El Atlético entra en pánico por la designación de la pareja Munuera-Mateu

La designación de la pareja formada por Martínez Munuera y Mateu Lahoz para dirigir el partido del próximo domingo entre el Atlético y el Betis ha creado una sensación de verdadero pánico en el Metropolitano ya que se les considera dos de los árbitros más nocivos para el equipo. El historial del alicantino y del valenciano no invita precisamente al optimismo, sobre todo porque se da el caso de que el Comité, rizando el rizo, ha elegido a Mateu Lahoz como árbitro VAR el día después de darse a conocer la sanción de cuatro partidos al bético Canales por faltarle al respeto. El Atlético teme que le toque pagar los platos rotos.

El último recuerdo de Mateu Lahoz en el estadio colchonero es muy reciente. Dirigió el partido ante el Getafe y se tragó un penalti escandaloso a Morata en los primeros compases del choque que además hubiera supuesto la expulsión por doble tarjeta amarilla del defensa Djené. Para el recuerdo queda el diálogo del árbitro con el delantero internacional, reproducido por las televisiones: “Escúchame, escúchame, hay forcejeo con Djené, pero para mí no es suficiente. Y si yo me equivoco, allí arriba está el VAR para corregirme”.

A Mateu no le corrigió el VAR en esa jugada, pese a que era flagrante, pero sí lo hizo en la segunda parte cuando anuló un gol a Correa que la sala VOR, a cuyo frente estaba González González, dio como legal tras tirar las líneas y comprobar que el argentino estaba habilitado. Correa, que había sido sustituido, lo celebró en el banquillo en lo que sin duda será una de las imágenes de la temporada.

Tras no señalar un penalti a Morata y anular el 1-0 a Correa -aunque tuvo que dar marcha atrás- Mateu Lahoz completó la noche pitando en los últimos minutos un máximo castigo a favor del Getafe al interpretar que una mano de Saúl, al que rebotó un balón estando de espaldas, era una acción punible. El público, que había reclamado una falta a Depay en el área en el descuento, despidió al valenciano con una sonora bronca. El domingo no estará en el Metropolitano, pero sí en la Ciudad del Fútbol a cargo del VAR. El Atlético tiembla ante lo que pueda pasar.

La segunda parte de esta historia de terror la protagoniza el policía local en excedencia Juan Martínez Munuera, muy recordado en el Atlético por varios encontronazos que se remontan ya a varias temporadas. Por ejemplo, la expulsión de Griezmann por llamarle «cagón» en un partido ante el Girona o el penalti que señaló hace dos temporadas en Son Moix ante el Mallorca por una falta de Reinildo que sólo existió en su imaginación.

A Martínez Munuera se le echa un cara un penalti no pitado por mano de Casemiro en un derbi, pero el partido que definitivamente le hizo pasar al museo de los horrores rojiblanco fue el que enfrentó al equipo de Simeone ante el Alavés en la temporada 20-21 en la que el Atlético fue campeón de Liga.

Jugado a pocas jornadas del final, con el líder sintiendo el aliento en el cuello de Real Madrid y Barcelona, el árbitro alicantino primero no dio validez un penalti a favor de los rojiblancos que previamente había pitado y, finalmente, en el minuto 85, dejó en silencio a todo el estadio al señalar otro penalti, ahora en el área rojiblanca, que hubiera supuesto el empate para el Alavés. Oblak detuvo el lanzamiento del nuevo internacional Joselu y evitó un resultado que le hubiera hecho perder al Atlético el título de Liga que ganaría en Valladolid en la última jornada.

Martínez Munuera ha pitado dos veces al Atlético esta temporada, ambas en el Metropolitano. En la octava jornada los de Simeone derrotaron 2-1 al Girona y en la vigesimosegunda, el pasado mes de febrero, se impusieron 1-0 al Athletic. En ambas ocasiones pasó desapercibido, y eso es lo que espera el único equipo de Primera División al que no le han pitado un penalti esta temporada que suceda el próximo domingo, aunque lo cierto es que tiene motivos para desconfiar: la dupla Martínez Munuera-Mateu Lahoz intimida a cualquiera.