Mirándose al espejo
Vamos allá, y que no decaiga. La secretaria general del PSIB-PSOE, Francina Armengol, en la actualidad también presidenta del Congreso de Diputados, cargo supuestamente institucional, en su condición alternativa ha considerado que el Govern de Marga Prohens es el peor de la historia democrática de Baleares y, por el contrario, los socialistas siempre han gobernado con rigor y ampliación de derechos.
Pues así es si así os parece. Armengol, además, ha criticado que, como es evidente, el PP ha provocado la inestabilidad en las Islas con una mala gestión frente a los socialistas que siempre han sabido gobernar y mejora de las libertades de la ciudadanía. O sea que como el PSIB, es un partido sólido y unido, «vamos a volver a gobernar en 2027». Visto lo visto, lo que todo esto probablemente significa es que Armengol se ha mirado otra vez en el espejo de Sánchez y este ha sido el reflejo.
MARTES: PINTADAS CONTRA LA DEMOCRACIA. La nueva ordenanza cívica de Palma aprobada inicialmente con los votos a favor del PP y Vox, tipifica de infracción muy grave las pintadas vandálicas e impone a los grafiteros la mayor de las sanciones: de 1.500 a 3.000 euros. ¿Consideran ustedes que la mayoría de los ciudadanos tienen algo que objetar? Pues de momento, que se sepa, ha recibido el rechazo del PSOE, Més y Podemos porque consideran que, contra esta ordenanza, quieren una Palma «más abierta, inclusiva y democrática».
Tras ocho años de gobierno socialista con independentistas de Més y Podemos, o sea el llamado gobierno de progreso, donde las pintadas vandálicas han degradado hasta extremos insoportables el centro histórico de Palma, la izquierda en bloque ha considerado que borrarlas supondría un ataque a la libertad de expresión que es, fachosferas aparte, una forma de censura incompatible con los principios democráticos.
MIERCOLES: GENIALIDADES VIARIAS. Después de haber perpetrado la genial reforma de una rotonda, la del Polígono de Son Castello en la carretera de Sóller, haciendo desembocar tres carriles en dos, cualquier técnico con algunas luces debería haber entonado el mea culpa y manifestar «la hemos cagado». Pero no. La reforma en cuestión, antes de reformarla de nuevo, valga la redundancia, se ha mantenido así unos dos años siendo lógicamente calificada por el personal, con toda la razón, como la rotonda de los líos.
Ahora, finalmente, el Consell Insular, para agilizar el paso de vehículos en un lugar de alta intensidad, destinará cuatro millones de euros en deshacer el entuerto. Pues, vaya, ya podían haberse puesto hace mucho menos tiempo en arreglar el desaguisado.