Emilio de Justo sufre una grave cogida en el primer toro y no puede seguir su encerrona en Las Ventas

Emilio de Justo
Emilio de Justo, en las Ventas.

Emilio de Justo, como único espada, hacía este domingo de Ramos el paseíllo en la Plaza de Toros de Las Ventas, en lo que sería la apuesta más importante de su vida hasta el momento. Fue triunfador de la pasada temporada, con doble Puerta Grande consecutiva en Las Ventas. Este domingo se enfrentaba por primera vez a seis toros con los hierros de Victoriano del Río, Victorino Martín, Domingo Hernández, Pallarés, Parladé y Palha. A las 18:00 horas arrancaba puntual el paseíllo ante una plaza casi llena.

De catafalco y plata apareció Emilio de Justo en el ruedo de Las Ventas. Abrió la tarde ante un toro de Pallarés con preciosas hechuras, serio y con un trapío irreprochable. El extremeño lo recibió por verónicas muy ajustadas a tablas, aprovechando la gran embestida del animal y, con mucha suavidad, deleitó al público. Fue bravo en el caballo, pero una voltereta a la salida de la suerte restó sus facultades. Resultó destacable el gran tercio de banderillas que firmaron José Chacón y Jesús Arruga. Fueron reconocidos por los aplausos de los tendidos.

El animal tenía una transmisión increíble, con humillación y con la continua repetición de las embestidas, lo que convirtió al eterno pase de pecho con que cerró tanda De Justo, en una oda al abandono.

Fue un gran espectáculo de los dos, pero terminó perdiéndola el toro después de tres series de gran imposición. Emilio continuó luciéndose por la mano izquierda, cuando ya el toro pedía la tregua, pero supo exprimirle cuatro series más. Emilio de Justo entró a matar de frente, pero el astado le provocó una fuerte voltereta cuando entraba a matar al animal. Cortó una oreja, pero acto seguido tuvo que ser trasladado a la enfermería por la cogida.  Minutos más tarde confirmaron que no podría continuar la lidia debido a un traumatismo cervical provocado por el golpe con «pronóstico grave». La tarde la continuó el sobresaliente Álvaro de la Calle.

Álvaro de la Calle se enfrentaría a cinco toros de tremenda seriedad, desgraciadamente sin demasiado bagaje en plazas de tanta responsabilidad. El público esperaba atónito el espectáculo. El primero fue de Domingo Hernández, que hizo de segundo y que le sirvió para ir acoplándose a la tarde. Brindó la faena a su compañero. La embestida del animal era muy suave a pesar de que se enganchaba por momentos. El salmantino fue poco a poco marcando distancia con el animal, en el que buscó el temple en verónicas y chicuelinas. Tras alargar la faena demasiado, tardó en rematar al animal. Fue silenciado tras dos avisos.

Ante el tercero de la tarde, de Victorino, Álvaro de la Calle ya era consciente de la gran responsabilidad que tenía por delante, brindó al público esta vez. Tras varios pases desligados, continuó con suavidad y muy serio con la muleta. Lució varias series, pero el viento le impidió continuar. Volvió a tener mala suerte en los aceros y pinchó antes de media estocada tendida, por lo que tuvo que descabellar. Todo quedó en silencio de nuevo.

De la Calle recibió al cuarto de la tarde con una larga cambiada en el tercio.  Era de la ganadería de Victoriano del Río. Destacaron sus chicuelinas previas a colocar al toro al caballo, donde cuajó una gran actuación el también charro Óscar Bernal. El animal embistió mucho mejor tras un tiempo en la arena, consiguiendo que luciera el salmantino con sus verónicas. Hubo duelo de quites entre los dos sobresalientes, Jeremy Banthy y el propio de la Calle. Sobresalieron algunos muletazos durante la faena. Remató esta vez con una estocada casi entera por lo que fue ovacionado.

Quinto de la tarde, de Palha. Álvaro de la Calle aprovechó las embestidas del astado luciendo algunas media verónicas muy desligadas. El salmantino demostró mucha actitud y valentía a lo largo de toda la faena. Desgraciadamente, el animal fue a menos y tuvo que abreviar, tras una estocada tras un pinchazo y una voltereta sin consecuencias. Fue premiado con una ovación.

Al último toro de la tarde lo recibió a portagayola. El animal de Parladé, de muy buenas hechuras y posiblemente el último que se lidie de esta ganadería en Madrid. A pesar de ser bastante noble, Álvaro de la Calle supo sacarle partido trenzando una gran actuación. Remató con media estocada. A pesar de ello, fue ovacionado al despedir el ruedo como premio al gran esfuerzo al que tuvo que hacer frente en una tarde, seguramente inolvidable.

Ficha del festejo:
Plaza de Toros de Las Ventas (Madrid). Corrida del Domingo de Ramos. Casi lleno de entrada. Toros, por orden de lidia, de Pallarés, Domingo Hernández, Victorino Martín, Victoriano del Río, Palha y Parladé.
Emilio de Justo: oreja.
Álvaro de la Calle: silencio tras aviso, silencio, vuelta al ruedo, tras aviso, ovación y ovación de despedida.

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