La amistad de Abascal y Mazón podría ser la clave para el desbloqueo de la investidura de Pérez Llorca
Fuentes del PP deslizan que el propio Mazón se está encargando personalmente de la sucesión

Carlos Mazón conoció a Santiago Abascal cuando sólo tenía 21 años. Aquel fue el inicio de una larga amistad que se ha ido fortaleciendo sobre la base de la sinceridad y el respeto mutuo. Hasta el punto de que, 30 años después, el uno confía plenamente en el otro. Esa amistad podría ser la clave para el desbloqueo de la investidura del candidato al que todos, los de un partido y otro, avalan en Valencia para suceder a Mazón: Juan Francisco Pérez Llorca. Esa es también la razón por la que fuentes del PP en la Comunidad Valenciana deslizan en privado que Carlos Mazón se está encargando personalmente de la sucesión.
La actividad de Carlos Mazón desde que el pasado lunes anunció y firmó su dimisión es incesante. Hace sólo 24 horas, el presidente firmó su solicitud de comparecencia ante la comisión de investigación de la DANA en las Cortes Valencianas, renunciando incluso a los tres días de gracia para la comunicación de la fecha. Mientras Sánchez rehúsa de acudir a la sede parlamentaria valenciana para dar explicaciones sobre su actuación en la riada, Mazón no duda en agilizar los trámites para relatar lo que ocurrió con luz y taquígrafos.
Otro gesto, el del presidente valenciano, al que el líder de Vox otorga un gran valor. El de dar la cara en los momentos críticos, cuando en Valencia se gestaba otro 13-M desde la izquierda y el independentismo.
Abascal sabe que todos los compromisos que Mazón adquirió con Vox tras su investidura los ha cumplido. Tanto mientras fueron socios de gobierno, como después. Y sabe, también, que en los momentos más complicados, el Mazón amigo ha hecho honor a esa amistad y a la inversa.
Siempre se han dicho lo que pensaban. Esa sinceridad ha allanado el camino a todos los acuerdos. Y ahora lo puede volver a hacer. Lo que podía ser, ha sido. Lo que no se podía asumir por uno u otro, también se lo han transmitido. Y, en todo momento, con un diálogo fluido, directo. Con claridad, respeto y confianza. Algo que los dos valoran, porque es la base de su amistad.
Quien ha pilotado el cumplimiento de esos acuerdos por el PP en la Comunidad Valenciana ha sido Carlos Mazón. Y quien que ha llevado a buen puerto las órdenes del presidente, sin un mal gesto y sí con la aceptación de todo el grupo parlamentario, ha sido Juanfran Pérez Llorca. De ahí, las palabras del portavoz de Vox en las Cortes Valencianas, José María Llanos: «A mí Juanfran me cae muy bien». resumen del chequeo efectuado en el territorio.
Abascal y Mazón son, posiblemente, las dos personas que más claras tienen las ideas acerca de cómo proceder en esta crisis. Se conocen a nivel personal sobradamente. Conocen, también, perfectamente el terreno y de lo que es capaz la izquierda y el independentismo. Saben que está en juego el futuro de la Comunidad Valenciana y detener, precisamente, el avance del independentismo. De ahí, leyes como la de la libertad educativa, pionera en España, consensuadas entre ambas formaciones.
Saben también los problemas que puede acarrear alargar el proceso. Y algo importante y que suele pasar desapercibido: los dos están muy vinculados a Alicante y a la Comunidad Valenciana. De ahí, que su amistad podría ser la clave para desbloquear la investidura. Y de un lado y de otro, con los informes en la mano, el nombre del sucesor coincide: Juan Francisco Pérez Llorca.
Una fuente del PP reconocía en los momentos más tensos de la crisis, justo tras la dimisión de Mazón: «Si los dejan, esto se resuelve rápido. Y a todos nos interesa que la solución sea rápida». Por su parte, el mismo día en que Mazón dimitió, fuentes de Vox aseguraban que «lo principal son las ideas. En cuanto a personas, con Pérez Llorca, si lo proponen, no hay problema». No hay cambio de cromos ni ninguna parte lo ha planteado. Hay debate de ideas. Pero nada, que una buena charla entre dos personas que se conocen hace 30 años y confían el uno en el otro no puedan resolver.