ASESINATO EN MOCEJÓN (TOLEDO)

El juez pide un informe sobre la discapacidad del asesino de Mocejón para decidir si es imputable

El juez envía a un psiquiátrico penitenciario al presunto asesino de Mocejón

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Ángel Moya

El presunto asesino de Mocejón podría librarse del juicio y una posible condena si los exámenes forenses determinan que debido a su discapacidad intelectual no se le puede imputar el crimen de Mateo, el niño inocente de 11 años. Es el primer paso que ha dado hoy el juez del caso tras dictar prisión provisional para investigado por asesinato: encargar ese informe decisivo.

Esa discapacidad que padece el asesino de Mocejón y que el juez ha certificado durante su puesta a disposición judicial ésta mañana, ha motivado que la comparecencia se alargara durante más de cuatro horas. En primer lugar, y antes de la toma de la declaración, el juez instructor ha solicitado un informe al médico forense para certificar que Juan estaba en condiciones de declarar. El forense ha concluido que era necesario realizar al detenido un interrogatorio adaptado a su situación de discapacidad, tal y como recoge el artículo 109 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LeCrim). A continuación se nombrado a una «facilitadora» que ha asistido al investigado durante toda su declaración ante el juez, con la misión de ayudarle a entender lo que se le preguntaba y a la vez, ser entendido por el juez.

Una vez finalizado el interrogatorio, se ha celebrado una vistilla en la que el juez titular del Juzgado número 3 de Toledo ha enviado a prisión provisional al presunto asesino del niño de 11 años de Mocejón (Toledo). Se le imputa de forma provisional como presunto autor de un delito de asesinato. Y tras resolver sobre su situación procesal, el juzgado ha solicitado a Instituciones Penitenciarias que el investigado cumpla la medida de la prisión provisional en una unidad o departamento adecuado a la situación de discapacidad del mismo.

Las pruebas

Además de su autoinculpación ante la Guardia Civil de forma espontánea, el presunto asesino de Torrejón ha visto cómo los investigadores han reunido varias pruebas en su contra durante los últimos días. Se trata de los reconocimientos de los testigos, las imágenes de las cámaras que le grabaron tras cometer el crimen o la ropa que recogió la Guardia Civil en la viviendas de su familia.

Juan, el presunto asesino de Mocejón (Toledo) fue a refugiarse en casa de su abuela tras cometer el crimen y allí encontró el perro de la Guardia Civil la ropa que vistió cuando supuestamente apuñaló al pequeño Mateo, de 11 años. Fue el lunes, durante el registro de la casa de la abuela del presunto homicida. Entre la gran cantidad de ropa que la mujer guardaba de todos sus nietos, el can del Servicio Cinológico de la Guardia Civil reconoció la ropa de Juan, el presunto homicida. Dylan, el experto y famoso perro de la Guardia. Civil experto en detectar restos biológicos, se tumbó encima de la camiseta, de otra pieza de ropa y de una toalla pequeña. Los guardias se apresuraron a recoger todas las pruebas y enviarlas a analizar al laboratorio, donde también se estudia el cuchillo que han recogido este miércoles en un solar frente a la casa del padre del homicida.

La incautación de la ropa tuvo lugar en la tarde del lunes 19 de agosto, 30 horas después del crimen ejecutado en el polideportivo Ángel Tardío de la localidad toledana y tras la detención del presunto asesino en casa de su padre. Según el relato de los hechos que maneja la Guardia Civil, el domingo Juan mató a puñaladas al pequeño Mateo en el polideportivo y a continuación se marchó a pie dando un rodeo a paso tranquilo hasta la casa de su abuela. Allí se cambió de ropa y se duchó. Posteriormente, se dirigió a casa de su padre, con el que asistió a la misa dominical. El presunto asesino mostró evidentes señales de nerviosismo y una conducta alterada.

El propio padre del homicida lo ha admitido en público: «Éste bien o mal Juan, su abuela siempre le cambia la ropa. Tiene mucha ropa de los nietos y de los sobrinos, y siempre le cambia la ropa». La investigación aclarará qué pasó con la vestimenta que llevaba Juan durante el homicidio y que, a la fuerza, tuvo que mancharse con gran cantidad de sangre tras asestarle a la víctima más de 10 puñaladas. La investigación determinará si la ropa fue lavada o no por la abuela. «Yo fui el último en enterarme de todo, como los hombres cornudos», ha manifestado el padre del presunto homicida.

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