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Pocos platos generan tanta expectación en Navidad como un buen jamón. Sin embargo, a medida que avanzan los días festivos, uno de los temores más habituales es que su superficie empiece a endurecerse y pierda la jugosidad que lo caracteriza.
Aunque solemos recurrir a todo tipo de remedios caseros, muchos no logran frenar realmente la sequedad. La buena noticia es que los expertos en jamón han identificado un método simple y muy efectivo para taparlo correctamente y evitar que se reseque antes de tiempo. ¿Quieres saber cuál es?
Éste es el truco definitivo para conservar el jamón sin que pierda jugosidad
Mantener la textura original del jamón depende en gran medida de cómo se proteja la parte ya expuesta. La exposición al aire, la falta de humedad y la temperatura del entorno influyen más de lo que parece, por lo que aplicar un método adecuado puede prolongar su frescura durante semanas.
Y aunque se suele insistir en cubrir el corte con grasa blanca y un paño de algodón, lo cierto es que este procedimiento preventivo puede quedarse corto cuando la superficie ya muestra signos de sequedad. Aquí es donde entra en juego un aliado inesperado presente en cualquier despensa.
El método que recomiendan los expertos: añadir un poco de aceite de oliva
Tal y como explica Berídico, un portal especializado en productos ibéricos, existe una técnica especialmente útil si el jamón ya ha empezado a perder humedad: extender una capa muy fina de aceite de oliva sobre el corte.
Esta solución, simple y efectiva, actúa como una barrera protectora que ayuda a restaurar la grasa superficial y a sellar la parte expuesta, frenando el avance del secado.
La recomendación de los expertos es clara. El aceite debe aplicarse de forma moderada, únicamente para devolver hidratación a la superficie, evitando excesos que puedan modificar la consistencia del producto.
Estos métodos funcionan por estos motivos:
- Restaura la capa grasa que protege al jamón durante su curación.
- Evita el contacto directo con el aire, un enemigo de la carne curada.
- Retiene la humedad interna, manteniendo su jugosidad por más tiempo.
Aunque este recurso es perfecto, no sustituye al protocolo habitual recomendado por los maestros jamoneros. Según Berídico, la forma más segura de conservar el jamón abierto es cubrir el corte con lonchas de grasa blanca retiradas de la propia pieza y, encima, colocar un paño de algodón limpio.
Este método crea una barrera natural y favorece que la pieza respire sin resecarse.
Dónde guardar el jamón para evitar que se estropee
Además de cubrirlo correctamente, la ubicación es fundamental. Lo ideal es mantener el jamón en un espacio fresco, seco y alejado de fuentes de calor, preferiblemente sobre una jamonera que facilite la manipulación y mejore la ventilación.
Gracias a estas recomendaciones, tanto la protección clásica con grasa y paño como la fina capa de aceite de oliva para recuperar humedad, es posible mantener el jamón en condiciones óptimas durante toda la Navidad.
De este modo, una buena conservación permite que el jamón se mantenga fresco durante más tiempo y brinde una experiencia gastronómica más completa y placentera.