Adolescencia

Cómo lidiar con la habitación desordenada de tu hijo

¿Por qué mi hijo/a tiene la habitación desordenada siempre? ¿Qué puedo hacer para conseguir que la tenga ordenada? Conoce pautas y consejos para lidiar con este problema común en los adolescentes.

habitación desordenada
Pautas para conseguir que el adolescente ordene su habitación
Blanca Espada

Ropa en las sillas, en el suelo; un escritorio similar a un campo de batalla al final de la guerra; ropa sucia en cada esquina; la cama sin hacer, juguetes tirados por todos lados. ¿Reconoces este escenario? Puede que te recuerde a la habitación de tu hijo o de tu hija, por lo que vamos a darte una serie de pautas y de explicaciones a cómo lidiar con la habitación desordenada de tus hijos.

Los padres somos ejemplo de todo para los niños. Ellos desde que son muy pequeños, nos imitan en todo, pero a medida que crecen comienzan a adquirir su propia autonomía y también comienzan a descubrir como su vida y el mundo va cambiando, por lo que por mucho que nos hayamos esforzado en enseñarles por ejemplo a hacer la cama todos los días o que la ropa sucia va dentro de la lavadora, es posible que se llegue a una situación en la que todo se descontrole.

Cómo lidiar con la habitación desordenada de tu hijo

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¿Por qué mi hijo o mi hija tiene la habitación siempre desordenada? Eso es algo que seguramente te preguntarás a diario, pero lo cierto es que es un problema más común de lo que crees y en especial cuando el niño/a llega la adolescencia.

Si desde pequeño nuestro hijo o hija está acostumbrado a recoger sus juguetes, guardar bien la ropa, y hacer la cama, cuando llegue a la adolescencia se rebelará ante todo eso. ¿Por qué? Pues por el simple hecho de que la confusión y la desorganización son los dos aspectos que caracterizan principalmente a las habitaciones de los jóvenes.

Una habitación desordenada es sinónimo de desorden interno , expresado en la realidad. Las razones detrás de este estado de ánimo son múltiples y, si se conocen, nos ayudan a comprender mejor lo que sienten nuestros hijos. Además suele ocurrir que la habitación del adolescente es la misma que ha tenido mientras era pequeño/a, generando una sensación de querer cambiar. Tu hijo/a ya no es la misma persona que hace apenas unos años, de modo que es del todo comprensible que quiera pintar su cuarto, llenarlo de pósters y como no, tenerlo desordenado si con ello siente que realmente está cambiando las cosas.

Una habitación desordenada sin embargo, no significa que el niño tenga un problema. Así como una habitación en perfecto orden (obsesiva) no siempre significa que el adolescente no tenga problemas. El aspecto a considerar es cuán ordenada o desordenada es la habitación.

Entonces ¿de qué modo puedes ayudar como padre o madre?  Cada caso será distinto, pero si hemos de establecer unas normas o pautas generales, puedes guiarte por estas cinco que ahora enumeramos:

  1. Debes ser comprensivo/a: No te dejes llevar por los impulsos. Por mucho que tu hijo o hija tenga la habitación hecha un desastre debes comprender en qué fase de su vida se encuentra. Quizás el desorden sea una manera de rebelarse ante algún hecho acontecido en la familia (por ejemplo la muerte de alguien o la llegada de un nuevo hermanito), o tal vez se deba a una fase adolescente por la que pasan todos los niños.
  2. Sigue dando ejemplo: Por mucho que creas que ya no sirve de nada dar ejemplo, debes procurar que la casa esté siempre ordenada, para que tu hijo/a tenga un referente en el que fijarse cuando por fin se de cuenta del desorden en su dormitorio.
  3. Recompensas: No importa la edad que tengan los niños, ya sean pequeños, mayores o adolescentes. Todos responden ante las recompensas, de modo que será cuestión de saber qué desea tu hijo/a o saber que quiere ir a algún sitio o que le dejes hacer algo y pedirle que solo conseguirá su deseo si recoge su habitación y además se compromete a mantenerla ordenada.
  4. Tareas: Las tareas del hogar es algo que se puede hacer perfectamente en familia, pero que generalmente acaba siendo una labor de los padres. Es importante que los niños se acostumbren desde pequeños a ayudar con las tareas de modo que entiendan el esfuerzo que supone hacerlas. Si tu hijo o hija ha doblado las sábanas de su cama, querrá guardarlas en el armario y no tirarlas por el suelo cuando se las demos, o si es el encargado/a de poner la lavadora, seguro que no irá dejando la ropa sucia tirada por cualquier parte.
  5. Paciencia: Todo pasa con el tiempo y a no ser que realmente tu hijo/a sea una persona desordenada en todos los aspectos de su vida, el hecho de que tenga la habitación sin recoger, no es más que una fase que acabará superando con el tiempo.

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