Ni peluches ni plastilina: el juguete que tu bebé necesita para su desarrollo cognitivo y sensorial
Ayuda al bebé con su desarrollo cognitivo desde los primeros meses con elementos como un gimnasio
Juegos y actividades para estimular el desarrollo cognitivo de tu bebé
Cómo estimular el desarrollo sensorial y cognitivo de tu bebé con juegos sobre las partes del cuerpo


Durante los primeros meses de vida del bebé, cada estímulo que le podamos ofrecer cuenta. Para él todo es nuevo, pero a la vez, todo queda en su memoria. Tal vez por ello, solemos llenar su entorno de peluches, móviles con música o incluso plastilina (que aún no puede manipular). Sin embargo, existe un elemento o juguete para el bebé que puede ser mucho más eficaz para el desarrollo cognitivo del bebé: la manta y el gimnasio.
Este tipo de juguete para el bebé, que no hace ruido ni luce a primera vista como algo espectacular, tiene un papel clave. Porque no sólo lo entretiene. Estimula la coordinación, la atención, el desarrollo sensorial e incluso el vínculo con los padres. Desde que el bebé empieza a mover los brazos o a girar la cabeza, la manta acompañada de un gimnasio, le ofrece un entorno seguro para explorar su cuerpo y su entorno. Así que, más allá de lo estético, vale la pena mirar bien qué tipo de experiencias le ofrecemos a nuestro hijo. A veces, lo más sencillo es lo que más ayuda. Y este es uno de esos casos claros los que menos es más. Vamos a ver por qué y cómo el desarrollo cognitivo del bebé se puede reforzar con la manta y el gimnasio.
El mejor juguete para el bebé y su desarrollo cognitivo
Puede que pienses que poner al bebé sobre una manta de actividades, es algo que servirá para que «pase el rato» o para que pueda estar más distraído que sencillamente en brazos, o tumbado en la cuna. Lo cierto es que es rato que pasa en la manta sirve, en realidad, como una fuente de estímulos que activan distintas zonas del cerebro. Las texturas, los colores, los objetos móviles, etc… todo ayuda a que su mente conecte ideas, aprenda a enfocar y a coordinar el ojo con la mano.
Además, el hecho de estar tumbado le permite moverse libremente. Sin restricciones. Puede girar, estirarse, empujar con las piernas o intentar agarrar algo. Y en ese esfuerzo se fortalecen músculos, se desarrolla la perseverancia y se despierta la conciencia espacial. Porque aunque parezca simple, lo que está haciendo es resolver problemas en miniatura.
Si además la manta tiene espejos, materiales que crujen o pequeños sonidos, los beneficios aumentan. Cada vez que descubre que al mover el brazo algo se activa, o que su reflejo aparece, el aprendizaje se multiplica. Es un juguete para bebé, sí, pero a la vez desarrolla su cognición.
Estimulación sin exceso
Uno de los errores comunes es pensar que los bebés necesitan muchos estímulos a la vez y cuanto más, mejor. Pero eso puede saturarlos. Las mantas de actividades están diseñadas justo al revés: ofrecen variedad de estímulos pero sin agobios y sin saturación en el espacio.
Lo ideal es que tengan algunos elementos colgantes intercambiables, para renovar el interés sin sobrecargar. Que los colores sean vivos, pero armónicos. Y que los estímulos estén bien repartidos para invitar al movimiento, no solo a mirar. Cuando el bebé gira la cabeza o estira el brazo hacia un lado, está fortaleciendo su musculatura de forma natural.
También es positivo que haya momentos de juego compartido. No se trata de dejarlo sólo en la manta sin más. Debemos acompañarlo, observar cómo reacciona, hablarle, animarlo. Esa interacción potencia aún más los beneficios de la manta, tanto a nivel cognitivo como emocional.
Los beneficios del gimnasio para el desarrollo del bebé
Ya hemos visto de qué modo la manta puede ser un buen juguete para el bebé, tanto para que esté distraído como que a la vez, se desarrolle. Pero un paso más allá lo podemos dar con el gimnasio. Este complemento, que suele incluir arcos con juguetes colgantes y elementos sensoriales, enriquece aún más la experiencia del bebé.
El gimnasio es entonces el complemento ideal, como decimos, a la manta. Puede que a priori, al colocar el gimnasio frente al bebé (de hecho encima si está tumbado), este no haga nada y sólo observe los objetos que cuelgan sobre él. Pero poco a poco, comenzará a mover los brazos y las piernas, con el fin de poder tocarlos, y poder coordinar su mirada con el movimiento. Ese pequeño gesto de golpear o agarrar un muñeco suspendido no es algo trivial: está entrenando su coordinación ojo-mano, su percepción de la distancia, su fuerza y su capacidad de atención.
Además, el gimnasio puede ir adaptándose al desarrollo del bebé. Al principio sirve para estimular desde el suelo, pero más adelante también puede utilizarse cuando el bebé empieza a sentarse o a gatear. Algunos modelos incluso permiten desmontar los arcos o añadir juguetes nuevos, lo que hace que este espacio de juego evolucione con él.
Qué tener en cuenta al elegir una manta y gimnasio de bebé
A la hora de escoger una manta y gimnasio para tu bebé, no todo vale. Hay ciertos detalles que marcan la diferencia entre una compra útil y una que no lo sea. Toma nota de estos puntos clave:
- Materiales seguros y fáciles de limpiar. Asegúrate de que todo esté fabricado con materiales no tóxicos, sin piezas pequeñas que puedan soltarse. También es importante que la manta se pueda lavar fácilmente, porque se va a usar a diario y pueden ocurrir escapes o babas.
- Base acolchada y cómoda. El bebé va a estar tumbado, girándose, estirando brazos y piernas. Por eso, la base debe ser mullida pero firme, que lo aísle del suelo y le permita moverse con seguridad.
- Espacio amplio para moverse. Cuanto más grande sea la manta, mejor. A veces compramos modelos pequeños por falta de espacio en casa, pero lo ideal es que el bebé pueda rodar, reptar o estirarse sin quedar limitado.
- Estimulación variada pero equilibrada. Para el gimnasio, es importante que incluya juguetes colgantes, texturas distintas, colores vivos pero no estridentes, y quizás algún espejo o sonido suave. Todo bien distribuido para invitar al movimiento sin sobrecargar.
- Modelo evolutivo que crezca con el bebé. Algunos gimnasios permiten quitar los arcos, añadir nuevos juguetes o convertir la manta en zona de juego. Así, lo podrá seguir usando durante meses, adaptado a su etapa.
- Montaje fácil y sin riesgos. Evita estructuras demasiado complicadas o con piezas que se desmonten con facilidad. Lo ideal es que se monte en minutos y quede bien firme, sin sobresaltos ni riesgos.
Con estas pautas podrás elegir bien, y es que veces no hace falta mucho para estimular el desarrollo de un bebé. Una buena manta con gimnasio, usada con cariño y constancia, puede marcar la diferencia.