de ellas cuando se desfondo en el segundo acto.

Los italianos se adelantaron con un tanto de Lautaro que descubrió las vergüenzas de la defensa local, pero el Barça se recompuso gracias a un subidón de intensidad de un Arturo Vidal que cambió el partido. El chileno, muchas veces cuestionado, dio una marcha más a unos culés que sacaron un choque en el que en muchos momentos hubiesen firmado el empate.

El partido comenzó con un Inter que mostró sus cartas desde el principio presionando alto y de forma disciplinada. Conte exhibía músculo en un escenario mundial como el Camp Nou presentando a un equipo muy ordenado, que es síntoma de que hay trabajo detrás de él.

Los lombardos encontraron bien pronto el premio al trabajo previo realizado con un gol de Lautaro que desnudó a Piqué. El central fue a anticipar un saque rápido de los visitantes, no llegó al corte y dejó al argentino en una carrera mano a mano con Leglet. El delantero se impuso en el sprint y cruzó un disparo en plancha ante el que Ter Stegen no pudo obrar el milagro.

El Inter ya tenía en el bolsillo lo más complicado. Los chicos de Antonio Conte pudieron replegarse atrás y salir al contragolpe de manera eléctrica a voluntad. El Barça no sabía como meter mano a un equipo que jugaba a unas revoluciones mucho más elevadas de las que ellos acostumbran. Algo parecido a lo que les pasó en Dortmund.

Griezmann y tímidamente Messi probaron a Handanovic con intentonas que sacaron un esfuerzo mínimo del veterano capitán del Inter. En contraste, al Camp Nou se le paraba el corazón cada vez que Alexis y Lautaro conseguían arrancar un dos para dos contra Piqué y Lenglet. El central culé coronó una primera media hora floja con una amarilla.

El daño podría haber sido peor. El Inter, inmune a la línea de presión local, perdonó de lo lindo antes del descanso. Sensi, en dos ocasiones, la tuvo, aunque especialmente importante fue la mano que sacó Ter Stegen a un cabezazo de Lautaro que podría haber terminado por implosionar a los azulgrana. El descanso, de hecho, era la mejor noticia posible para un conjunto desdibujado.

Vidal cambia la marcha culé

Valverde sabía que necesitaba intensidad y no tardó ni cinco minutos en la segunda parte para hacer un movimiento a arriesgado. Se cargó a Busquets y metió a Arturo Vidal para generar un fútbol más agresivo ante un Inter que seguía en la misma senda de ocasiones de la primera mitad. El chileno respondió con presencia en el área y fue él precisamente quien cambió la tónica del choque.

Mientras el VAR revisaba un posible penalti sobre Sensi, el Barça hilvanó una jugada eterna que parecía que terminaría en nada. Vidal, sin embargo, se sacó de la manga un centro a la frontal hacia un Suárez que se escapó de la telaraña de Godín y compañía para empalar el balón de primeras y anotar un soberano golazo de volea.

El gol insufló confianza a un Barça que disfrutó de sus mejores momentos y ocasiones con Griezmann perdonando un mano a mano. Conte es perro viejo y a través de protestas y triquiñuelas consiguió parar el momento culé. El Inter, no en vano, volvió a disponer de una buena oportunidad tras una salida de Ter Stegen que dejó su puerta vacía y sólo el cansancio de los delanteros interistas hizo que la ocasión se fuese al traste.

Los italianos se cayeron físicamente y en un duelo de golpe a golpe agónico los cracks marcan las diferencias. Messi arrancó a siete minutos del final, atrajo a toda la defensa rival y cuando los tuvo a todos alrededor se la cedió a Luis Suárez para que con un control orientado desbordara a Godín en un tanto que le sirvió como redención.

El uruguayo había anotado dos goles en las últimas dos temporadas de Champions y en una misma noche se quitó de encima toda la presión acumulada. Luis Suárez resolvió una noche aciaga del Barça, pero que tuvo a Arturo Vidal como la testosterona necesaria para culminar una remontada que evita un problema gordo a Valverde. Los resultados empiezan a sonreír a los culés, pero las dudas en su juego no hacen más que acrecentarse.

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