Caras largas y preocupación. Así lucían los dirigentes de Podemos al salir en la noche de este martes 4 de mayo de la nueva sede nacional del partido en Villaespesa, 18. Juan Carlos Monedero evitaba responder a OKDIARIO sobre la dimisión de Pablo Iglesias y abandonaba en moto a toda velocidad el cuartel general de los morados a las doce y media de la noche. Posteriormente, en las redes sociales el ideólogo morado sí mostraba su pesar: «Se nos está quedando una democracia fea. Cada golpe a las instituciones, menos defensas contra el autoritarismo. Cada mentira, más estrecha la democracia».
Uno de los que sí quiso compartir su valoración fue Álvaro Aguilera, líder del Partido Comunista de España (PCE) en Madrid. «Siempre que la clase trabajadora no puede gobernar es una mala noticia», lamentaba. Preguntado sobre Yolanda Díaz, militante del PCE como sustituta de Pablo Iglesias al frente de Podemos, el dirigente político apuntillaba que la vicepresidenta no es miembro de Podemos.
Por su parte, otros dirigentes de Podemos como la eurodiputada Idoia Villanueva o los diputados del Congreso Antón Gomez-Reino o Sofía Castañón daban la callada por respuesta. Al igual que Juan Carlos Monedero, ni siquiera ofrecían unas palabras de despedida a Pablo Iglesias que minutos antes había anunciado su salida de la política.
Del mismo modo, los nuevos diputados de Podemos en la Asamblea de Madrid también lucían rostros de seriedad. Los parlamentarios Alejandra Jacinto, Javier Cañadas, Vanesa Lillo o Carolina Alonso esquivaban las preguntas mientras andaban a paso rápido en una noche madrileña bastante avanzada ya. «Yo no hablo con medios de las cloacas. Preferiría que no me grabases», se limitaba algo molesta a decir esta última. Tampoco el líder de Podemos en la ciudad de Madrid, Luis Nieto, atendía a los medios de comunicación apostados en la puerta de la sede morada. «Hay personas de Podemos dentro que te pueden atender», afirmaba en su caso con educación.
«¿Decepcionantes resultados de Podemos? En absoluto», respondió con ironía Tito Morano, portavoz adjunto del partido en la legislatura que ahora termina en la Asamblea madrileña. A su lado, la también diputada autonómica Sol Sánchez que al ver el micrófono de este periódico lanzaba: «Ni de coña respondo».
Frente a la alegría de la sede del PP en la calle Génova, funeral en la sede de Podemos. Ni un solo militante para despedir a quien fundara esta fuerza política en 2014. Por el contrario, la presencia policial sí se dejaba notar con intensidad. El partido impidió la entrada en la sede a un grupo de periodistas a los que ni siquiera ofrecieron el cátering habitual en estas noches electorales, por lo que tuvieron que pedir pizza a un restaurante cercano. La noche se cerró con fuegos artificiales de algunos vecinos sin identificar y el recuerdo a la nota de humor que puso un grupo de mariachis que entonaron célebres rancheras como ‘Canta y no llores’, ‘El rey’ o ‘La cucaracha’.